El pasado 6 de julio una región de China se declaraba en alerta preventiva tras confirmarse en la localidad de Baynnur, ubicada en el norte del país, un caso de peste bubónica.
Y la voz de alarma volvió a resonar este fin de semana, después de que las autoridades decretaran el confinamiento de la aldea, en la región autónoma de Mongolia Interior, tras haberse registrado dos muertos por peste negra, como también se la conoce.
La decisión era delicada de comunicar: la enfermedad causó millones de muertes durante el siglo XIV -aun es considerada como la peor pandemia en la historia de la humanidad- y su resurgimiento en plena crisi por el covid-19, una enfermedad que ya ha dejado más 500.000 muertes alrededor del mundo, no era una buena noticia.
Sin embargo, aunque ha sido controlada por más de seis siglos por distintos factores ambientales y médicos, la peste bubónica no ha dejado de resurgir en distintas partes del mundo.
En los últimos años se han registrado casos en Estados Unidos, Perú, República Democrática del Congo… y ahora en China.
“Es bueno que el caso en China se haya detectado e informado en una etapa temprana, porque se puede aislar, tratar y prevenir la propagación”, le dijo a la BBC el microbiólogo Matthew Dryden, de la Universidad de Southampton, en Reino Unido.
“La peste bubónica es causada por una bacteria y, por lo tanto, a diferencia dela covid-19, se trata con antibióticos”, prosiguió el experto.
“Por lo tanto, aunque esto puede parecer alarmante porque se trata de otra enfermedad infecciosa seria que emerge de Oriente, al momento puede ser tratada fácilmente”, agregó.
Pero ¿qué es la peste bubónica y por qué causó tantos muertos hace siglos? ¿Y por qué la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera este y otros brotes “de bajo riesgo”?
También se la denomina sencillamente “la peste” y es una enfermedad infecciosa, potencialmente mortal, causada por la bacteria Yersinia pestis, que vive en animales, especialmente en roedores, y más específicamente en las pulgas que llevan estos en su pelaje.
Su nombre viene precisamente de los síntomas que causa: una dolorosa inflamación del ganglio linfático, que afecta tejidos en la axila o la entrepierna formando una especie de ampolla que se conoce como “bubón”.
Desde 2010 hasta 2015 se presentaron 3.248 casos en el mundo, que resultaron en 584 muertes.
Históricamente se la conoció como “la peste negra”, en referencia a que causa gangrena en ciertas partes del cuerpo, como los dedos de las manos y los pies, que terminan totalmente ennegrecidas.
Se estima que la epidemia de dicha enfermedad causó la muerte de cerca de un cuarto de la población europea en el siglo XIV.
De acuerdo a la OMS, una persona puede llegar a desarrollar la enfermedad entre dos y seis días después de infectarse.
Además de los bubones o ganglios linfáticos inflamados, que pueden ser del tamaño del huevo de una gallina, otros síntomas incluyen fiebre, escalofríos, dolor de cabeza y dolor en el cuerpo.
La enfermedad también puede afectar a los pulmones y causar tos, dolor en el pecho y dificultad para respirar.
La bacteria que la causa también puede entrar en el torrente sanguíneo y producir una condición conocida como septicemia o sepsis, que es lo que puede afectar los tejidos y los órganos y finalmente causar la muerte.
Para los humanos, es posible infectarse por las siguientes vías:
El cuerpo de una persona que haya muerto debido a este mal también puede infectar a otras personas, por ejemplo a aquellos que lo preparan para el entierro.
Asimismo, la bacteria puede entrar al cuerpo por una herida en la piel, si existe contacto con la sangre de un animal infectado.
Los gatos y perros domésticos pueden contraer la peste bubónica a través de las picaduras de pulgas o al ingerir roedores infectados.
Por la emergencia declarada en China ante el reciente brote, se prohibió la cacería y el consumo de animales que pudieran estar infectados.
El abordaje médico más efectivo se basa en la administración de antibióticos. Sin ellos, la enfermedad generalmente es letal.
El diagnóstico temprano también puede salvar vidas.
La peste bubónica todavía no ha sido erradicada en muchas partes del mundo.
En años recientes se han presentado brotes en países como República Democrática del Congo y Madagascar.
Aunque la peste causó una gran pandemia que se extendió por amplias zonas del planeta en los tiempos medievales, la mayoría de los brotes que ocurren ahora son pequeños y controlables.
“La peste bubónica ha estado con nosotros y estará con nosotros por siglos. Estamos analizando el número de casos en China”, dijo sobre el más reciente la vocera de la OMS Margaret Harris.
“Por el momento, no lo consideramos de alto riesgo. Pero lo estamos observando, monitoreando cuidadosamente”, agregó.