La foto de una mujer embarazada huyendo de una maternidad bombardeada se convirtió en una de las imágenes más icónicas de la guerra en Ucrania.
Pero su protagonista fue blanco de una extraordinaria campaña rusa de desinformación y expresiones de odio ambos lados.
Envuelta en una colcha y con la frente ensangrentada, la imagen de Marianna Vyshemirsky dio la vuelta al mundo.
La foto al comienzo de esta nota fue tomada tras un ataque aéreo ruso en Mariúpol.
La imagen circuló en internet, en las portadas de los periódicos y fue debatida incluso en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Luego de sobrevivir al ataque, Marianna enfrentó otra agresión: la desinformación y la hostilidad contra ella y su familia.
Mientras Rusia intentaba sembrar falsedades sobre el ataque, Marianna, de 29 años, fue acusada sin base ninguna de “actuar”. Los diplomáticos rusos incluso afirmaron que ella había “interpretado” no a una, sino a dos mujeres diferentes.
Hablé extensamente con amigos y parientes de Marianna y traté de entrevistar a mi tocaya durante semanas. Cuando finalmente su rostro apareció en mi pantalla en una videollamada, la experiencia me pareció un tanto surrealista.
Marianna me contó sobre su angustiosa fuga y sobre el abuso en línea que vino después.
“Recibí amenazas de que vendrían a buscarme, de que me matarían y cortarían a mi bebé en pedazos”, dice.
Esta es su primera entrevista a un medio importante de comunicación occidental tras ser evacuada a su ciudad natal en una parte de Donbas controlada por separatistas respaldados por Rusia.
Marianna parece tranquila y me habla sin precondiciones, pero un bloguero separatista está junto a ella.
Relata cómo fue encontrarse en el medio de una batalla de desinformación, mientras daba a luz a su hija Veronika en una zona de guerra.
“Ella eligió venir al mundo en un momento difícil”, señaló, “pero es mejor que haya llegado en estas circunstancias a que no lo hubiera hecho”.
La vida en Mariúpol era muy diferente antes de la guerra. Marianna promocionaba productos de belleza en las redes sociales, mientras que su esposo, Yuri, trabajaba en la acería Azovstal.
“Teníamos una vida tranquila y sencilla”, dice, “y luego, por supuesto, todo se puso patas arriba”.
Su cuenta de Instagram muestra su entusiasmo ante la perspectiva de convertirse en madre.
Pero cuando Marianna ingresó en el hospital, Mariúpol se había convertido en la ciudad más bombardeada de Ucrania.
El 9 de marzo ella charlaba con otras mujeres de su misma sala hospitalaria cuando una explosión sacudió el edificio.
Se tapó la cabeza con una manta y luego se produjo una segunda explosión.
“Podías escuchar cosas volando, el ruido de metrallas”, relata. “El sonido estuvo resonando en mis oídos durante mucho tiempo”.
Las mujeres se refugiaron en el sótano del hospital con otros civiles. Marianna sufrió un corte en la frente y algunos fragmentos de vidrio se incrustaron en su piel, pero un médico le dijo que no necesitaba puntos.
Lo que sí necesitaba, explica, era recuperar sus pertenencias de las ruinas del hospital.
Le pidió entonces a un oficial de policía que la ayudara a volver a entrar al edificio.
“Todo lo que había preparado para mi bebé estaba en esa sala de maternidad”.
Mientras esperaba afuera del hospital para ingresar a recuperar sus pertenencias, Marianna fue fotografiada por periodistas de Associated Press.
Los mismos periodistas la volvieron a fotografiar mientras bajaba las escaleras para salir del edificio.
Las imágenes se viralizaron rápidamente. Y fue entonces cuando aparecieron por primera vez en un canal de Telegram pro-Kremlin las falsas acusaciones de que las imágenes habían sido “una puesta en escena”.
El blog de belleza de Marianna fue usado como argumento para sugerir que ella era una “actriz” y que había usado maquillaje para fingir lesiones.
Estas falsedades fueron repetidas y amplificadas por altos funcionarios rusos y medios estatales.
Esos medios incluso afirmaron que una foto de otra mujer embarazada en una camilla también era de Marianna, aunque está claro que las fotos son de diferentes personas. La mujer en la camilla y su hijo murieron más tarde a causa de sus heridas.
Sin acceso a internet, Marianna no vio esas imágenes hasta días después.
Para entonces su Instagram ya estaba inundado de mensajes acusatorios y amenazantes. Para Marianna, tanto el troleo como las acusaciones falsas fueron impactantes.
“Fue realmente ofensivo recibir esos mensajes, porque en realidad lo viví todo”, dice, aunque se abstiene de criticar directamente a los funcionarios rusos que difundieron la información falsa.
En cambio, critica a Associated Press.
“Me ofendió que los periodistas que publicaron mis fotos en las redes sociales no entrevistaran a otras mujeres embarazadas que pudieran confirmar que el ataque realmente había ocurrido”.
Eso podría explicar, según Marianna, por qué algunas personas “tuvieron la impresión de que todo era una puesta en escena”.
