Coronavirus: Ejército rescata a guatemaltecos tras 55 días de estar varados en las costas de Honduras
Dos guatemaltecos que estaban a bordo de una embarcación chilena y llevaban 55 días varados en un velero propiedad de un chef chileno, fueron rescatados por la Marina Guatemalteca este lunes 11 de mayo frente a las costas de Honduras.
La embarcación de 48 metros cuadrados estaba anclada frente a la isla de Roatán luego de que sufriera desperfectos mecánicos a consecuencia de una tormenta. Sin embargo, no les permitieron desembarcar debido a las medidas que tomó el vecino país para evitar casos de coronavirus, y 55 días después se quedaron sin alimento, por lo cual solicitaron apoyo a la Marina de Honduras y a la de Guatemala para repatriar a los jóvenes guatemaltecos.
Según detalló el portavoz del Ejército de Guatemala, Carlos de Paz, este día personal de la Marina de la Defensa Nacional de Guatemala realizó el rescate de los jóvenes originarios de Livingston, Izabal, que se encontraban a bordo de esá embarcación.
“Gracias a la coordinación con la Marina de Honduras se lograron hacer las coordinaciones para que un guardacosta de la Marina de Guatemala efectuara el rescate de estos guatemaltecos en el Puerto de Ceiba, Honduras“, señaló De Paz.
El portavoz del Ejército también enfatizó en que los dos fueron trasladados al Comando Naval del Caribe, donde además se les realizó un protocolo médico para determinar que no son portadores de coronavirus, y luego fueron enviados a cuarentena, tal como lo estipuló el Ministerio de Salud.
¿Cómo llegó hasta Roatán?
Según detalló a BBC NEWS Marcelo Escalante, el chef dueño de la embarcación, todo comenzó el 10 de marzo.
Ese día, Escalante se subió al velero que lo llevaría desde Livingston, en Guatemala, hasta Puerto Williams, en Magallanes.
Serían 26 días de viaje. Pero al otro lado del mundo, ese mismo 10 de marzo la pandemia avanzaba a paso rápido y países como Italia o España ya estaban sufriendo las consecuencias devastadoras de la covid-19.
En Centroamérica, no obstante, la noticia era aún lejana.
“Decidimos emprender el viaje sin tener conciencia de lo que estaba pasando”, recuerda Escalante.
Pero al poco tiempo, varios países de Latinoamérica empezaron a cerrar sus fronteras por miedo a la propagación del virus.
Honduras no fue la excepción e impuso esa medida el 15 de marzo.
Así, cuando Escalante decidió detenerse para reabastecerse en el puerto La Ceiba, las autoridades locales le negaron el desembarco.
Debido a fuertes vientos y oleaje, el chef decidió anclar en el malecón de esta zona para pasar la noche.
Pero el clima empeoró.
“Empecé a pedir auxilio porque el viento nos estaba tirando hacia un roquerío”.
“Hice cinco llamadas de emergencia, hasta que por fin apareció la guardia costera. Lograron sacarnos, pero quedé con daños en la quilla y el timón“, cuenta Escalante.
Aún así, en el puerto les dijeron que no podían recibirlos y les recomendaron probar suerte en Roatán, que se ubica frente a La Ceiba.
Con un velero a medio funcionar, el viaje que normalmente toma entre dos y tres horas lo hicieron en 12.
Al llegar a Roatán, no tardaron mucho en darse cuenta de que la respuesta sería más o menos la misma: en esta isla, donde aún no había contagios, los extranjeros tampoco eran bienvenidos. La familia chilena continúa en la embarcación mientras logra realizar las reparaciones necesarias para poder zarpar y seguir su viaje.