Ciudad Guatemala

“Un día me desperté y no reconocía a mi mujer”


Adam y Raquel Gonzales habían estado juntos cinco años cuando él se despertó una mañana sin tener idea de quién era ella: había perdido todos los recuerdos del matrimonio. Pero Raquel estaba decidida a conquistarlo nuevamente.

  01 junio, 2018 - 12:32 PM

Una madrugada de septiembre de 2016, Raquel fue hasta la sala de la casa en pijama y vio que su esposo la miraba perplejo. Él le habló como si ella fuera una extraña. Parecía no tener idea de quién era.

“Le pregunté: ‘¿Sabes dónde estás? ¿Qué año es? ¿Cuál es mi nombre?’ Y dijo ‘No’ a todas estas cosas”, cuenta Raquel.

“Cuanto más preguntaba, más enojado se ponía”.

Raquel le aseguró que esa era su casa, que ella era su esposa y que tenían tres hijos en común. Adam comenzó a llorar.

Ella le pidió que se vistiera y que lo llevaría al hospital de inmediato. Cuando Adam abrió su armario, preguntó: “¿Dónde están mis trajes?”

"Un día me desperté y no reconocía a mi mujer"

Raquel le explicó que no tenía ningún traje, que era un entrenador personal.

Adam se vistió y a desconfiado siguió a esta mujer que no conocía al hospital.

Raquel era amable con Adam, sabía que su memoria había fallado una vez, después de que una mujer intentara asesinarlo.

Cinco años antes, a los 35 años, Adam era gerente de una sucursal para el gigante de las telecomunicaciones AT&T y un devoto líder de una iglesia en Lubbock, Texas, Estados Unidos.

Después de la ruptura de su primer matrimonio, comenzó una nueva relación, pero esta terminó en desastre. Su nueva novia era abusiva y finalmente trató de matarlo estrangulándolo con un cable eléctrico.

Murió tres veces de camino al hospital, dice. Aunque fue resucitado por paramédicos cada vez. Estuvo en coma cuatro meses.

“Cuando me desperté no sabía quién era, no sabía que había estado casado y divorciado y que tenía dos hijos”, dice Adam.

Pasó un año en el hospital, aprendiendo cómo caminar y hablar de nuevo. Pero los recuerdos de su vida pasada no regresaron.

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Pasaron meses antes de que a Adam le volvieran a presentar a su hijo e hija. Le pareció todo un desafío mirarlos por primera vez.

“¿Cómo podía un padre olvidar a sus hijos biológicos?” se pregunta.

Cuando finalmente regresó a la casa, todo estaba lleno de fotografías con las que no podía conectarse y premios que no recordaba haber ganado.

“Estaba tratando de entender quién era este hombre. ¿Podría estar a la altura de esta persona?”

No podía volver a su antiguo trabajo y temía no poder sostener su estilo de vida anterior.

“Ni siquiera recuerdo para qué fui a la escuela (universidad)”, dice. “Era evidente que estuve allí, pero cómo llegué allí, cómo lo sostuve, era inimaginable”.

Decidió dejar la ciudad y comenzar de nuevo. Se mudó a Phoenix, Arizona, con sus hijos y se convirtió en entrenador personal.

Fue allí donde comenzó con las citas en internet y en 2012 empezó a mandarse mensajes con Raquel, una gerente de marketing de 30 años con una hija pequeña.

Acordaron reunirse en un pequeño bar en el centro de Phoenix. Raquel se sentó y esperó, pero pasó una hora y todavía Adam no había aparecido. Finalmente la llamó, pero desde el restaurante equivocado.

“Se mostró tan arrepentido y humilde que pensé: ‘Todos cometen errores'”, dice Raquel.

Adam finalmente entró el restaurante correcto, vestido con una chaqueta de cuero y jeans.

“No lo intentaba, pero de alguna manera se veía tan guapo”, dice Raquel.

“No podía dejar de mirarla, tenía estos hermosos hoyuelos y una sonrisa realmente dulce”, dice Adam.

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Hicieron clic y comenzaron a verse más seguido.

Después de unos meses, se mudaron con sus hijos, y en julio de 2015 se casaron en una pequeña capilla en las afueras de Phoenix.

Pero todos los recuerdos de los cinco años que Adam y Raquel pasaron juntos desaparecieron esa mañana de septiembre de 2016.

Mientras Adam estaba en el hospital, llamó a la única persona en la que sabía que podía confiar: su madre. Ella le aseguró que él estaba enamorado y por eso se casó con Raquel.

