La circuncisión es una práctica quirúrgica simple, pero no exenta de riesgos.
Un bebé de cinco meses falleció en Italia después de que sus padres le realizaran una circuncisión en su casa, según informaron las autoridades del país.
El bebé ingresó en un hospital de la ciudad italiana de Bolonia con paro cardíaco el pasado viernes por la noche y murió poco después.
Las autoridades de la provincia de Reggio Emilia, en el norte del país, ya iniciaron una investigación contra los padres, quienes, según informes, son de origen ghanés.
El pasado mes de diciembre, un niño de dos años murió tras habérsele practicado otra circuncisión en un centro para migrantes de Roma.
Cada año se realizan en Italia unas 5.000 circuncisiones, pero más de un tercio se llevan a cabo de forma ilegal, según Amsi, la asociación de médicos de origen extranjero de Italia.
Los centros de salud públicos italianos no realizan circuncisiones, así que muchos inmigrantes procedentes de países musulmanes, donde es una práctica común, deciden realizar la intervención en casa.
La circuncisión es una intervención quirúrgica sencilla recomendada en algunos casos, pero tampoco está exenta de riesgos, como recuerda a continuación Michelle Roberts, editor de salud de la BBC.
La circuncisión está recomendada clínicamente en casos en los que la estrechez del prepucio impide que el glande salga total o parcialmente. Es lo que se conoce como fimosis. También si se sufre de balanitis, infecciones recurrentes en el pene o el prepucio.
Hay pruebas de que los hombres circuncidados tienen un menor riesgo de contraer el VIH de parejas femeninas VIH positivas.
No está claro si la circuncisión reduce también el riesgo de otras infecciones de transmisión sexual, pero algunos estudios sugieren que puede llegar a reducir la posibilidad de contraer verrugas genitales causadas por una familia de virus llamada VPH.
Los principales riesgos de la cirugía suelen ser el sangrado y la infección.
Pero, en muchos casos, el procedimiento se realiza no por consideraciones médicas, sino porque así lo mandan religiones como el judaísmo y el islam.
En Europa la circuncisión masculina no es ilegal, pero cada vez resulta más controvertida.
Profesionales de la salud de países como Dinamarca, Suecia, Islandia, Finlandia, Noruega y Groenlandia llevaron hace un par de años una campaña para defender que tiene que ser el niño quien decida lo que quiere hacer con su cuerpo.
Para ello se basaron en lo que defiende la Convención sobre los derechos del niño de Naciones Unidas: “Los niños tienen derecho a expresar sus opiniones y a recibir protección contra rituales tradicionales que pudieran perjudicar su salud”.
En Islandia, por ejemplo, se llegó a plantear una polémica ley que establecía hasta seis años de cárcel para quienes practicasen la circuncisión. Finalmente la propuesta fue desestimada y ni llegó a debatirse en el parlamento islandés.
En 2012, un tribunal alemán aprobó la prohibición de la circuncisión en una localidad germana después de las complicaciones quirúrgicas que tuvieron lugar durante la intervención de un niño musulmán de cuatro años.
El magistrado justificó su decisión diciendo que se había “cambiado de forma permanente e irreparable” el cuerpo del menor.
El gobierno alemán aclaró más tarde que el procedimiento es legal siempre que lo realicen profesionales capacitados.