"Revictimizada". Así se siente una mujer que sufrió una agresión sexual y cuyo ADN extraído de un kit de violación fue utilizado más tarde por la policía para acusarla de un delito, según afirman sus abogados.
Como consecuencia, la mujer presentó una demanda en contra de la ciudad estadounidense de San Francisco y su policía.
Un kit de violación es un contenedor de elementos que se utilizan para recopilar pruebas forenses tras una agresión sexual.
La mujer, cuyo nombre se mantiene en secreto, proporcionó una muestra de material genético a la policía en 2016 después de sufrir el abuso sexual, según consta en el expediente judicial.
Pero la policía mantuvo ese ADN archivado sin su consentimiento y lo cotejó con toda su base de datos cuando investigaba delitos.
El pasado diciembre, en una de esas investigaciones, la mujer terminó arrestada. Pero luego se retiraron los cargos que pesaban en su contra.
Su querella plantea que la policía tiene una “práctica estándar” (ahora en revisión) de poner el ADN de las víctimas de delitos en una base de datos permanente, sin que ellas lo supieran.
“Los agentes de policía analizan el ADN de las víctimas en busca de coincidencias en cada investigación criminal en la que se recupera material genético sin ninguna base razonable para sospechar que esas víctimas están conectadas de alguna manera con estas [otras] escenas del crimen”, escribieron sus abogados.
“[Ella], una sobreviviente de agresión sexual, fue revictimizada por esta práctica inconstitucional“, añadieron.
La demanda argumenta que la mujer, conocida solo por el seudónimo de Jane Doe, probablemente se sometió a pruebas de ADN miles de veces en el transcurso de seis años.
Después de su agresión sexual, aceptó que le tomaran una muestra de ADN para ayudar en la investigación, pero los policías le hicieron creer que no se usaría por ningún otro motivo, según los documentos judiciales.
La mujer demanda a la ciudad y al condado de San Francisco, al jefe de policía, a los empleados del laboratorio criminalístico y a docenas de otros acusados no identificados.
Esta terrible experiencia le causó estrés, miedo, ansiedad y pérdida de dignidad, afirman sus abogados.
“Esta es una extralimitación del gobierno del más alto nivel, utilizando lo más exclusivo y personal que tenemos, nuestro código genético, sin nuestro conocimiento para tratar de conectarnos con un delito”, dijo su abogado a la agencia de noticias Associated Press.
El caso surgió por primera vez a principios de este año y generó indignación por el uso del ADN de una víctima de agresión sexual en otras investigaciones.
Cuando el fiscal de distrito del estado se enteró de las circunstancias detrás de la evidencia de ADN, retiró los cargos y el jefe de policía de San Francisco dijo que cambiaría los procedimientos para evitar que vuelva a suceder.
Desde entonces, California también aprobó un proyecto de ley que prohíbe este tipo de uso de ADN en el estado, aunque está esperando que el gobernador lo promulgue.