La organización del certamen anunció una "revisión interna" después de que surgieran denuncias de que algunas participantes se beneficiaban irregularmente
Los organizadores del concurso de belleza Miss Venezuela anunciaron este miércoles la suspensión temporal del certamen y una revisión total de su funcionamiento y estructura.
El anuncio llegó después de que varias exparticipantes se acusaran unas a las otras en las redes sociales de haberse beneficiado económicamente de su cercanía con altos dirigentes venezolanos.
“Se ha tomado la decisión de iniciar una revisión interna para determinar si algunos de sus relacionados, durante el curso de sus gestiones, ha incurrido en actividades que quebranten los valores y la ética del certamen”, señaló en un comunicado el Grupo Cisneros, la empresa que lo organiza.
Hasta que se complete, “tanto los castings de Miss Venezuela como de Mister Venezuela quedarán temporalmente suspendidos”.
El escándalo estalló la semana pasada con acusaciones de antiguas concursantes, como la presentadora Annarella Bono o Hannelly Quintero.
Ambas reprocharon a otras modelos beneficiarse de sus vínculos con Diego Salazar, primo de Rafael Ramírez, el expresidente de PDVSA, la petrolera estatal.
Salazar está ahora encarcelado en Venezuela, acusado de operaciones de lavado de dinero.
Bono afirmó que algunas de las reinas de la belleza son “enchufadas”, como se refieren en el país sudamericano a quienes se aprovechan de su cercanía a los círculos oficiales.
Quintero difundió una fotografía de un supuesto acto de la “Fundación Diego Salazar”, dedicada a la ayuda a la infancia, en la que aparecían Stefanía Fernández y Vanessa Goncalves, vencedoras en los concursos de 2008 y 2010, respectivamente.
“Repartían a los más necesitados y a ellas les llenaban la cuenta en dólares sacados del desangre de PDVSA”, escribió Quintero al pie de la imagen.
La Fiscalía venezolana investiga la desviación de fondos de PDVSA en los últimos años.
Quintero sostuvo además que las misses cercanas a Salazar obtuvieron dádivas como autos, apartamentos o lujosos viajes.
Sus comentarios dieron pie a airadas reacciones en las redes de otras misses, que se enzarzaron en comentarios sobre el rédito obtenido de su proximidad a la dirigencia chavista.
Otras concursantes de ediciones anteriores aseguraron que algunas modelos habrían mantenido relaciones sexuales con altos cargos a cambio de favores.
El canal Venevisión y el Grupo Cisneros, que gestionan el concurso, negaron toda relación con las supuestas prácticas irregulares de algunas de sus estrellas. Negaron haber tenido conocimiento de que se hubieran producido.
A la espera de que culmine el proceso de revisión previsto, la organización afirmó en el comunicado emitido que “se enfocará en la reestructuración del certamen, y reforzará su código de ética, reglas de participación y cada uno de sus controles internos con el fin de asegurar que hechos como los que han sido atribuidos a terceros en redes sociales, no tengan cabida alrededor del concurso”.
Jonathan Blum, presidente de Cisneros Media, que controla el extenso entramado mediático del Grupo Cisneros, dijo a la agencia Efe que no podía concretar cuándo Miss Venezuela volvería a la normalidad.
“Mientras más rápido podamos hacerlo (la revisión), mejor, pero en este momento no puedo decir si son 30 días o si son 5 meses”.
El concurso de belleza Miss Venezuela fue durante muchos años el reflejo de la época de abundancia en que vivió el país en las décadas de 1970 y 1980.
Dotado con un extraordinario presupuesto, era un acontecimiento televisivo enormemente popular y creó la potente industria de la belleza en el país.
Pero en los últimos años, el certamen cayó en la misma crisis en la que se halla sumida Venezuela.
Con menos medios y menos audiencia, la última polémica supone un problema añadido.