Un avión que volaba de Grecia a Lituania fue desviado a Bielorrusia con el fin de detener a un periodista disidente.
La cadena Nexta dijo que su exeditor Roman Protasevich fue detenido cuando el avión aterrizó en Minsk, la capital de Bielorrusia.
Los medios estatales de Bielorrusia dijeron que el avión fue desviado por una amenaza de bomba pero que no se encontraron explosivos.
Varios países europeos reaccionaron acusando a Bielorrusia de “terrorismo de Estado” y exigiendo un castigo.
Figuras políticas de toda Europa han pedido a la Unión Europea y a la OTAN que intervengan.
La líder opositora bielorrusa Svetlana Tikhanovskaya, derrotada por el presidente Alexander Lukashenko en las elecciones del año pasado que muchos vieron como fraudulentas, se sumó a las voces que reclaman la liberación de Protasevich.
Desde la elección de agosto del año pasado, Lukashenko, de 66 años y que ha gobernado el país desde 1994, ha arremetido contra las voces críticas. Muchas figuras de la oposición han sido arrestadas o forzadas al exilio, como el caso de Tikhanovskaya.
El vuelo FR4978 estaba en ruta de Atenas a Vilnius, en Lituania, el domingo cuando giró al este hacia la capital bielorrusa, Minsk, poco después de llegar a la frontera de Lituania.
En un comunicado, la compañía aérea Ryanair dijo que “el control aéreo bielorruso notificó a la tripulación una potencial amenaza de seguridad y dio la instrucción de desviarse al aeropuerto más cercano, Minsk”.
La trayectoria aérea sugiere que en realidad el avión estaba en ese momento más cerca de Vilnius que de Misk.
Ryanair dijo que ya una vez aterrizado no se encontró nada y que el avión recibió permiso para seguir volando cinco horas después.
“Ryanair ha notificado a las agencias nacionales y europeas de seguridad y pedimos disculpas a todos los pasajeros afectados por este retraso fuera del control de Ryanair”.
La compañía aérea no mencionó en ningún momento a Protasevich, cuyo arresto fue informado primero por Nexta.
El editor en jefe de Nexta, Tadeusz Giczan, tuiteó la frase de un pasajero del avión que dijo que Protasevich le había dicho que una vez que estuvieran en tierra en Minsk sería “ejecutado”.
Belta, la agencia de noticias estatal en Bielorrusia, dijo que el presidente Lukashenko había dado la orden personalmente tras la amenaza de bomba y que un avión militar MiG-29 había acompañado el avión de Ryanair.
El enfado se hizo palpable de inmediato y amenaza con escalar.
El presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, acusó a Bielorrusia de cometer un “acto horrendo”.
El ministro de Exteriores de Letonia, Edgars Rinkevics, dijo que la acción de Bielorrusia era “contraria a la ley internacional” y que la respuesta debería ser “fuerte y efectiva”.
El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, dijo: “Secuestrar un avión civil es un acto sin precedentes de terrorismo de Estado que debe tener consecuencias”.
El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, el español Josep Borrell, dijo que Bielorrusia debería ser responsable de la seguridad de todos los pasajeros del avión.
Aún no sabemos todos los detalles de esta historia pero sus implicaciones pueden ser enormes.
Hay cuestiones sobre la libertad en los cielos: ¿cuán vulnerables pueden ser otros vuelos a este tipo de comportamientos? Algunos ya lo llaman un acto de agresión o terrorismo de Estado, una forma de secuestro. ¿Se puso en peligro la seguridad de los pasajeros? ¿Qué precedente sienta esto? ¿Deberían los vuelos evitar el espacio aéreo de Bielorrusia?
Hay cuestiones sobre la ley internacional también. ¿Hasta qué punto fue ilegal, como muchos presumen? Y si es así, ¿que consecuencias debería haber?
Y también hay cuestiones de de libertad de opinión: ¿temerán los críticos a otro regímenes que esto les pueda pasar a ellos?
Y también hay cuestiones para la diplomacia internacional. Figuras políticas en toda Europa ya han pedido que la UE y la OTAN intervengan y hay pedidos de más sanciones contra el gobierno de Bielorrusia, cuya legitimidad está en entredicho por muchos países occidentales tras las elecciones del año pasado.
Al presidente Lukashenko se le define como el último dictador de Europa. ¿Se agregará la palabra “pirata” a su lista de títulos?
Nexta es un medio online con un canal de Telegram y con presencia en Twitter y YouTube.
Tuvo un papel relevante para la oposición bielorrusa durante las elecciones y ha continuado después.
Tikhanovskaya dijo que Protasevich, de 26 años y que vive en Lituania, había abandonado Bielorrusia en 2019 y que cubrió la elección presidencial de 2020 con Nexta, después de lo cual se presentaron cargos criminales en su contra.
La líder opositora dijo que Protasevich se puede enfrentar a la pena de muerte en Bielorrusia porque se le considera un “terrorista”.
Líderes occidentales han respaldado a Tikhanovskaya, que clamó su triunfo en las elecciones antes de que fuera forzada a dejar el país y refugiarse en Lituania. Se había presentado como candidata después de que su marido fuera encarcelado e inhabilitado políticamente.
Decenas de miles de manifestantes salieron a las calles de Minsk durante meses el año pasado furiosos por el hecho de que Lukashenko se declarara ganador.
Se han reportado numerosos casos de brutalidad policial y sólo este año ha habido 2.700 acusaciones.
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