La producción masiva de aguacates podría ser responsable de sequías en determinados territorios.
Palau se ha convertido en el primer país del mundo en prohibir el uso de protectores solares para proteger sus vulnerables arrecifes de coral.
Para muchos consumidores, quizás es la primera vez que escuchan algo sobre los efectos dañinos de este producto.
Los investigadores creen que los 10 ingredientes químicos que se encuentran en los protectores solares son altamente tóxicos para la vida marina, y pueden hacer que los corales sean más susceptibles a la decoloración.
Sin embargo este producto de uso doméstico está lejos de ser el único que tiene un efecto adverso para el planeta.
Aquí hay otros cinco que quizás te sorprendan.
Si bien las píldora anticonceptivas pueden hacer que menos seres humanos habiten el planeta (lo cual reduce la presión sobre los recursos naturales), un estudio realizado en 2016 en Suecia descubrió evidencias de un inconveniente inusual.
Lina Nikoleris, la autora del estudio, encontró que la hormona etinilestadiol (EE2), una versión sintética del estrógeno que se encuentra en las píldoras anticonceptivas, estaba cambiando el comportamiento y la genética de algunos peces.
Al ser liberada en el agua como residuo, la EE2 demostró ser la causante de cambios en “el equilibrio genético” de peces como el salmón, la trucha y la cucaracha, que tienen más receptores de estrógeno que los humanos.
El estudio también encontró que esta hormona hacía más difícil que los peces atraparan los alimentos.
“Estudios previos han demostrado que los peces también desarrollan problemas para procrear”, dijo Nikoleris.
“Esto puede traer la desaparición completa de toda una población de peces así como otras consecuencias para ecosistemas enteros”.
Hay malas noticias para los amantes del aguacate.
Este alimento también es perjudicial para el medio ambiente.
La organización Water Footprint Network, que hace campaña por un uso más eficiente del agua, calculó que para cultivar un solo aguacate hacen falta alrededor de 272 litros de agua.
Los efectos de esto son devastadores para las regiones en las que se cultiva este fruto.
En 2011, una investigación realizada por las autoridades del agua en Chile encontró al menos 65 ejemplos de campos de aguacate que desvían ilegalmente ríos y otras fuentes de agua a sus plantaciones.
Algunos culparon a estos agricultores de una fuerte sequía, que obligó a los habitantes locales a elegir entre beber y bañarse.
Otro alimento popular también engrosa esta lista: la piña.
La llamada reina de las frutas se cultiva a un ritmo tal que en algunas partes del mundo está teniendo un impacto perjudicial para el medio ambiente
En Costa Rica, uno de los países que más piñas cultiva, se han talado miles de hectáreas de bosques para hacerle espacio a estas frutas.
La Federación Conservacionista de Costa Rica dice que bosques completos han desaparecido de la noche a la mañana, causando daños irreversibles.
Las piñas se producen en vastos monocultivos (la producción intensa de un solo cultivo) y requieren una gran cantidad de pesticidas, que también pueden ser perjudiciales para el medio ambiente.
El aceite de palma es uno de los aceites vegetales más eficientes y versátiles del planeta, pero su uso generalizado ha dado lugar a una importante deforestación.
En un informe de 2018, el grupo conservacionista WWF advirtió que la conversión de bosques tropicales y turberas en plantaciones de aceite de palma liberaba “cantidades masivas de dióxido de carbono, alimentando el cambio climático y destruyendo el hábitat de especies como los orangutanes“.
Si bien muchos son conscientes de la presencia de aceite de palma en productos comestibles como el chocolate, la margarina, el helado, el pan y las galletas, hay menos personas que conocen su papel en numerosos productos para el hogar.
En el champú, por ejemplo, el aceite de palma se usa como una forma de acondicionador.
El aceite de palma también se encuentra en productos como pintalabios, detergentes para lavar, jabón de manos y pasta dental.
No es solo la contaminación del aire de la que deberían cuidarse las personas.
La mala calidad del aire en nuestros hogares, causada por productos cotidianos del hogar como los ambientadores, es tan o más preocupante.
Los ambientadores contienen a menudo una sustancia química llamada limoneno, que se usa comúnmente para dar un olor a cítricos, y también se usa en los alimentos.
Por sí solo no es un producto químico que represente un gran peligro para la salud. Sin embargo, una vez liberado en el aire puede convertirse en un problema.
Un experimento llevado a cabo por la BBC descubrió que cuando el limoneno reaccionaba con el ozono presente en el aire, producía formaldehido.
La exposición frecuente al formaldehido puede contribuir a aumentar la incidencia de enfermedades como el asma, entre otras.
Los vínculos entre el formaldehido y el cáncer se establecieron en la década de 1980 y desde 2011 se ha catalogado como un carcinógeno humano conocido.