La joven señala que ella fue una de las últimas pacientes en ser evacuadas, y fue entonces cuando llegaron los fotógrafos de AP.
Los periodistas también entrevistaron a otras personas en el lugar. Y no tuvieron nada que ver con la posterior historia falsa difundida por los funcionarios rusos.
Contactamos a AP para solicitar un comentario.
En los días posteriores al ataque, Marianna dio a luz a Veronika en otro hospital.
Como miles de personas, Marianna y Yuri intentaban desesperadamente escapar de Mariúpol. Durante semanas fue prácticamente imposible contactarlos.
Eventualmente, los familiares de Marianna me dijeron que la pareja había salido de la ciudad, pero que su paradero no estaba claro. Luego, a principios de abril, resurgieron en la región de Donbas.
Ella filmó una entrevista con Denis Seleznev, un bloguero que apoya abiertamente a los separatistas respaldados por Rusia. Algunos observadores especularon si Marianna tenía libertad para decir lo que quería.
“Tenía que describir toda la situación, como la vi con mis propios ojos”, me dice.
Mi conversación con ella también fue pactada a través de Denis.
Marianna me habla desde la casa de Denis, quien está presente a lo largo de nuestra charla sin interrumpir. Los familiares y amigos de Marianna me han asegurado que ahora está a salvo.
Mucho de lo relatado de Marianna en nuestra entrevista echa por tierra las falsedades del gobierno ruso.
El Kremlin sugirió errónea y repetidamente que el hospital que fue atacado era el hospital número uno de Mariupol y que ya no estaba operativo.
Pero el equipo de desinformación de la BBC identificó la maternidad donde estaba Marianna: el hospital número tres.
Nos pusimos en contacto con la Embajada de Rusia en Londres para solicitar un comentario.
Marianna confirma que el hospital definitivamente la estaba tratando a ella y a otros pacientes, contrariamente a las afirmaciones rusas de que no estaba funcionando como un centro de atención médica.
Rusia también afirmó que el hospital había sido tomado por el regimiento Azov, el controvertido grupo nacionalista ucraniano que ha sido relacionado con neonazis, acusaciones que ellos niegan.
Las declaraciones de Marianna en su entrevista con Denis fueron usadas por funcionarios rusos para afirmar que los soldados ucranianos obligaron a Marianna y a otras mujeres embarazadas a actuar como escudos humanos.
Pero Marianna me dijo que no había militares ucranianos estacionados en el edificio donde ella se encontraba. Sí vio soldados ucranianos en la unidad de oncología que estaba frente a la unidad de maternidad en el mismo edificio. No está claro si estaban basados allí o no.
La entrevista de Marianna con Denis Seleznev fue utilizada por el Kremlin para sugerir otras falsedades.
Los funcionarios rusos aprovecharon sus comentarios de que no creía que las explosiones en el hospital hubieran sido causadas por un ataque aéreo. La afirmación fue usada para sugerir que el daño a la maternidad fue causado por bombardeos ucranianos.
“El sonido típico que hace un avión cuando vuela por encima es imposible de perder”, me dice Marianna, asegurando que no escuchó ninguno.
Pero aquí se equivoca. Los periodistas de AP documentaron evidencia de que fue un ataque aéreo, incluido un video donde se puede escuchar un avión. En el lugar, tanto un soldado como un oficial de policía dicen que se trató de un ataque aéreo.
También se ve en las fotos un enorme cráter que, según los expertos en municiones, solo pudo haber sido causado por un ataque aéreo.
“Yo personalmente no vi este cráter, pero vi el video”, dice Marianna. “En realidad, no puedo culpar a nadie, porque no vi con mis propios ojos de dónde venían [las explosiones]”.
La controversia sobre el origen del ataque provocó una nueva ola de odio en internet.
“Algunas personas dijeron que yo era una actriz, otras afirmaron que estaba mintiendo para ocultar los ataques aéreos”.
Incluso algunas personas a quienes consideraba amigas no le creyeron. La bloguera de belleza Yaroslava vive en Rusia y sigue confiando en las afirmaciones de la televisión estatal de que Marianna estaba actuando.
“Creo que Marianna hizo su parte. Ucrania necesitaba culpar a Rusia de todo”, me dijo Yaroslava.
Desde entonces dejó de seguir a Marianna en Instagram y no quiere volver a hablar con ella.
“Es una pena cuando la gente que conozco me acusa de algo que yo no he hecho”, dice Marianna.
Pero su rostro se ilumina cada vez que la conversación gira en torno a su bebé Veronika.
Marianna ha vuelto a bloguear y en una publicación reciente dijo a sus seguidores que se queden si están interesados en “cosméticos, pañales y la vida cotidiana de una nueva mamá”.
Su mensaje a quienes quieren enviarle misivas de odio es “vayan en paz”.
Pero encontrarse involuntariamente en el centro de una guerra de información mientras continúa el conflicto militar ha cambiado la vida de Marianna para siempre.
“Por ahora no pienso en mis esperanzas o planes, porque no sabemos lo que traerá el mañana”.