“Temía no ver crecer a mi hijo”: la inspiradora historia de la primera guatemalteca que recibió un trasplante de corazón y pulmones en EE. UU.
Con un agujero en su corazón, literalmente, desde su nacimiento, la guatemalteca Lindsay Salguero-López narra cómo ha cambiado su vida desde una exitosa y complicada operación.
Compartir un pastel, comprarse ropa nueva o celebrar con familia y amigos pueden ser satisfacciones muy grandes para celebrar los 40 años.
Sin embargo, para la guatemalteca residente de EE. UU. Lindsay Salguero-López estrenar un corazón y dos pulmones nuevos es el mejor regalo que ha recibido, y que, además, le ha devuelto la vida.
La increíble y ejemplar historia de la madre y exmodelo, residente en Port Washington, Nueva York, se hace viral en las redes sociales tras el anuncio del éxito de la complicada operación.
Salguero-López también se convirtió en la primera persona en recibir un trasplante de de corazón y pulmones de un solo donante en Long Island.
De acuerdo con la cadena de noticias ABC7, la historia de la mujer, madre de un adolescente, comenzó en su natal Guatemala, donde fue diagnosticada a los 6 años de una extraña afección llamada Síndrome de Eisenmenger.
La enfermedad se caracteriza por que el paciente tiene, literalmente, un orificio en su corazón. Esto evita que la sangre irrigue correctamente el oxígeno desde los pulmones hasta el corazón y de allí hasta el resto del cuerpo.
La afección es tan delicada que a los padres de la guatemalteca les dijeron los médicos entonces que la niña solo viviría unos 10 años más.
“Era una niña delgada, constantemente exhausta y propensa a desmayarse. Gracias a la determinación de su madre de buscar un mejor tratamiento médico, la familia llegó a los Estados Unidos cuando López tenía 15 años”, dice la publicación.
De acuerdo con un informe de Northwell Health, Lindsay prácticamente ha luchado por respirar correctamente durante toda su vida y esta simple acción le causaba tremendos dolores.
“Las actividades cotidianas como comer y bañarse eran eventos agotadores para Lindsay, quien ha vivido con un agujero sin reparar en su corazón, conocido como defecto del tabique ventricular (VSD, por sus siglas en inglés) desde su nacimiento. El agujero no solo limitaba su capacidad pulmonar, haciendo que cada respiración fuera una elección cada vez más dolorosa, sino que la privaba de todas las actividades o pasiones que le brindaban alegría.”, dice el informe.
Crisis se agudiza
A finales de enero último, Lindsay compraba comestibles junto con su esposo y su hijo de 16 años cuando se desmayó.
“Su corazón estaba esencialmente empujando contra una ‘pared de ladrillos’ causada por presiones muy altas en sus pulmones, dijo Zachary Kon, director quirúrgico de insuficiencia cardíaca avanzada y trasplante cardíaco de Northwell, así como insuficiencia pulmonar avanzada y trasplante de pulmón; y el cirujano de Lindsay. Y con esa dificultad, su corazón comenzó a fallar significativamente”, dice la nota.
En esos momentos, dijo la guatemalteca, solo quería ir a casa. Sin embargo, explicó que cuando iban de vuelta al hogar se desmayó de nuevo en el asiento trasero del vehículo.
“Sentí como si alguien me metiera la mano en el pecho y comenzara a aplastar mi corazón; no podía respirar, no podía moverme, me sentía terrible”, dijo. “En mi cabeza solo estaba orando, diciendo: ‘Por favor, por favor, Dios, no quiero morir en la parte trasera de mi auto, frente a mi hijo’”, contó la guatemalteca.
Alarmado, su esposo cambió de ruta y la llevó de inmediato hasta el Hospital de la Universidad de North Shore.
“Cerca de la muerte, la única esperanza de Lindsay era un donante compatible tanto para su corazón como para sus pulmones. Ya había esperado tres años en la lista de United Network for Organ Sharing (UNOS), y muchos años antes. Pero dos días después de que Northwell la incluyera en la lista, la suerte de Lindsay finalmente cambió”, dice el boletín de Northwell.
Una nueva vida
El 5 de febrero, la vida de la guatemalteca cambió finalmente, cuando recibió de un donante un nuevo corazón y pulmones. La complicada operación se llevó a cabo en el Sandra Atlas Bass Heart Hospital del North Shore University Hospital.
La operación fue todo un éxito y ahora Lindsay se prepara y se ejercita cada día para enfrentar su rutina de otra forma.
“Respirar por completo es simplemente increíble. Cada vez que respiro profundamente, es abrumador. Siento ganas de llorar cada vez que hago algo que antes no podía hacer”, dice la guatemalteca un mes después.
Este miércoles 16 de marzo volvió al hospital para agradecerles a todos.
“’Me han devuelto la vida’, dijo, mientras las lágrimas se apoderaban de sus palabras y se giraba para agradecer a su equipo médico. ‘Me han dado la oportunidad de seguir viendo crecer a mi hijo, más años con mi esposo y mi familia”’, agregó.
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