El ultrasonido mide la intensidad del pulso en el cuello.
Una prueba de ultrasonido que toma cinco minutos puede utilizarse para detectar a las personas que tienen riesgo de demencia, antes de que aparezcan los síntomas.
Esa es la conclusión de un estudio que analizó los vasos sanguíneos del cuello de más de 3.000 personas y las monitorearon durante los siguientes 15 años.
Descubrieron que los que mostraron pulsaciones más intensas al inicio del estudio fueron los que experimentaron el mayor deterioro cognitivo durante la década siguiente.
Los investigadores esperan que sus hallazgos conduzcan a una nueva forma de detectar el deterioro cognitivo que lleva a la demencia.
El estudio, realizado por un equipo internacional de expertos y dirigido por la Universidad de Londres (UCL), midió el pulso de los vasos que transportan sangre hacia el cerebro.
Cuando el corazón late genera un “pulso” físico que viaja a través del cuerpo en un efecto de ondas.
Los vasos cerca del corazón, cuando son elásticos y sanos, a menudo disminuyen la energía de este pulso para evitar que alcance los vasos más delicados en el organismo.
Pero los factores como el envejecimiento y la presión arterial alta pueden endurecer estos casos y disminuir este efecto protector.
Como resultado, un pulso progresivamente fuerte puede viajar hacia los frágiles vasos que abastecen el cerebro.
Y esto, con el tiempo, puede provocar cambios estructurales en el cerebro que pueden contribuir al desarrollo de demencia.
El equipo de investigadores midió el pulso en los vasos que llevan sangre al cerebro en 3.191 personas en 2002.
Durante los siguientes 15 años los investigadores llevaron a cabo pruebas de memoria y de capacidad para resolver problemas en los participantes.
Los científicos encontraron que aquéllos que mostraron el pulso más intenso (el 25% de los participantes) al comienzo del estudio tuvieron 50% más probabilidades de mostrar deterioro cognitivo acelerado durante la siguiente década, comparados con el resto de los participantes.
Según los investigadores, este es el equivalente de un deterioro adicional de casi un año o año y medio.
El deterioro cognitivo a menudo es uno de los primeros signos de demencia, aunque no todos los que lo experimentan desarrollan la enfermedad.
Los investigadores afirman que la prueba puede ofrecer una nueva forma de identificar a las personas que están en riesgo de desarrollar demencia, y esto puede conducir a tratamientos más tempranos y a intervenciones en el estilo de vida.
La evidencia muestra que controlar la presión arterial y el colesterol, mantener una dieta sana, hacer ejercicio regular y no fumar pueden ayudar a prevenir la demencia.
El doctor Scott Chiesa, uno de los investigadores de la UCL, dice: “La demencia es el resultado final de décadas de daños, así que para cuando una persona presenta demencia ya es demasiado tarde para hacer algo”.
“Lo que estamos tratando de decir es que necesitas intervenir lo más temprano posible, identificar una forma de ver quién está realmente progresando hacia la posibilidad de presentar demencia y enfocarnos en ellos”.
El estudio, cofinanciado por la Fundación Británica del Corazón, no contiene datos sobre cuántas personas desarrollaron demencia.
Pero los investigadores planean ahora usar escáneres de imágenes por resonancia magnética (IRM) para analizar si los participantes también mostraron cambios estructurales y funcionales dentro del cerebro que podrían explicar su deterioro cognitivo.
También intentan probar si los escáneres mejoran los puntajes de predicción de riesgode demencia que ya existe.
La doctora Carol Routledge, directora de investigación de la organización Alzheimer’s Research UK, afirma que todavía se debe confirmar si la ecografía puede mejorar el diagnóstico de demencia.
“Lo que sabemos es que el abastecimiento sanguíneo en el cerebro es increíblemente importante, y que mantener un corazón y una presión arterial sanos está asociado con un menor riesgo de desarrollar demencia”, dijo.