Michael Rotondo dijo que no veía por qué sus padres no podían simplemente esperar un poco a que deje la casa.
Los padres de un hombre de 30 años tomaron medidas drásticas para que su hijo abandonara el nido: lo demandaron.
Un juez del estado de Nueva York, Estados Unidos, les dio la razón este martes.
Según los documentos de la corte, el joven Michael Rotondo no pagaba alquiler ni ayudaba con las tareas domésticas en la casa familiar.
A pesar de que sus padres Mark y Christina le habían hecho llegar cinco cartas avisando del desalojo, su hijo se negaba a irse.
“Hemos decidido que debes abandonar esta casa de inmediato”, se lee en la primera misiva, del 2 de febrero, según el expediente judicial.
Michael ignoró la carta y sus padres redactaron un aviso de desalojo apropiado con la ayuda de su abogado.
“Quedas desalojado”, se lee en una notificación del 13 de febrero, firmada por la señora Rotondo.
“Se iniciará un procedimiento legal inmediatamente si no te vas antes del 15 de marzo de 2018”, dice el aviso.
Días después, la pareja le dio a su hijo US$1.100 para mudarse y criticaron su comportamiento en otra carta.
“Hay trabajos disponibles incluso para aquellos con un historial de empleo pobre como el tuyo. Consigue uno: ¡tienes que trabajar!”, le dijeron.
Pero no hubo respuesta y para el 30 de marzo, estaba quedando claro que el hijo no tenía ninguna intención de irse.
En abril, el matrimonio Rotondo acudió a la corte municipal local para tratar de desalojar a su hijo.
Pero les dijeron que, debido a que Michael es un familiar, necesitarían que un juez de una Corte Suprema le ordenara oficialmente que empezara a empacar.
Los Rotondo presentaron su caso ante la Corte Suprema del condado de Onondaga, cerca de Syracuse, Nueva York, el 7 de mayo.
En una audiencia celebrada este martes, Michael argumentó que no le habían notificado que se fuera con la suficiente antelación y que necesitaba un plazo mínimo de seis meses.
El juez del caso, Donald Greenwood, calificó esta defensa del hijo como “indignante”.
Pero Rotondo, que se representó a sí mismo, dijo que la notificación de desalojo era lo indignante.
“No veo por qué no pueden simplemente esperar un poco a que deje la casa”, señaló, mientras sus padres observaban, sentados con su abogado.
El hijo argumentó que seis meses era “un tiempo razonable para alguien que ha estado dependiendo de otras personas”.
Sin embargo, reconoció que se había gastado los US$1.100 que recibió de sus padres y que no ayudaba en las tareas domésticas.
Finalmente Greenwood ordenó al abogado de los padres que redacte una orden de desalojo.
Al salir de la audiencia, el hijo declaró a los reporteros que cubrían el juicio que apelará la decisión del magistrado.
Contó que la relación con sus padres se ha vuelto muy tensa y que nunca habla o interactúa con ellos en la casa.
Aseguró que sí tenía un trabajo, pero no dio detalles sobre este. Solo dijo “mis negocios son mis negocios”.