Tess investigará estrellas con la esperanza de captar las caídas en el brillo que ocurren cuando los planetas que las orbitan pasan por delante.
Con Tess, despega una nueva era en la búsqueda de planetas.
La Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA) lanzó este miércoles desde Cabo Cañaveral, Florida, el satélite Tess, cuya misión es encontrar miles de nuevos mundos más allá del Sistema Solar.
Tess investigará estrellas con la esperanza de captar las caídas en el brillo que ocurren cuando los planetas que las orbitan pasan por delante.
El objetivo de Tess es compilar un catálogo para que otros telescopios puedan llevar a cabo un análisis más detallado.
“Tess está equipado con cuatro cámaras muy sensibles que permitirán monitorear casi todo el cielo“, dijo George Ricker, el principal responsable de la misión.
Ricker, investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, en inglés), señaló que Tess detectará planetas con un proceso “llamado de tránsito”.
“Podemos ver la sombra, efectivamente, del planeta que pasa por delante de una estrella”, explicó Ricker.
El considerado último telescopio de la NASA fue lanzado en un cohete Falcon 9 de Space X.
El nombre de Tess es un acrónimo en inglés derivado de Satélite de Exploración de Exoplanetas en Transición (Transiting Exoplanet Survey Satellite).
El satélite debió haber partido el lunes, pero la empresa encargada de lanzarlo, Space X, pidió más tiempo para investigar un problema con los sistemas de guía del cohete.
El miércoles, en un vuelo de 49 minutos, el satélite fue puesto en una órbita muy elíptica sobre la Tierra.
Los encargados de la misión diseñaron una nueva órbita que lo tendrá “atrapado” por la gravedad de la Luna.
Eso servirá para emplear muy poco combustible para gestionar las operaciones, lo que permitirá que la misión dure varias décadas, en tanto la NASA lo encuentre de valor.
Tess sigue los pasos de Kepler, un telescopio espacial lanzado en 2009.
Kepler, que también usa la técnica de la transición, ha confirmado la existencia de 2.000 exoplanetas. Pero su misión primordial era fijarse solo en una parte muy concreta del espacio y la mayoría de sus descubrimientos están demasiado lejanos como para permitir profundizar en su estudio.
La estrategia de Tess será diferente en varios frentes. El primero y fundamental, en lo amplio del campo que estudiará.
Sus cámaras escanearán grandes franjas del cielo en períodos de 27 días, tomando el 85% del firmamento en dos años.
“En esos dos años, que es la misión inicial de Tess, esperamos agregar miles de planetas, como 2.000 o 3.000, que seguro son más pequeños que Júpiter y la mayoría menores que Neptuno”, le dijo a la BBC Jennifer Burt, del MIT.
“Esos son el tipo que tienen potencial de ser como la Tierra, en los que estamos más interesados”.
Los descubrimientos irán a un catálogo que otros observatorios podrán usar para estudiar.
“Piensa en una guía telefónica. Podrás ver los que te interesan”, afirmó la vicedirectora científica de Tess, Sara Seager, también del MIT.
“Pero no es solo la cantidad, también es la calidad, porque los planetas que encontremos tendrán suficiente brillo y estarán lo suficientemente cerca como para continuar tomándoles medidas”.
La misión de Tess llega en un momento ideal. En los próximos años entrará en acción una generación de supertelescopios que tendrán la tecnología para estudiar las atmósferas de mundos cercanos.
Los científicos buscarán gases con potencial de ser “biomarcadores”, los químicos como el oxígeno, metano y vapor de agua que pueden indicar la presencia de formas de vida.
Tal vez el actor principal en ese campo sea el sucesor del telescopio Hubble, el observatorio espacial James Webb, que entrará en órbita en 2020.
Su reflector principal de 6,5 metros y sus instrumentos de infrarrojo parecen perfectos para el trabajo.
Pero habrá otros, especialmente en Europa, donde la investigación científica de los exoplanetas es muy importante.
El Telescopio Extremadamente Grande, ubicado en el desierto del Atacama, con su reflector de 39 metros, se dedicará a estudiar los descubrimientos de Tess cuando esté operativo a principios de 2020.
Y luego está el telescopio Ariel de la Agencia Espacial Europea, que a finales de 2020 tendrá la ambiciosa misión de estudiar las atmósferas de los exoplanetas.
“Tess será extremadamente importante para nosotros”, le explicó a la BBC la investigadora principal de Ariel, Giovanna Tinetti, del University College de Londres.
“En particular, se espera que muchas ‘súper-Tierras’ sean descubiertas alrededor de estrellas muy brillantes, y está claro que eso son objetivos muy buenos para Ariel”.