Con un discurso que recordó lo que ocurrió en 2014, cuando Rusia se anexó la península de Crimea, el presidente ruso Vladimir Putin anunció en una ceremonia en el Kremlin la anexión de otras cuatro regiones de Ucrania.
Y al igual que ocurrió hace ocho años, Putin declaró que los habitantes de lo que ahora es “territorio ruso”, habían tomado la decisión con unos autodenominados referendos, condenados tanto en Ucrania como Occidente como una “farsa”.
“Esta es la voluntad de millones de personas”, dijo Putin en su discurso. “Este es su derecho, su derecho inalienable”.
Las regiones anexadas, que suman casi 15% del territorio de Ucrania, incluyen Donetsk y Lugansk, en el este, y Jersón y Zaporiyia, en el sur.
El proceso formal para incorporarlos a la Federación Rusa ocurrirá en los próximos días.
Gran parte del territorio que Rusia se está anexando ya estaba bajo ocupación del ejército ruso.
Lugansk y Donetsk, -que juntas forman la región del Donbas- ya habían sido proclamadas por Rusia como estados independientes durante la guerra que comenzó en 2014.
En la invasión comenzó hace siete meses, el ejército ruso avanzó hacia las otras dos provincias en el sur, Jersón y Zaporiyia.
A pesar de que esta última permanece bajo el firme control del ejército ucraniano, Putin firmó dos decretos el jueves que la reconocen, junto a Jersón, como territorios independientes, allanando el camino para su anexión.
Pero la anexión ha sido extensamente condenada por Occidente. El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, dijo que cualquier anexión del territorio de un país basada en el uso de la fuerza viola la Carta de la ONU y el derecho internacional.
Indicó que la acción es una “escalada peligrosa” que “no tiene cabida en el mundo moderno”.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, señaló que su país “nunca, nunca, reconocería los reclamos de Rusia del territorio soberano de Ucrania”.
Algunos analistas creen que la anexión de las cuatro regiones muestra a Putin redoblando sus esfuerzos en el campo de batalla donde ha sufrido un revés importante.
Como indica el corresponsal de la BBC, Paul Kirby, “la anexión podría intensificar la guerra aún más”.
“Siete meses después de que comenzara la invasión de Rusia, Vladimir Putin está a la defensiva”, dice el corresponsal.
“Al anexarse otro 15% de territorio soberano de Ucrania, Rusia podrá argumentar que su territorio (las áreas anexadas) está siendo atacado por las armas que la OTAN y otros países de Occidente están suministrando a Ucrania”.
En efecto, Putin esperaría que si amenaza con una represalia si se ataca a sus territorios, los gobiernos occidentales detengan su ayuda militar a la ofensiva ucraniana.
El viernes, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, declaró que cualquier ataque en el territorio anexado se consideraría un acto de agresión.
Pero la anexión también se ve como un intento de detener el contraataque ucraniano que ha obligado a las tropas rusas a retirarse de gran parte de la región de Járkiv, en el este, y ahora amenaza con recuperar más territorio en Donetsk.
Ucrania, por su parte, ha dicho que la anexión no cambiará nada en el campo de batalla y que sus fuerzas continuarán presionando para liberar los territorios. Además. el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, anunció que pediría un proceso rápido de membresía para que su país ingresara cuanto antes a la OTAN.
El analista ruso del Centro Carnegie de Moscú, Alexander Baunov, le dijo a la BBC que es poco probable que el simple hecho de redefinir como territorio ruso las áreas ocupadas vaya a detener al ejército de Ucrania.
Sin embargo, Baunov afirma que la anexión “envía un mensaje de intención a las poblaciones bajo su control. Y la esperanza del Kremlin es que Occidente se resista a que sus armas disparen contra tierras declaradas por Moscú como rusas”.
El presidente, Volodymr Zelenskiy, sostuvo una reunión de emergencia con los jefes de seguridad y defensa el viernes, y prometió una dura respuesta a una medida que, según él, acabó con las posibilidades de reactivar las conversaciones de paz.
Algunos analistas creen que con la anexión Putin está cruzando un punto sin retorno que prolongará la guerra y acabará con las posibilidades de negociar una salida del conflicto.
“Putin se está arriesgando cada vez más”, le dijo Tatiana Stanovaya, analista política y fundadora de R.Politik, al diario The Guardian.
“Es una demostración de que Rusia no está lista para negociar, no está lista para hacer concesiones y está lista para usar cualquier medio a su disposición para lograr sus objetivos estratégicos. Esto incluye armas nucleares. El liderazgo ruso lo ha dicho directamente sin dudarlo“, agrega.
En efecto, Vladimir Putin ha hablado de utilizar todos los medios a su disposición “para proteger a Rusia”.
Y el ex presidente de Rusia y vicepresdidente del Consejo de Seguridad del país, Dmitry Medvedev, dijo hace unos días que Rusia defendería sus territorios con cualquier medio, incluidas “las armas nucleares estratégicas”.
La anexión de las cuatro regiones parece una copia de lo que ocurrió en 2014 con Crimea. Pero no lo es.
Crimea fue tomada con poco derramamiento de sangre y muchos rusos aplaudieron cuando la península quedó bajo control total de Moscú.
Esta vez el contexto es mucho más volátil y grave y la anexión apunta a una escala de una guerra donde ya han muerto decenas de miles.
“Nadie sabe realmente lo que está ahora en la mentalidad del Kremlin”, explica el corresponsal de la BBC, Paul Kirby.
“Lo que es claro es que Moscú quiere que Occidente y Ucrania ahora vean los ataques en los territorios ocupados como ataques contra la propia Rusia”.
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