Redacción / BBC News Mundo
La aerolínea mexicana Global Air, dueña del avión accidentado nada más despegar de La Habana el 18 de mayo, atribuyó a un “fallo humano” el siniestro en que murieron 112 personas.
Los datos “revelan que la tripulación despegó la aeronave con un ángulo de ascenso muy pronunciado, creando una falta de sustentación que trajo como consecuencia el desplome de la aeronave”, señala un comunicado emitido el lunes por Global Air.
Sin embargo, los resultados de la investigación oficial de las autoridades de aviación civil de México aún no se han publicado.
Por ello, el sindicato de pilotos mexicanos ASPA dijo que la declaración de la compañía en este momento fue “irresponsable”.
De acuerdo con la empresa, también conocida como Damojh, el “resultado del avance en la investigación” se consiguió gracias al análisis de los registradores de voz y vuelo (cajas negras).
Con esa información, se reconstruyó el vuelo en un simulador que reprodujo “las maniobras que la tripulación realizaba”.
En la inspección participaron organismos de Cuba, México y Estados Unidos, entre ellos: el Instituto de Aviación Civil de Cuba (IACC), la Dirección General de Aeronáutica Civil de México (DGAC) y el Buró de Investigación de Accidentes (NTSB, por sus siglas en inglés).
La empresa asegura que “ha venido asumiendo su compromiso con las víctimas” y contribuye para que se esclarezca lo ocurridos “hasta las últimas consecuencias”.
La autoridad de aviación civil de México suspendió las operaciones de la compañía a raíz del accidente. Dijo que la suspensión se mantendría a la espera del resultado de la investigación oficial.
“Se considera oportuno resaltar que tanto la suspensión de actividades de la empresa, así como la verificación técnico administrativa mayor extraordinaria se hicieron ilegalmente y que dichas circunstancias ya se hicieron del conocimiento de las instancias jurisdiccionales”, alegó la compañía en su comunicado.
Sin embargo, un portavoz del sindicato de pilotos mexicanos dijo que Damojh estaba “buscando defender sus intereses” al culpar a la tripulación antes de que la investigación concluyera.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, creó una comisión especial para investigar el accidente.
La aeronave estrellada del modelo Boeing 737-200, aunque perteneciente a Global Air, era operada por la aerolínea Cubana de Aviación, que había comenzado a alquilarla hacía menos de un mes, según declaraciones a la prensa del ministro de Transporte cubano, Adel Yzquierdo.
El avión tenía casi 40 años de antigüedad y ya había volado para otras aerolíneas.
La aeronave ya había sido objeto de quejas de seguridad, según dijeron varios profesionales de la aeronáutica que estuvieron en contacto con el aparato.