“Esperemos que se haga justicia”: abuela de Génesis pide que se aplique el peso de la ley contra los involucrados del crimen contra niña de 7 años
Amigos y familiares de Génesis exigen que las autoridades apliquen todo el peso de la ley contra los tres hombres que supuestamente abusaron de la menor y la enterraron en el patio de una vivienda.
“En mi corazón hay mucho dolor”, relató quebrantada en llanto la abuela de Génesis Anayeli Ixcajop, quien exige justicia por el asesinato de la niña de 7 años, cuyo cuerpo fue localizado semienterrado en el patio de una vivienda cercana a la suya, en un barrio de Ciudad Peronia, en Villa Nueva.
“Esperemos que se haga justicia porque me arrebataron a mi angelito”, exclamó luego de haber sufrido la angustia de la desaparición de Génesis Anayeli y, luego, de enterarse de la desgarradora noticia de que fue localizada sin vida. Los presuntos responsables son tres vecinos que son hermanos, uno de los cuales confesó el crimen.
“La quería mucho, era tan pequeña. Ella solo quería jugar con plasticina, jugar con sus amiguitas, no tenía sueños de estudios, solo jugar. Le gustaban sus bombones, era muy cariñosa, muy querida por los vecinos”, describió su abuela al recordar a la niña quien momentos antes de su desaparición salió a jugar frente a su casa como lo hacía habitualmente.
No solo ella recordará a Génesis de una forma tan especial, pues según su abuela, era una pequeña con un trato afable con todos los demás, con la inocencia que la caracterizaba.
“En mi corazón hay mucho dolor. Ella siempre me decía ‘abuelita, ya vine’. Ahora no sé como haremos para vivir”, dijo sin encontrar consuelo.
“Era muy querida por los vecinos, muy admirada porque era cariñosa con la gente. Iba a la iglesia, gozaba en la iglesia; pido a Dios que se haga justicia porque nos arrebataron a una pequeñita con toda una vida por delante”.
Los vecinos esperan que el crimen contra Génesis no quede impune, a la vez que denunciaron sentir temor por los niños que allí viven.
Una niña que buscaba de Dios
Además de ser su vecina, Blanca de González asistía a la misma iglesia en la que Génesis se mostraba siempre con alegría, muy activa y apegada a sus enseñanzas. “No sé como le quitaron la vida porque ella era una niña que buscaba de Dios”.
“Pido justicia para Génesis, que se haga justicia porque no fue un animal al que mataron. Era una niña que tenía mucho que vivir. Tenía anhelo de estudiar, este año entraba a primero”, recordó.
El vacío no quedará solo entre los adultos, Génesis era gran amiga de su nieto con quien compartió horas de juego.
“Se ganaba el corazón de todos. Si ustedes preguntan a otros vecinos, ellos saben como era ella”, dijo rompiendo en llanto y pidiendo a las autoridades que velen por la seguridad de los niños que allí viven, ante la conmoción que les ha dejado la tragedia.
“Aquí se divierten porque necesitan jugar y no hay un campo, pero aquí era donde jugaban y ahora ese es el temor. Si estos sujetos quedan libres no sabemos que podría pasarle a los niños. Nos quedó temor y ellos necesitan protección”, aseguró la vecina.
Al igual que ella, Pablo Galicia, quien visita a su hija y sus dos nietos quienes viven en el mismo sector, reconoció que a los tres hombres señalados del crimen se les recuerda por su consumo de alcohol, lo que incluso los llevó a mantenerse en riñas con otros vecinos.
Pero, a pesar de los antecedentes, han quedado impactados. “Yo no espero que una niña de esa edad encuentre la muerte así Aquí están mis nietos. Yo le digo a mi hija que no los deje salir”.
La perturbación es mayor para Galicia, pues cada vez que visitaba a sus nietos, siempre encontraba a Génesis jugando y le entregaba Q1 con el que la niña compraba un dulce o un chocolate en la tienda.
“Siempre llevaré eso en mi mente. No es justo que esto quede impune. Tienen que hacer algo las autoridades, investigarlos bien, a cuenta de qué hicieron eso si la niña no se estaba metiendo con nadie”, exclamó.
Crimen contra Génesis
De acuerdo a los testimonios, la niña salió a jugar la tarde del 1 enero, en momentos en que uno de los hermanos, quién aún estaría bajo estado de ebriedad, la secuestró mediante engaños, la ingresó a una vivienda y abusó de ella sexualmente.
Los avance de la investigación señalan que no actúo solo sino en complicidad de sus hermanos, quienes le habrían ayudado para ocultar el cuerpo de la niña.
Ante su desaparición se activaron las alarmas y fue entonces que uno de ellos hizo la confesión de los hechos, lo que llevó a que casi fueran linchados por los vecinos, y finalmente puestos a disposición de la Policía Nacional Civil (PNC).
Ante la confesión de uno de los hermanos, los tres fueron puestos a disposición de las autoridades. Tras la alerta, el cuerpo sin vida de la menor se localizó en el interior de una vivienda, debajo de una plancha de cemento. Entre latas vacías y demás basura, se localizó una mochila rosada.