“La mejor vacuna es la que se aplica”: expertos ven con preocupación retraso en el proceso de inmunización
Sectores demandan acelerar el proceso de vacunación, pues la pandemia acecha a quienes no tienen la dosis.
Guatemala recibió el jueves último 321 mil 600 dosis de vacunas de AstraZeneca contra el covid-19, correspondientes al segundo lote adquirido mediante el Mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud, cuando el país le ha dado el esquema completo (dos dosis) de vacunación a apenas mil 898 personas, desde que el pasado 25 de febrero comenzó a aplicar inmunizadores al personal de Salud y de primera línea de atención a la pandemia.
El país ha administrado en total 168 mil 367 dosis, el 98 por ciento de AstraZeneca y el resto de Moderna, con esas cifras, contabiliza uno de los peores cinco registros del continente con respecto a la vacunación del total de habitantes por país.
Ese mismo jueves, el presidente Alejandro Giammattei informó que el 4 de mayo se empezará con la Fase dos del proceso de vacunación, es decir, pese a contar con el medicamento se deben esperar otros seis días, lo que causa preocupación en sectores relacionado con la salud.
Nancy Sandoval, presidenta de la Asociación de Enfermedades Infecciosas y de la Asociación Centroamericana y del Caribe de Infectología, señaló que la vacunación masiva no ha comenzado en Guatemala, pues solo se ha avanzado con parte de la Fase 1, y “las vacunas deben hacerse llegar a las personas y no las personas a la vacuna”, ya que por cada día de retraso es un peligro para quien aún no recibe la dosis.
“Estamos en la Semana Mundial de la Inmunización 2020-2021 recordando la importancia de la vacunación y lo que las vacunas han logrado en el caso del covid-19. Tenemos que ser muy asertivos en indicar que una de las estrategias que nos está mostrando cómo detener la hospitalización, la gravedad y la muerte por covid es la vacuna y vemos con mucha preocupación este retraso, no solo en la llegada de las vacunas sino en el inicio de este puente largo, en el que hemos tenido más de un año de preparación y la población está cansada de esperar”, dijo Sandoval.
“La campaña masiva de vacunación en Guatemala no ha iniciado. Aquí lo que se ha vacunado ha sido la gran parte de la fase uno y eso ha tomado todavía más de dos meses”. Es difícil analizar con ese ritmo cuánto tiempo va a tomar. Lo que sí es cierto es que el Ministerio de Salud tiene que reflexionar y analizar que la forma en lo que lo ha hecho no ha estado correcta”, dijo Sandoval.
Agregó que no acelerar el proceso de inmunización tiene un costo para la población y se corre el riesgo de que haya complicaciones con las dosis por problemas de logística, como la cadena de frío durante la distribución y el resguardo; además, estas pueden caducar.
Óscar Chávez, analista de la organización Laboratorio de Datos, coincide con Sandoval y señala que el retraso en la vacunación evidencia que el Ministerio de Salud no estaba preparado para avanzar en el plan de inmunización.
Agregó que no vacunar con celeridad podría provocar más muertes y destacó que si se continúa a ese ritmo, el país podría tardar hasta 15 años en inmunizar a ocho millones de personas y que “el costo de no acelerar la vacunación los asume la población con sus vidas”.
Solo por tres días de marzo, el país reportó ocho mil dosis diarias, pero esto todavía está lejos de la meta, pues solo se aplican entre mil o mil 200 dosis por día. A ese ritmo Guatemala tardaría unos 15 años en inmunizar a ocho millones de habitantes.
“Si tuviéramos en este momento los 16 millones de Sputnik V y si mantenemos el ritmo de vacunación actual, podríamos tardar hasta 15 años en inmunizar a ocho millones de personas”, dijo Chávez.
“Hemos catalogado el proceso de vacunación como bastante lento y desordenado y, basados en el último dato que tenemos es que se han aplicado 170 mil 109 dosis de las primeras tres entregas, incluidas las dos donaciones y el primer envío de Covax. Eso representa que solo hemos aplicado el 60 % de las primeras dosis en dos meses (…) y nos preocupa que la capacidad de vacunación todavía no haya sido aumentada y veamos que estas dosis simplemente podrían quedarse en inventario sin ser aplicadas”, indicó Chávez.
“Ahora los que están esperando la segunda dosis son todos los doctores el sistema de Salud y los que siguen esperando su primera dosis son los mayores de 70 años, son las poblaciones más vulnerables y ahora tenemos más de 400 mil dosis en inventario que no se están moviendo y administrando y, como lo hemos dicho, “la mejor vacuna es la que se administra”, agregó.
Reiteró que el Gobierno no está preparado para un proceso masivo de vacunación y lo demuestran al no agilizar los proceso pese a tener medicamento disponible.
“Nosotros hubiéramos pensado que el Gobierno estaba listo para recibir más vacunas y empezar a administrarlas (..), pero parece que todavía no estaba preparado, pues aparentemente las van a guardar unos días y esto es extraño porque todavía hay vacunas de las primeras entregas y no hay razón para interrumpir la vacunación y tampoco para disminuir la cantidad de vacunas que se estaban poniendo al día -1 mil 200 dosis”, refirió el analista.
En tanto, Lesly Ramírez, del Centro de Estudios para la Equidad y la Gobernanza de Sistemas de Salud, comentó que hay procesos paralelos que se deben implementar, como la compra y adquisición, registro y organización de los puestos de vacunación y la logística.
“Lo que vemos es que hay grandes debilidades en estos procesos. Por una parte, vemos toda la opacidad y la falta de transparencia en la adquisición de las vacunas, luego el tema de registro, pues es realmente complejo para una buena parte de la población que no tiene acceso a medios electrónicos”, refirió.