Parece una imagen graciosa, pero la foto que vemos arriba muestra una lucha a muerte en las montañas Qilian en China.
El zorro sorprendió a la marmota y lo que vemos es el momento previo a una batalla que acabó con la muerte del roedor.
Ni siquiera la intervención de la madre de la marmota pudo cambiar el resultado del encuentro.
“Así es la naturaleza”, señaló Yongqing Bao, el autor de esta impactante imagen ganadora del galardón principal en el concurso Fotógrafo de Vida Silvestre del Año, 2019(Wildlife Photographer of the Year o WPY, por sus siglas en inglés).
Yongqing también compartió gracias a esta imagen el primer puesto en la categoría mamíferos.
La persistencia es clave en la fotografía de vida silvestre, y Yongqing aguardó durante horas en una pradera en la meseta tibetana para captar el momento preciso.
El zorro había permanecido inmóvil con la esperanza de atrapar alguna marmota que pasara por el lugar.
La estrategia funcionó. En otra imagen de la secuencia puede verse al zorro con la cabeza de la marmota en su boca.
“El concurso recibe imágenes que muestran el comportamiento animal de forma incomparable“, subrayó Kidman Cox, quien presidió el jurado del WPY, uno de los concursos de fotografía de vida silvestre más prestigiosos a nivel mundial.
“Los grandes fotógrafos en este campo a nivel mundial siempre participan y debo decir que ésta es una de las mejores imágenes que he visto jamás”, concluyó.
El premio al fotógrafo joven fue para Cruz Erdmann por su imagen nocturna de un calamar de arrecifes en el Estrecho Lembeh en la provincia de Célebes Septentrional, en Indonesia. Cruz participó en la categoría de 11 a 14 años.
Lograr una imagen clara del cefalópodo iridescente requiere una gran habilidad técnica.
“Debes tener cuidado de no agitar los sedimentos cuando buceas, o habrá mucha dispersión del estroboscopio”, afirmó Erdmann.
El estroboscopio es un dispositivo que emite destellos luminosos a una frecuencia predeterminada. De esta forma se logra ver un objeto que gira a gran velocidad como si estuviera inmóvil o girando muy lentamente.
La imagen “Tierra del águila”, de Audun Rikardsen, de Noruega, fue la ganadora en la categoría Comportamiento: Aves.
Le llevó tres años a Audun lograr esta imagen. El fotógrafo había colocado cuidadosamente una rama en un sitio al que solían llegar las águilas doradas.
Audun colocó además un flash y una cámara que serían disparados de forma automática si se posaba el ave.
“Las águilas se acostumbraron tanto al disparador del flash, que no les molestaba. Creo que les gusta que les tomen fotos”.
Los cuervos también se posaban sobre la rama, pero no eran las aves que el fotógrafo noruego quería captar.
“El abrazo” es el título de esta fotografía de Stefan Christmann, de Alemania, ganadora en la categoría Portfolio.
Más de 5.000 pingüinos emperador se congregan en su famosa formación para combatir el viento y el frío invernal en el hielo marino frente a la plataforma Ekström, en el este de Antártica.
Lo que vemos en la imagen son pingüinos macho incubando huevos entre sus patas. Las hembras se encuentran en el mar buscando alimento.
“La manada de ratas” ganó en la categoría Vida Silvestre Urbana.
La imagen fue tomada por Charlie Hamilton Janes, de Reino Unido, durante un proyecto comisionado por la revista especializada National Geographic para captar imágenes de ratas en el mundo.
Las ratas de la foto ganadora se encontraban en el distrito de Wall Street, en Manhattan, Nueva York.
Los roedores vivían bajo una reja metálica cerca de un árbol. De noche las ratas exploraban los botes de basura fuera de un hotel en busca de alimento.
Hamilton James colocó su cámara estratégicamente y disparó el obturador de forma remota, a unos dos metros de distancia.
“Había unas 30 ratas viviendo en ese lugar. Se acostumbraron tanto a mí a lo largo de tres días que una de ellas se acercó y se paró sobre mi pie“, relató el fotógrafo.
La foto titulada “El ejército arquitectónico”, del estadounidense Daniel Kronauer, ganó en la categoría Comportamiento: Invertebrados.
Estas hormigas guerreras o marabuntas de Costa Rica no construyen su nido en la tierra o en un árbol.
Las hormigas arman su nido con sus propios cuerpos, colgándose de ramas en cadenas interconectadas.
Dentro del nido hay pasajes y cámaras en los que protegen a su reina y alimentan a sus crías.
“Prácticamente cada día desarman la estructura que simplemente se desvanece, y transportan sus larvas en el bosque para construir un nuevo nido tal vez a unos 150 metros de distancia”, señaló Kronauer.
“Es algo hermoso. Para mí este nido se parece a una corona o a una catedral”.