Se van con la familia y se llevan sus fortunas a países que les den las garantías de seguridad, estabilidad financiera y calidad de vida.
Seguridad familiar, estabilidad financiera, oportunidades comerciales, bajos impuestos y estilo de vida, son algunas de las razones que impulsan a las personas más ricas a dejar un país.
Por eso, si se avecina una grave crisis, los primeros en migrar son aquellos que tienen el dinero para hacerlo.
“Si se mira cualquier colapso de un país en la historia, normalmente es precedido por una migración de personas ricas”, dice el informe “Global Wealth Migration Review”, elaborado por New World Wealth, una consultora de mercado con sede en Johannesburgo, Sudáfrica.
La investigación incluyó el análisis de aquellos individuos con fortunas netas de más de US$1 millón en las 90 mayores economías del mundo.
En América Latina estudiaron la migración de personas acaudaladas provenientes de Brasil, México, Colombia, Argentina, Chile, Perú, Venezuela, Uruguay, Panamá, Paraguay.
Cuando no hay ninguna crisis y el escenario económico es favorable, los millonarios consideran otros factores para mudarse como los sistemas educacionales y de salud, el clima o los niveles de contaminación.
El ranking está liderado por China, India, Turquía, Reino Unido y Francia. Siguen Rusia, Brasil, Indonesia, Arabia Saudita, Nigeria y Venezuela.
Cada vez se han vuelto más comunes las visas para inversionistas, especialmente para los millonarios del Medio Oriente y Asia.
Generalmente quienes las poseen hacen inversiones en propiedades locales valorizadas entre US$300.000 y US$3 millones, en bonos o creación de negocios.
Peculiar es el caso de Malta que les ofrece inmediatamente la ciudadanía, en vez de una visa de residencia.
Ahora bien, a pesar del aumento de las visas para inversionistas, solo un 20% de los millonarios las utiliza.
La mayoría emigra con un segundo pasaporte, transferencia laboral, o visas por lazos consanguíneos.
Mientras que los millonarios brasileños prefieren mudarse a Portugal, Estados Unidos y España, los venezolanos lo hacen principalmente a Estados Unidos.
Según el estudio, los efectos de la migración de millonarios en el país que los recibe son positivos, excepto el posible impacto en el sector inmobiliario.
Si migran muchas personas ricas a un mismo lugar, se dispara el precio de las propiedades a niveles que los habitantes locales no pueden pagar.
Esa presión, puede obligar el desplazamiento de familias locales que no pueden resistir el aumento de los precios.
En algunos países se han creado ciertas regulaciones, como es el caso de Australia, donde los extranjeros solo pueden comprar casas nuevas.
Sin embargo, en la mayor parte de los sitios, el sector inmobiliario no está sometido a restricciones que limiten las alternativas de compra de quienes tienen grandes fortunas.
Existen cerca de 15,2 millones de ricos en el mundo, considerando aquellas personas que tienen una fortuna superior a US$1 millón, según New World Wealth.
De ellos, 584.000 personas son multimillonarias, clasificados en esta categoría los individuos que tienen al menos US$10 millones.
Y en tercer lugar están los milmillonarios (billionaires, en ingles), palabra que no existe en español, pero que se refiere a los que tienen más de US$1.000.
Ellos son 2.252 personas en todo el mundo.
Mirando hacia el futuro, la investigación proyecta un aumento de 50% de la riqueza global en la próxima década, motivado principalmente por un fuerte crecimiento en Asia.
Y la riqueza privada crecerá más rápidamente en países como Sri Lanka, India, Vietnam, China y Mauricio.
Venezuela está en medio de una crisis política, económica y social que ha provocado desabastecimiento, violencia y una inflación proyectada de un millón por ciento para fines de este año, según el Fondo Monetario Internacional.
Los primeros en emigrar fueron las personas con grandes fortunas, pero el fenómeno comenzó a expandirse hasta que se produjo una fuga estimada en 7% de la población.
En los últimos años, cientos de miles de personas, especialmente en situación vulnerable, comenzaron a buscar refugio en otros países de la región y en los últimos meses, se ha producido uno de los mayores éxodos migratorios en la historia reciente de América Latina por la crítica situación económica que atraviesa el país.
Y el otro país latinoamericano que aparece en la lista, Brasil, acaba de dejar atrás una de las peores recesiones de su historia, con una modesta expansión de 1% en 2017.
Su economía se contrajo en 2015 y 2016, con fuertes presiones inflacionarias y una crisis política que sacudió al país.
Analistas proyectan que la recuperación avanzará paso a paso, en la medida que se estabilice el sistema político.