La historia de Demi Skipper se hizo popular en TikTok e Instagram, donde detalló los 28 intercambios que hizo durante 18 meses.
Para Demi Skipper, la llave a una casa propia empezó con un simple pasador o clip para el cabello.
La estadounidense de 30 años emprendió una curiosa aventura el año pasado que la llevó a conseguir una propiedad a través del antiguo método del trueque.
Se inspiró en Kyle MacDonald, una bloguera canadiense que comenzó los intercambios de objetos con un sujetapapeles rojo hasta que obtuvo una casa en 2006.
Y ese era el mismo objetivo de Skipper.
“Para mí fue solo parte de un desafío. Pensaba: ‘¿Es posible hacerlo?’. Tenía mucha curiosidad”, le cuenta a la BBC.
Su aventura comenzó en mayo de 2020, cuando empezaba la pandemia de covid-19, y se interesó en la idea de hacer trueques de objetos, lo cual lleva a los participantes a resultados inesperados.
En los primeros intercambios obtuvo cuatro vasos para beber margaritas.
Más adelante consiguió una aspiradora, que intercambió por una tabla de snowboard, que luego cambió por unos auriculares, y éstos por una computadora portátil que se convirtió en una cámara.
En el proceso hubo varios pares de preciadas zapatillas Nike, antes de conseguir un iPhone y luego una camioneta Dodge Caravan 2008.
“No era algo que me importara que nadie más supiera (…) Así que comencé a hacer intercambios y a grabarme para recordar lo que intercambié“, confiesa Skipper.
“Y luego fue una locura porque, desde el tercer intercambio, la gente comenzó a comentar y luego, de repente, la gente comenzó a seguirme y yo dije ‘Guau, la gente está realmente interesada en esto'”, explica.
Su aventura se hizo muy popular en sus videos de TikTok e Instagram.
Recurrió a sitios como eBay, Facebook y Craigslist para encontrar los mejores intercambios.
En total hizo 28 intercambios a lo largo de 18 meses.
Los primeros cambios los realizó en persona, en San Francisco, California. Pero luego Skipper tuvo que continuar con su proyecto a nivel nacional, haciendo viajes a través de Estados Unidos.
Al compartir su aventura en redes sociales ganó mucha popularidad a medida que el reto se volvía más emocionante. Explicó que su objetivo final era conseguir una casa, como lo logró Kyle MacDonald.
Pero un momento de desilusión llegó cuando tenía un Mini Cooper convertible.
Cambió el automóvil por un collar que pensó que costaba unos US$20.000 pero que en realidad estaba valorado en US$2.000.
En su camino, también hubo trabajo qué hacer, pues algunos de los objetos fueron mejorados. Por ejemplo, hizo reparaciones al vehículo antes de ponerlo en oferta.
“Para ser honesta, cuando tuve el intercambio final, estaba muy escéptica. Decía ‘No hay forma de que esto sea así'”, dice Skipper a la BBC.
Después de dos frustrantes semanas de búsqueda, Skipper cambió el collar por una bicicleta estática Peloton valorada en US$1.800 dólares.
La bicicleta Peloton fue intercambiada por un auto Mustang, y en diciembre de 2020, Skipper lo cedió a cambio de una pequeña cabaña en un bosque.
La cabaña se convirtió en un Honda CRV, luego en tres tractores, los cuales le sirvieron para obtener una tarjeta para el restaurante de comida rápida Chipotle, la cual le daba derecho a un año de comida gratis y el servicio de comida para una fiesta.
Entonces se abrió el camino hacia la casa.
Skipper logró intercambiar la tarjeta por un remolque de US$40.000 con una batería Tesla Powerwall y, finalmente, hizo su último trueque: el remolque por una casa cerca de la ciudad de Nashville, a más de 3.000 km de San Francisco.
“Había algo muy surrealista en tener las llaves en la mano”, recuerda.
“Era como este sentimiento que no puedes describir. Como si hubiera trabajado mucho en esta única cosa y finalmente la tengo, así que lo recordaré para siempre“.
El emocionante video que muestra el momento en que vio su casa por primera vez es uno de los más populares de sus redes, donde unos 5 millones de seguidores estuvieron pendiente de la aventura.
“Seguro que los intercambios continuarán. Es agotador, pero hay momentos muy importantes”, explica.
“Como la mamá que necesitaba el auto o la persona que necesitaba la aspiradora. Hay algo tan especial en esto que pensé: ‘No puede simplemente terminarse'”.