Había estado operativa las 24 horas del día, los 7 días de la semana, para satisfacer la demanda navideña. Hasta que el viento la dejó completamente destrozada, con más de 100 personas trabajando en su interior.
Una fábrica de velas en Mayfield, Kentucky, parece haberse llevado la peor parte en la tragedia que causó este viernes una histórica ola de más de 30 tornados en Estados Unidos, la peor en ese estado, según el presidente Joe Biden.
El desastre se ha cobrado hasta ahora al menos 94 víctimas mortales. Se espera que supere el centenar mientras prosigue la búsqueda de desaparecidos.
La factoría de velas Mayfield Consumer Products es uno de los lugares más afectados.
Fue alcanzada directamente por los tornados y reducida a palitos de fósforo, según explicó a CNN la alcaldesa, Kathy O’Nan.
Los equipos de rescate buscan sobrevivientes entre los escombros, pero las autoridades no se muestran muy optimistas.
Hasta el momento, unas 40 personas han sido rescatadas con vida de la fábrica de las 110 que se cree que estaban trabajando el viernes por la noche.
El gobernador de Kentucky, Andy Beshear, quien visitó el lugar, dijo que es poco probable que hubiera más sobrevivientes y que no se ha encontrado a nadie con vida desde el sábado.
Señaló que “sería un milagro“ si alguien más fuera encontrado con vida.
La pérdida de vidas en la fábrica de Mayfield podría exceder la de cualquier tornado en un solo lugar en la historia del estado, agregó Beshear.
También dijo que hay una “situación muy grave” en la planta, debido a las dificultades de buscar en el edificio derrumbado, con fugas de líquido corrosivo.
La planta de velas era un negocio familiar y estaba funcionando a toda máquina a medida que se acercaban las fiestas navideñas y de fin de año.
La cadena CNN reprodujo un pedido de auxilio publicado en Facebook por Kyanna Parsons-Perez, una trabajadora de la planta.
“Estamos atrapados, por favor, todos, consigan un poco de ayuda”, decía la mujer, con la voz temblorosa, mientras se escuchaba a un colega quejándose.
“Estamos en la fábrica de velas en Mayfield… Por favor, oren por nosotros”, agregó. Fue rescatada más tarde.
Otro sobreviviente es el cuñado de Mitchell Fowler, habitante de Mayfield. Lo sacaron de los escombros el sábado por la mañana.
“Está vivo, está en el hospital”, dijo Fowler, de acuerdo a la agencia de noticias AFP. “Estamos a salvo, estamos bien”.
Ivy Williams, cuya esposa trabajaba en un turno de noche en la fábrica, estaba hablando con ella por teléfono cuando se cortó la llamada, le dijo al diario Washington Post.
Dijo que no sabe nada de ella desde entonces.
“Necesito que me ayuden a encontrar a mi esposa, que sean honestos conmigo y me digan lo que se sabe lo antes posible”, dijo al periódico desde un centro de asesoramiento.
Otra de las desaparecidas es Jill Monroe, de 52 años. Su hija, Paige Tingle, dijo a Reuters que “había conducido cuatro horas hasta la fábrica con la esperanza de encontrar a su madre”.
“No sabemos qué pensar. Estamos muy nerviosos. No sabemos cómo sentirnos, solo estamos tratando de encontrarla”, declaró. “Es un desastre. Mis pensamientos están con todos ellos”.
El governador Beshear detalló que se habían desplegado 189 agentes de la Guardia Nacional para ayudar con las tareas de rescate y recuperación en Mayfield.
“Varias máquinas escavadoras no cesan de retirar escombros mientras se oye de manera intermitente el ruido de las sierras mecánicas cortando metal”, dice la agencia EFE al describir las operaciones de rescate en la localidad.
La vicegobernadora de Kentucky, Jacqueline Coleman, dijo a la BBC que el número de muertos aumenta “a cada hora” en Mayfield y en otras partes del estado.
“Nuestros equipos de emergencias están inspeccionando los daños y tocando puertas y llegando a las personas que intentan hacer contacto para ver quién está vivo“.
El congresista local James Comer le dijo a la BBC que nunca había visto una tormenta igual.
“Tuvimos tornados con la misma longitud, pero nunca con ese ancho. El daño que deja es lo más devastador que he visto en toda mi vida”, declaró.
Tony Meeker, residente de Mayfield, describió el momento en que golpeó el tornado.
“De la nada, sonaron las sirenas y luego, poco después, nuestros oídos explotaron. Fue como si la presión bajara. Y luego se sintió como si nuestra casa estuviera a punto de desaparecer, como si hubiera estallado una bomba”, dijo.
Numerosos socorristas también están ayudando a buscar personas con vida entre restos de casas y negocios en otras zonas afectadas del país.
Por Nomia Iqbal, BBC News, Mayfield, Kentucky
Conducir hasta Mayfield con el amanecer fue como adentrarse en una película de terror. Queda muy poco de la ciudad.
Las casas aplastadas ahora están enterradas bajo montones de escombros: juguetes, zapatos y una tarjeta de Navidad sin terminar de escribir yacen entre las láminas de metal retorcidas y los árboles triturados.
Deeneen Moss vive en las afueras y está buscando a su primo. Es una ciudad fantasma.
“Nadie tiene señal en el teléfono. Me levanté muy temprano porque estaba nerviosa y no podía dormir. Quería ver si (mi primo) estaba aquí”.
Mientras conduce por la carretera, dice que no está segura de reconocer la casa. “Es realmente desgarrador. He experimentado tornados antes, pero nunca había visto algo así”.
Deeneen es conductora de un autobús escolar. Cerca de allí, uno de esos autobuses está volcado de lado, con el motor colgando.
Se volaron ventanas y techos de edificios que aún están en pie, incluida una de las iglesias principales.
La vidriera estalló y los escombros cubren los bancos. Mucha gente se refugió allí cuando pasó el tornado.
No hay agua ni electricidad porque las líneas eléctricas est’an destrozadas.
El Ejército vigila la entrada a la fábrica de velas, donde todavía se lleva a cabo una enorme operación de rescate.
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