El relato de una familia de migrantes venezolanos sobre su dura travesía por Guatemala
La familia ha dicho que varios guatemaltecos los han ayudado, pero que lo han hecho "con miedo" de ser vistos por las autoridades.
Una familia de migrantes logró llegar a la ciudad de Guatemala este miércoles 19 de octubre, luego de viajar por cinco días desde la frontera de Agua Caliente, con la esperanza de buscar una solución rápida para poder llegar a los Estados Unidos.
Comentaron que en su trayecto tuvieron varios obstáculos, como los puestos de registro de la Policía Nacional Civil (PNC), ya que afirman que los agentes les solicitaban a cada miembro Q20 para dejarlos pasar.
Nersy Bastidas, una migrante venezolana de 47 años que tuvo que dejar todo en su país y vender el 90% de sus objetos personales para buscar el famoso sueño americano, mencionó que su familia se ha tenido que dividirse en diferentes lugares mientras intentan seguir adelante.
“Cuando llegamos a Guatemala nos dimos cuenta de que ya no teníamos dinero. Tenemos que esperar un par de días hasta que alguien nos deposite para continuar con nuestro camino”, dijo Nersy.
Afirma que su familia se dispersó, ya que si las autoridades de la PNC o el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM) los retienen, pueden ser expulsados a su país natal.
“Queremos pasar lo más desapercibidos posible, no solo para no perjudicarnos a nosotros sino también al país en donde estamos. En la Casa del Migrante no pudimos estar más de un día” expresó.
“Lo que nos queda es seguir adelante. Acá las leyes son muy estrictas contra los migrantes”, añadió Bastidas.
También expuso que los guatemaltecos han sido muy amables con ellos y que los han ayudado, pero que muchos los han hecho “con miedo”.
“Nos han ayudado con miedo. Hay personas que nos pasan a dejar una bolsa de pan como si fueran dejar una bomba de tiempo”, aseveró la migrante.
“Yo no importo, me importa ahora mi hija”
Moisés Silva, de 28 años e hijo de Nersy, dijo que se encuentran de brazos cruzados en Guatemala, porque han buscado la manera de generar algún ingreso económico y no pueden hacerlo de una forma segura.
“Nos ha constado mucho, hemos tenido que sacar dinero de nuestro pasaje para continuar nuestro camino. Nos tocó esperar a ver lo que podíamos hacer”, dijo Moisés.
El migrante mencionó que su sueño en este momento es que todos los miembros de su familia se encuentren estables, tanto emocional como financieramente.
Contó que tuvo que dejar en Venezuela a su pequeña hija, Marely, de 8años y quiere asegurar un buen futuro para ella.
“Yo ya no importo mucho, lo que me importa ahora es mi hija, que ella pueda contar con lo que uno no contó, que no pase penas y que pueda salir adelante”, expresó.