Hace un año, 18 personas fueron condenadas en la ciudad de Newcastle, en el norte de Reino Unido, por abusar sexualmente de varias jóvenes.
Las víctimas, algunas de tan solo 14 años, se sentían al principio halagadas por la atención de hombres que aparentaban querer hacerse amigos suyos.
Pero luego las atraían a fiestas, conocidas como “sesiones”, con la promesa de alcohol y drogas (con frecuencia incluían la mefedrona, conocida también entre otros nombres como MMCat).
Dejaban bolsas con esta droga sobre la mesa para que las chicas se sirvieran lo que quisieran.
Una de las víctimas de esta red fue Nicole*, quien le contó a la BBC lo que vivió.
“Empezó con entre dos y cuatro hombres. Las mismas caras. Luego te llevaban a otra sesión. Llegó al punto en que te encerraban en la casa durante días y yo todavía tengo episodios psicóticos”, relata ella.
Los 17 hombres y una mujer encarcelados eran en su mayoría de origen pakistaní, indio o bangladeshí, aunque mayoritariamente nacidos en Reino Unido y residentes en el barrio West End de Newcastle.
“Definitivamente, se acercaban a chicas inglesas vulnerables. Pensaban que éramos más salvajes. Nunca le darían a sus esposas drogas o alcohol”, asegura Nicole.
Entre los delitos por los que los condenaron figuran los de violación, trata de personas y suministro de drogas.
Nicole cree que algunas señales de lo que estaba sucediendo pasaron desapercibidas.
“Si estás sentada con una enfermera y les estás diciendo que has tenido sexo con más de cinco hombres que están conectados entre ellos, esto es una señal de advertencia. Pero no se dieron cuenta”, afirma.
Durante el curso de cuatro juicios, 20 mujeres jóvenes testificaron sobre hechos ocurridos entre 2011 y 2014.
También se supo que la policía había pagado £10.000 (unos US$13.150) a un pederasta condenado para que trabajase como su informante.
El jefe de la policía de Northumbria, Steve Ashman, le contó a la BBC en agosto del pasado año que aunque entiende que mucha gente puede ver esto como algo “condenable moralmente”, se trata de un mundo “lleno de riesgos” y que, en este caso, la policía obtuvo información de este individuo que le permitió poner a “hombres peligrosos” detrás de los barrotes.
La fiscalía dijo que las chicas se convirtieron en “víctimas vulnerables de una organización cínica y sistemática en la que se las iban pasando los diferentes abusadores”.
“Ir a juicio daba miedo. Nunca pensé que volvería a estar en la misma habitación que ellos. Pero luego pensé: ‘Bueno, estoy en esta habitación. Puedo salir, tú no puedes. Pensé que era poderosa”, relató Nicole.
“Para mí, el punto de inflexión fue cuando vi a una chica joven. Tenía una mochila de escuela. Y pensé: ‘Esto no está bien”.
De ahí sacó las fuerzas para denunciar lo que estaba pasando.
“Un par de semanas después, fui a la policía y les dije que había drogas, hombres mayores, chicas jóvenes que iban ahí”.
Nicole dice que ahora es “más independiente”.
“Ya no soy adicta a nadie ni nada. Y tengo que estar ahí para otras chicas. Deberían hablar con la policía”, asegura.
Pat Ritchie, ejecutiva jefe del ayuntamiento de Newcastle, declaró poco después de terminar el juicio: “No creo que lo que hemos descubierto en Newcastle sea único. De hecho, ha habido evidencias de similares delitos en otros pueblos y mujeres”.
“Creemos que cualquier área que no tiene un problema, simplemente no está buscando, y yo pediría a todas las áreas que sean proactivas en sus intentos de descubrir la explotación sexual”.
El líder del ayuntamiento, Nick Forbes, añadió: “Son crímenes viles cometidos por hombres viles“.
“Las victimas que fueron a juicio tuvieron que revivir sus duras experiencias al dar testimonio y enfrentarse a sus perpetradores. Algunas han sufrido el trauma de tener que hacerlo más de una vez”.