Cómo las bodas se adaptan a la “nueva normalidad” sanitaria en México
La celebración de bodas en México se hará con la aplicación de una serie de protocolos para garantizar que los eventos cumplan todas las medidas y recomendaciones marcadas por las autoridades sanitarias, según las empresas del sector.
Las parejas se preparan y ajustan sus planes a una situación que hace unos meses no habrían podido imaginar y que ahora es obligada para evitar los riesgos de contagios, de acuerdo con una encuesta de Bodas.com.mx difundida este sábado.
Entre las medidas tanto de las empresas de banquetes como proveedores de todo tipo destacan la capacitación y el equipamiento de su personal, así como la adaptación creativa de las medidas para demostrar que las bodas pueden ser sanas y emotivas.
Las empresas encargadas de la organización y celebración de los enlaces identificarán los puntos más sensibles y de mayor afluencia como primer paso.
Para la industria nupcial, que en México tiene un valor anual de unos 100 mil millones de pesos, -alrededor de US$5 mil millones- reanudar actividades de forma responsable es fundamental para la recuperación sostenible del sector, además de un deber social, explicó Nina Pérez, directora General de la empresa Bodas.com.mx.
En las bodas de la “nueva normalidad” será habitual ver cubrebocas, filtros sanitarios, tapetes sanitizantes y estaciones de gel hidroalcohólico para la desinfección de calzado y manos.
Se evitarán, por ejemplo, las actividades y juegos que impliquen aglomeraciones de personas y se reservará un espacio mayor para los servicios de música y entretenimiento, como las poses de fotos.
Con buenos ojos
La “nueva normalidad” ha sido bien recibida por los novios que aceptan las nuevas pautas, según la encuesta de Bodas.com.mx entre 430 parejas cuyos matrimonios resultaron afectados por la pandemia.
Nueve de cada 10 -87 %- ya adoptaron nuevas medidas preventivas en su nueva fecha. La más popular será la de incorporar dispensadores de gel desinfectante, así como obsequiar cubrebocas a sus invitados.
La mitad -48 %- de aquellos que tuvieron que posponer su boda ya hizo cambios en la logística del evento como mover su celebración al exterior o redistribuir los espacios del salón para salvar la distancia entre invitados.
También una de cada dos parejas -48%- está ajustando algunos servicios de su banquete a las recomendaciones sanitarias. Entre las habituales están optar por menús preparados o aperitivos servidos en vez de buffet o plantear cambios en el tipo de animación para la fiesta.
El amor se pospone, no se cancela
El número de invitados será otro de los ajustes importantes para las bodas de los próximos meses y ya una de cada tres parejas -32%- está haciendo un esfuerzo para reducir su lista de invitados para que las celebraciones concentren a menos personas.
Respecto a la experiencia de los invitados, la mitad de las parejas -51%- ya prevé utilizar herramientas digitales para la comunicación con sus seres queridos.
Las invitaciones digitales, las actualizaciones a través de la web de la boda y, en general, las notificaciones online sobre las medidas que tendrán que tomar los asistentes serán cotidianas.
Las parejas también evaluaron qué hacer con los invitados en situación vulnerable o que vivan lejos y que, debido a las restricciones para viajar, no puedan asistir físicamente.
Para tenerlos más cerca sin comprometer su salud, una de cada tres parejas afectadas -34%- recurrirá a las videollamadas, tan populares durante el tiempo de cuarentena en casa.
La pandemia por COVID-19 ha obligado a retrasar las celebraciones de bodas y se calcula que 2desde marzo se han pospuesto 100 mil casamientos en México.
Del total de enlaces afectados, un 97% optó por reagendar su boda a una nueva fecha, lo que ha supuesto que los proveedores y las empresas implicadas se hayan adaptado a las nuevas normas.
De acuerdo con la estrategia del gobierno federal, la reapertura de los salones de eventos solo se permitirá a partir del semáforo amarillo y con una limitación del 50% de aforo, aunque las restricciones pueden variar según consideren los gobiernos estatales.