Compararon diferentes especies de primates realizado estudios entre especies y llegaron a la conclusión que la clave no está en la inteligencia sino en una región específica del cerebro.
Nuestros parientes cercanos entre los primates han venido sorprendiendo a los científicos con su habilidad de usar lenguaje de señas o utilizar herramientas.
Pero hay una pregunta fundamental que ha desconcertado a los investigadores durante siglos.
¿Por qué solamente los seres humanos podemos hablar?
Un nuevo estudio revela que la clave no está en la inteligencia sino en una región específica del cerebro.
Los investigadores compararon los cerebros de diferentes especies de primates.
Y constataron que aquellos con un “repertorio vocal” más amplio tienen una mayor parte de su cerebro dedicada a controlar el aparato vocal.
Esto significa que el habla en los seres humanos habría evolucionado a medida que el cerebro aumentó sus conexiones en la región que controla ese aparato vocal.
La habilidad de hablar, entonces, no se debe puramente a que los seres humanos sean más inteligentes que otros primates.
Los seres humanos y otros primates tienen una anatomía vocal muy similar, en lo que respecta a la lengua y la laringe, la parte del cuerpo que nos permite transformar el aire en sonidos.
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Si la anatomía de la lengua y la laringe es similar, el gran misterio era hasta ahora por qué solamente los seres humanos hablan, señaló Jacob Dunn, de la Universidad Anglia Ruskin en Cambridge y autor principal del estudio.
“Se pensaba que esa habilidad se debía a diferencias en el cerebro, pero hasta ahora no se habían realizado estudios comparativos entre especies“, señaló Dunn a la BBC.
Esa comparación es precisamente lo que Dunn y su colega Jeroen Smaers se propusieron hacer.
Los científicos elaboraron un ránking de 34 especies de primates según sus habilidades vocales, es decir, el número de sonidos o vocalizaciones que pueden producir en condiciones silvestres.
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Los investigadores examinaron luego los cerebros de cada especie preservados en museos.
“Encontramos que hay una parte del cerebro que se relaciona directamente con su repertorio de vocalizaciones”, señaló Dunn.
El último en el ránking de habilidades vocales es el mono narigudo, una especie endémica de Borneo que sólo produce cuatro llamados claramente distinguibles.
Y en el tope de la lista de primates no humanos está el bonobo o chimpancé pigmeo, que puede realizar al menos 38 llamados diferentes.
El estudio señala que los bonobos tienen bien desarrolladas partes del cerebro llamadas áreas de asociación cortical, regiones cerebrales que reciben estímulos sensoriales y deben decidir qué hacer con ellos.
“Estas áreas funcionan como una especie de filtro para controlar el proceso de toma de decisiones”, señaló Dunn.
Y una diferencia crucial es que en los bonobos y chimpancéslas áreas que controlan la lengua están más desarrolladas que en otros primates.
Esto indica, de acuerdo a los investigadores, que mientras nuestros primos primates pueden ser lo suficientes listos como para comprender formas complejas de comunicación, tienen un gran factor limitante: el control voluntario de su aparato vocal.
El estudio es importante porque como no es posible estudiar nuestros ancestros extintos, las investigaciones de primates cercanos a los seres humanos son la mejor forma de buscar pistas sobre la evolución del lenguaje.
Entender qué áreas del cerebro en otros primates se conectan a la vocalización “nos ayuda a comprender cómo evolucionó el complejo control voluntario del aparato vocal en los seres humanos”, concluyó Dunn.