Por primera vez su rabia y su dolor tuvieron eco en un tribunal de justicia.
Dieciséis de las mujeres que acusan al multimillonario neoyorquino Jeffrey Epstein de abuso sexual expresaron este martes su indignación ante la imposibilidad de que el financiero pague por los crímenes de los que le acusan.
El cuerpo de Epstein fue hallado en su celda en el Metropolitan Correctional Center en Manhattan el pasado 10 de agosto y el forense determinó que la causa de la muerte fue “suicidio por ahorcamiento”·.
El financiero estaba a la espera de juicio por acusaciones de abusos sexuales, tráfico de menores y conspiración. Se enfrentaba a una pena de hasta 45 años de cárcel en caso de haber sido declarado culpable.
Para las supuestas víctimas, la muerte fue “una escapatoria cobarde” para Epstein.
Aunque el caso contra Epstein será sobreseído por su fallecimiento, el juez de distrito Richard Berman invitó a las denunciantes a declarar en el tribunal.
Courtney Wild, que afirma que Epstein abusó sexualmente de ella cuando tenía 14 años, dijo ante el juez: “Me siento muy enojada y triste. En este caso nunca se ha hecho justicia“.
Wild relató que fue reclutada para ser masajista de Epstein en el avión privado del financiero, apodado el “Lolita Express” por las sospechas de lo que sucedía en su interior con chicas menores de edad.
La mujer calificó a Esptein de “cobarde capaz de manipular el sistema de justicia”.
“Me robó los sueños, mi oportunidad de seguir una carrera que adoraba”, dijo Jennifer Araoz, que acusó a Epstein de violarla en su mansión de Nueva York cuando era una aspirante a actriz de 15 años.
“El hecho de no poder hacer frente a mi depredador en un tribunal me corroe”, añadió. “Dejaron que este hombre se matara y matara la oportunidad de hacer justicia para muchas otras personas”.
Otra mujer, Chauntae Davies, fue tajante: “No le dejaré vencer con la muerte”.
Davies precisó que fue violada por Epstein en la isla privada del millonario después de haber sido contratada para darle masajes.
Algunas de las demandantes prefirieron no dar su nombre.
Una de ellas intentaba evitar el llanto mientras decía: “Necesitamos saber cómo murió. Fue totalmente como un nuevo trauma. No fue bueno despertarse aquella mañana y averiguar que supuestamente se había suicidado”.
En la misma línea, Virginia Roberts Giuffre, que acusó a Epstein de retenerla como “esclava sexual”, manifestó: “Mis esperanzas fueron rápidamente frustradas y mis sueños fueron robados”.
En una declaración jurada anterior, Giuffre testificó que cuando tenía 15 años trabajaba en el resort del ahora presidente de EE.UU., Donald Trump, en Mar-a-Lago (Florida). Entonces se le acercó la británica Ghislaine Maxwell para pedirle que le diera masajes a Epstein.
Además, Giuffre denunció que fue forzada, en tres ocasiones, a tener relaciones sexuales con el príncipe Andrés, algo que el duque de York niega.
Otra de las supuestas víctimas dijo en un comunicado enviado por su abogado al periódico Miami Herald: “No puedo decir que me alegre que se haya suicidado, pero estoy en paz al saber que no podrá hacer daño a nadie más”.
El juez de distrito Richard Berman programó la vista de este martes la semana pasada para permitir que ambos lados fueran escuchados, si así lo deseaban.
Berman inició la sesión comentando que el caso había dado un giro “bastante sorprendente”.
Reid Weingarten, uno de los abogados de Epstein, le pidió al juez que investigue las circunstancias de la muerte de su cliente.
Weingarten señaló que la defensa es “escéptica respecto a la certidumbre de la conclusión de los forenses de que fue un suicidio” y apuntó que hay temas sin resolver sobre las grabaciones de la cámara de seguridad.
Por su parte, la asistente de la fiscalía Maureen Comey declaró que el gobierno continuará investigando a Epstein y que el “sobreseimiento no disminuye de ninguna manera la determinación del gobierno”.
Después de los comentarios de los abogados, el juez invitó a las denunciantes de Epstein a hablar.
La iniciativa fue calificada como inédita, por cuanto el acusado está muerto.
Pero Berman quiso darles la oportunidad de hablar ya que muchas de ellas no pudieron ser escuchadas ante un juez ni contar su historia al público mientras Epstein vivía.
El abogado Elliot Williams explicó en la cadena CNN que el gesto sirve “como una suerte de catarsis, un acto de servicio público hacia las víctimas, pero también para crear un récord para futuros procesos contra potenciales co-conspiradores”.
Los fiscales señalaron que, efectivamente, la investigación sigue su curso y otras personas pueden ser imputadas.
Además, varias de las denunciantes han presentado demandas contra el patrimonio de Epstein.
Dos días antes de su muerte, el financiero firmó un testamento con el que traspasó sus US$577 millones en bienes y acciones a un fideicomiso.
Epstein fue acusado de pagar a chicas menores de 18 años para que realizaran actos sexuales en las mansiones del financiero en Manhattan y Florida entre 2002 y 2005.
También se lo acusó de pagar grandes cantidades de dinero a dos posibles testigos antes del juicio, que se iba a celebrar el año que viene.
En 2008, evitó unas acusaciones similares en un controvertido acuerdo secreto al declararse culpable de cargos menores.
El manejo de aquel caso fue revisado en meses recientes y en julio el secretario de Trabajo de EE.UU., Alex Acosta, exfiscal de Miami, dimitió por el papel que jugó para alcanzar ese acuerdo,
El multimillonario fue detenido el pasado 6 de julio tras aterrizar en Nueva Jersey en su jet privado y estaba en prisión sin fianza.