Los estadios que albergan partidos de la Copa del Mundo no se construyen por casualidad: un documento de 225 páginas de la FIFA especifica en detalle los requisitos técnicos que deben seguir.
Con una capacidad ideal de 80.000 asientos, un estadio debe estar orientado de norte a sur para evitar cegar a jugadores, espectadores y cámaras.
Debe tener 4 sectores distintos, con entrada propia, para no obstaculizar el flujo de espectadores. Las dimensiones del campo deben ser de 105 x 68 metros más áreas de servicio, en total: 125 x 85 m.
El campo de juego perfectamente nivelado está cubierto con césped bien colocado y de alta calidad. Debe tener un sistema de rociadores automáticos retráctiles, drenaje o calefacción subterránea, según las condiciones del clima.
Tiene que haber dos áreas para suplentes, con capacidad para al menos 23 personas, instaladas a nivel del campo a cada lado de la línea central.
Las áreas para los equipos, con acceso privado, no deben ser menores a 200 m2. Consisten en vestuarios, una sala de masajes, aseos, duchas y oficinas, así como una sala de pruebas antidopaje de 36 m2 como mínimo.
Para los espectadores, los asientos individuales tienen que medir 50 cm de ancho, con un respaldo de al menos 30 cm de alto.
La distancia óptima entre la cancha y el espectador es de 90 a 190 metros. Alrededor del estadio se encuentran el centro de prensa, un centro médico, un estacionamiento y una zona VIP. También debe haber tres controles de entrada, que incluyan cacheos, molinetes e inspecciones visuales.