La historia del joven que se compró el auto de sus sueños y lo mataron para robárselo
En el crimen participaron dos delincuentes que aún no fueron identificados y continúan prófugos.
El joven tenía 20 años y era el menor de tres hermanos. Trabajaba en una empresa de entrega de electrodomésticos y durante más de un año hizo horas extras para cumplir su objetivo.
Había comprado su Peugeot RCZ tres días antes de recibir un disparo en el pecho, indica la publicación de Crónica.com.
Alan Lautaro Bravo estaba viviendo uno de los momentos más felices de su corta vida. Por más de un año y medio hizo horas extra en el servicio de entrega de electrodomésticos en donde trabajaba.
Su objetivo era comprarse el auto deportivo de sus sueños. Y tras vender su auto usado, llegó a su objetivo: adquirió el automóvil, valuado en poco más de 20 mil dólares (Q155 mil).
“Nunca dejes de soñar y de creer en tus sueños. Bienvenido”, escribió el joven de 20 años en su perfil de Facebook el jueves pasado, junto a una foto de él apoyado en su nuevo vehículo.
Pero el sábado 23 de enero, dos delincuentes interceptaron al muchacho para robarle el auto cuando circulaba en el cruce de Pedro Goyena y Las Heras, en el límite de La Tablada y Lomas del Mirador.
La publicación añade que los ladrones le pidieron que entregara su teléfono celular, la billetera y las llaves del auto.
El joven se apartó después de entregar todo, pero los asaltantes al parecer, según cree la familia de Bravo, no sabían cómo para arrancar el vehículo y por eso le dispararon.
Según la investigaciones, el joven se acercó a la ventanilla y recibió un disparo en su pecho, que le provocó la muerte mientras era trasladado de urgencia al Hospital Doctor Alberto Balestrini, en la localidad bonaerense de Ciudad Evita, en el oeste del Gran Buenos Aires.
Todo sucedió a metros del inmueble que alquilaba, en donde se encontraban un amigo y su novia.
De inmediato, ellos y otros vecinos se acercaron, mientras los dos delincuentes salieron corriendo y dejaron las puertas abiertas del auto.
Alan era el menor de tres hermanos. Comenzó a trabajar con su hermano mayor, Gabriel, hacía tres años y ayudaban a su familia.
Su madre es empleada doméstica y su padre se encuentra desempleado.
“Mi guerrero, mi ejemplo. Mi hermano mayor, papá, amigo, tío, abuelo. Todos los roles, siempre. No tengo las palabras ni los argumentos para agradecerte todo lo que haces por mí, día a día”, había escrito Alan hace dos años en Facebook en un posteo de dedicatoria a su hermano Gabriel.
El texto agrega: “Cómo me retás, cómo me ayudas a crecer y a que cada día aprenda algo nuevo. A siempre elegir el lado de trabajar y no buscar la plata fácil, enseñarme los valores de la vida”.
El joven también había encontrado una referente en una madrina, de nombre Paola, con quien vivió durante un año, y quien trabaja en un destacamento de Morón de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
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Del crimen solo participaron dos delincuentes que aún no fueron identificados y continúan prófugos. Aunque una cámara cerca del lugar de los hechos capturó el momento en el que se daba a la fuga uno de los dos sospechosos de dispararle en el pecho al joven.
Por lo que el video podría aportar elementos determinantes para encontrar a los sospechosos.
La investigación está a cargo del fiscal de la UFI de Homicidios Dolosos de La Matanza, Gastón Duplaá, quien caratuló la causa como homicidio, mientras que la Policía Científica de la Provincia de Buenos Aires tiene a su cargo el análisis de numerosas huellas dactilares que se encontraron tanto en el interior como en el exterior del vehículo que se intentó robar.