"Pareciera que el mundo se cansó de Venezuela".
Con esas palabras, lamenta Eduardo Klein, coordinador del Centro de Biodiversidad Marina de la Universidad Simón Bolívar, la falta de cobertura que ha recibido el petróleo que mancha desde hace más de dos semanas las costas de los estados de Falcón y Carabobo,en el noroeste de Venezuela.
En su opinión, la nación sudamericana no ha captado la misma atención que isla Mauricio, que lucha por salvar su ecosistema marino ante las más de 1.000 toneladas de petróleo vertidas por un barco encallado.
Pero Venezuela se enfrenta a una amenaza similar.
A comienzos de agosto, comenzaron a circular por redes sociales las imágenes denunciando una gran mancha de petróleo sobre las aguas de Golfo Triste.
Klein estima que el vertido equivale a unos 20.000 barriles de petróleo, “más del doble que en Mauricio”, y que podría extenderse unos 350 km².
La mancha, que varios expertos sospechan que proviene de la refinería de El Palito, ha sido arrastrada por las corrientes y vientos a lo largo de más de 80 kilómetros hacia más allá del Parque Nacional de Morrocoy, una zona de gran importancia natural y turística.
El Palito se encuentra en Puerto Cabello, a unos 200 kilómetros de Caracas, está controlada por la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y es una de las más grandes del país.
María Gabriela Hernández, presidenta de la Comisión Ambiente de la Asamblea Nacional (controlada por la oposición), exigió explicaciones al gobierno y una inspección de las condiciones de mantenimiento de la refinería.
El gobierno de Nicolás Maduro no había ofrecido hasta este viernes una versión oficial sobre la causa y extensión de la mancha.
De hecho, el viceministro de Ecosocialismo, Josué Lorca, aseguró que el “90% de las costas del Parque Nacional Morrocoy y Golfo Triste estaban saneadas” y que la fauna y suelo marino no estaban afectados.
Sin embargo, investigadores marinos y expertos en gestión de derramamientos de petróleo alertan sobre los graves daños que los hidrocarburos podrían causar en la fauna y flora marina.
Aunque los primeros indicios del derramamiento se dieron a conocer a través de mensajes de usuarios en redes sociales a comienzos de agosto, las imágenes satelitales muestran la mancha sobre Golfo Triste ya desde el 22 de julio.
“Esa mancha no estaba ahí cuando revisamos las imágenes del 19 de julio, así que el derramamiento debió producirse sobre esos días”, explicó a BBC Mundo el investigador marino Eduardo Klein, quien ha estado siguiendo la evolución del suceso en las últimas semanas.
Klein discrepa de las informaciones que señalan a un barco que partió del puerto de La Guaira hacia Guyana el 29 de julio y que sufrió un incidente a las dos horas de de zarpar.
“Si miras las imágenes de satélite, la mancha ya estaba presente desde el 22 de julio, una semana antes de que se reportara la salida e incidente de ese barco“, explicó.
Sus sospechas apuntan a que el petróleo fluía desde la bahía donde se encuentra la refinería El Palito y que no se contuvo a tiempo.
El Palito, perteneciente a PDVSA, ha sido protagonista en los últimos años por su parón productivo y problemas de mantenimiento.
“Los derramamientos hay que contenerlos de inmediato porque el petróleo se extiende muy deprisa. Normalmente se hacen simulacros, pero la empresa dejó de hacerlos hace tiempo”, asegura a BBC Mundo Pánfilo Masciangioli, ingeniero civil y antiguo trabajador de PDVSA.
“Quizás había problemas de mantenimiento o falta de personal, tengo entendido que muchos ingenieros preparados ya se han ido de allí“, agregó.
BBC Mundo contactó al Ministerio del Poder Popular de Petróleo pero no obtuvo respuestas al momento de escribir el reportaje.
El litoral afectado por el derrame es el hogar de un rico ecosistema natural y un punto atractivo para el turismo.
“Ahora lo fundamental es realizar una evaluación detallada de los daños. Los ecosistemas del Parque Nacional de Morrocoy son muy importantes por la riqueza de la fauna silvestre, los arrecifes y las comunidades de manglar”, dijo a BBC Mundo Deborah Bigio, directora ejecutiva de Fudena, una organización de conservación de medioambiente en Venezuela.
“Normalmente, las playas arenosas se recuperan muy rápido de los derrames de petróleo. Si el crudo cubre las raíces de los manglares y los arrecifes de coral, eso sí complicaría mucho la recuperación”, explica Masciangioli.
El extrabajador de PDVSA también mostró su preocupación sobre la adherencia del petróleo a las aves, ya que esto podría dificultar sus migraciones.
En el caso de los arrecifes, el vertimiento coincide con uno de los pocos momentos en el año en que estos se reproducen.
“Si se confirma el daño a los arrecifes de Morrocoy, el impacto puede ser terrible porque afectaría su reproducción para el futuro“, teme Klein.
Bigio también lamenta, por otra parte, las consecuencias que la mancha de petróleo puede provocar en la pesca porque “muchas comunidades costeras dependen de ella”.
Eduardo Klein cree que este accidente no cuenta con atención requerida debido a la situación que atraviesa el país.
“Como estamos en crisis, parece que esto se trata de un problema más. Y sí, lo es, pero es grave y hay que asegurarse de que no vuelva a ocurrir”, afirma el investigador.
“En Venezuela se ha derramado el doble que en Mauricio, pero como no hay información oficial, parece que no hubiera pasado”.