En las últimas semanas, las fuerzas armadas estadounidenses derribaron cuatro objetos no identificados que volaban sobre los cielos de América del Norte, lo cual ha generado una creciente preocupación en Washington.
Un senador incluso describió los hechos como “nada menos que una locura”.
Pero hay muchas preguntas sin respuesta. Esto es lo que sabemos y lo que aún no sabemos.
Un gran objeto de gran altitud fue visto el 28 de enero cuando pasaba sobre las islas Aleutianas de Alaska, un archipiélago en el norte del océano Pacífico entre EE.UU. y Rusia.
Luego fue rastreado al ingresar al espacio aéreo canadiense antes de emerger sobre el estado de Montana, en el oeste de EE.UU.
El 1 de febrero, la atención del público se centró por primera vez en el objeto que volaba a gran altitud después de que los sorprendidos residentes de la ciudad de Billings, que ya había cerrado su aeropuerto local, tomaran fotografías del objeto.
Montana, un estado escasamente poblado, alberga uno de los tres campos de silos de misiles nucleares en el país, y las autoridades dijeron que el objeto era un presunto globo de vigilancia chino que parecía estar monitoreando sitios sensibles en la región.
Las autoridades señalaron que el objeto tenía más de 60 m de altura y estaba equipado con múltiples antenas, paneles solares y equipos de vigilancia capaces de interceptar las telecomunicaciones.
Pero los funcionarios al principio se negaron a derribarlo debido a las preocupaciones sobre el daño que podría causar la caída de escombros, por lo que se permitió que flotara a la deriva a través de EE.UU. continental durante días.
El 4 de febrero, el presidente Joe Biden autorizó que fuera derribado por un avión F-22 frente a las costas de Carolina del Sur.
Los equipos de recuperación recolectaron algunos escombros y están utilizando botes y minisubmarinos para poder recoger más equipos del globo, que está sumergido aproximadamente a 14 m bajo el agua.
China negó que el globo fuera usado para espiar e indicó que era un dispositivo de monitoreo del clima que se desvió.
La destrucción del globo “violó gravemente la práctica internacional”, señaló Pekín, y agregó que se reservaba el derecho “de utilizar los medios necesarios para hacer frente a situaciones similares”.
El viernes 10 de febrero, las fuerzas estadounidenses derribaron otro objeto frente a la costa del norte de Alaska.
Las autoridades dijeron que era “del tamaño de un automóvil pequeño” y había estado volando a 12.000 m mientras viajaba en dirección al Polo Norte sin ningún sistema de propulsión o control.
Al día siguiente, el sábado 11 de febrero, un “objeto aerotransportado de gran altitud” similar fue derribado por orden de Estados Unidos y Canadá sobre el territorio de Yukón, en el noroeste de Canadá.
Todavía no está claro qué eran estos dos objetos y los informes dan descripciones mixtas.
El senador Chuck Schumer, el principal demócrata en el Congreso, dijo el 12 de febrero que los funcionarios de inteligencia creían que ambos eran globos, “pero mucho más pequeños que el primero”.
Pero cuando se le preguntó a un portavoz del Departamento de Defensa de EE.UU. acerca de los comentarios de Schumer, respondió que los dos objetos “no se parecían mucho” al globo original.
Y un alto funcionario le dijo a ABC News que los objetos más recientes que fueron derribados probablemente eran globos meteorológicos y no dispositivos de vigilancia.
4 de febrero: el ejército estadounidense derriba un presunto globo de vigilancia frente a la costa de Carolina del Sur. Había estado a la deriva durante días volando sobre EE.UU. Las autoridades dijeron que venía de China y había estado monitoreando sitios confidenciales.
10 de febrero: Estados Unidos derriba otro objeto frente al norte de Alaska que, según los funcionarios, carecía de cualquier sistema de propulsión o control.
11 de febrero: un avión de combate estadounidense derriba un “objeto aerotransportado de gran altitud” sobre el territorio canadiense de Yukón, a unos 160 km de la frontera con Estados Unidos. Fue descrito como cilíndrico y más pequeño que el primer globo.
12 de febrero: aviones estadounidenses derriban un cuarto objeto de gran altitud cerca del lago Hurón “por precaución”.
El domingo 12 de febrero, aviones estadounidenses derribaron otro objeto cuando se acercaba al lago Hurón, uno de los mayores de los Grandes Lagos, que se extienden en la frontera entre Estados Unidos y Canadá.
Este marcó el tercer objeto derribado en tres días y, al igual que los dos anteriores, no está claro qué era.
Los funcionarios de Defensa lo describieron como una estructura octogonal con hilos colgando. Dijeron que fue destruido “por precaución”, porque representaba un peligro para la aviación civil debido a la altura a la que volaba.
Después del último incidente, el comandante de la Fuerza Aérea de EE.UU., encargado de proteger el espacio aéreo estadounidense, indicó que no podía explicar qué eran los tres objetos más recientes, cómo se mantenían en el aire o de dónde venían.
Y cuando se le preguntó sobre la posibilidad de actividad extraterrestre, el general Glen VanHerck señaló que no se había descartado nada.
Las autoridades afirman que los sistemas de radar de EE.UU., que están más equipados para misiles de movimiento rápido que para globos flotantes, podrían detectar más objetos a medida que continúa la búsqueda.
“Ahora, por supuesto, los estamos buscando. Así que creo que probablemente estaremos encontrando más cosas”, le dijo a NBC News el congresista Jim Himes, el principal demócrata en el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes.
Hay varios equipos trabajando en la recuperación de los restos de los objetos.
Se han desplegado helicópteros y aviones de transporte hacia el hielo congelado del mar de Beaufort, frente a la costa norte de Alaska.
“Las condiciones climáticas del Ártico, incluida la sensación térmica, la nieve y la luz diurna limitada, son un factor”, señaló el Ejército estadounidense.
En el Yukón, aviones de patrulla canadienses CP-140 están buscando restos del tercer objeto.
Mientras tanto, ya fue recuperada gran parte del globo original en el océano Atlántico y está siendo analizado por agentes del FBI.
Con la incertidumbre hay cada vez más llamados a la Casa Blanca y a los funcionarios de Defensa para que brinden más información lo antes posible.
“Necesitamos información sobre dónde se originaron, cuál es su propósito y por qué está aumentando su frecuencia”, señaló la diputada demócrata de Michigan Debbie Dingell.
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