“Ella te ama. Tienes mi bendición”, le dijo su madre.

“Así que comencé a confiaren ella y a hacer preguntas”, dice Adam. “Hubo algo de emoción y un poco de misterio acerca de quién era esta mujer realmente agradable”.

Empezaron a salir (de nuevo) y conocerse en el hospital.

“Me mostraba fotos en su teléfono celular sobre lo que en el pasado yo hubiera llamado MySpace, pero era Facebook“, dice Adam.

"Un día me desperté y no reconocía a mi mujer"

“Sucedieron cosas tontas, como cuando él preguntó: ‘¿Tienes nuestro certificado de matrimonio?’ Por supuesto que sí “, cuenta Raquel.

Todavía estaba en el proceso de cambiar su apellido por el de Adam, así que lo tenía en su bolso. Ella lo agarró y él se rió.

“Creo que comenzó a ver atisbos de la mujer con la que se casó para bien o para mal”, dice.

Altibajos

Pero no fue todo positivo. En un momento, Adam decidió que sería mejor si se separaran e incluso le dijo: “No me atraes y no me excitas en absoluto”.

Raquel rezó. “Es difícil amar a alguien cuando no tiene idea de quién eres y no puede amarte”, reconoce.

Pero ella hizo todo lo posible.

Cuando regresó a casa del hospital, Raquel lo cortejó aprendiendo a cocinar: en el pasado era él quien cocinaba la mayor parte del tiempo.

Vio cómo Raquel era una buena madre y esposa y lo bien que se llevaban sus hijos.

Y ella se consoló con el hecho de que el carácter de Adam no había cambiado.

"Un día me desperté y no reconocía a mi mujer"

“En el hospital, Adam me dijo: ‘Si eres mi esposa, creo que podemos besarnos'”, dice. “Este sigue siendo el marido con el que me casé, siempre tratando de obtener un beso gratis. Adam siempre fue un seductor y lo sigue siendo”.

“Esos fueron pequeños rayos de esperanza: ‘Este sigue siendo el hombre con el que te casaste, simplemente no recuerda en qué año'”, dice.

El resto de la familia

Los niños también encontraron formas de enfrentar el cambio repentino en sus vidas.

Abby tenía 12 años; Lulu, 15 y Elijah, 17 cuando ocurrió la segunda pérdida de memoria de Adam en 2016.

“Se cuidaron y se aferraron el uno al otro”, dice Raquel.

“A veces no te gusta tu hermana cuando eres adolescente pero, cuando algo sucede, te aferras a tu sangre”, dice.

Las chicas intentaron ayudar a la recuperación de su padre mostrándole rutinas de gimnasia que él les había enseñado.

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¡Mira papá, esto es lo que hicimos! Nos enseñaste todos estos ejercicios”, le dijeron a Adam.

“Pasé tiempo con cada uno de ellos en el gimnasio”, dice.

Volver a recordar

Entonces, de repente, un día de diciembre de 2016, tres meses después de su ataque de amnesia, Adam se despertó y habló con Raquel con ese tono familiar de amor en su voz. Se disculpó por algo que había sucedido tres años antes, cuando todavía estaban saliendo.

Raquel miró a Adam y le preguntó si él sabía quién era ella.

Él dijo: “¿Cómo podría olvidarme de ti? Eres mi Raquel”.

“Cariño, tengo mucho que contarte”, dijo.

La pérdida de memoria tras una lesión cerebral

  • Los problemas de memoria son muy comunes después de cualquier forma de lesión cerebral. Esto se debe a que muchas partes del cerebro juegan un rol a la hora de almacenar y recuperar información.
  • Varios estudios sugieren que hasta dos tercios de quienes han sufrido una lesión cerebral grave tienen persistentes problemas de memoria.
  • Estos problemas pueden durar semanas, meses o años. Es imposible predecir si recuperarán su memoria. Algunos recuerdos pueden volver con el tiempo, pero la pérdida de memoria puede durar toda la vida y puede provocar que fechas importantes como la boda y los cumpleaños se pierdan para siempre.
  • No existe una “cura” para los problemas de memoria provocados por una lesión cerebral pero hay estrategias para intentar compensar el daño, como ciertas rutinas establecidas y el uso de ayudas externas para recordar.

Pero era un día de trabajo y Raquel era el único sostén de la familia en este momento, así que tuvo que irse. Le pidió a Adam que llevara a sus hijas a la escuela.

Adam fue a ver si su hija estaba lista. Ella era mucho más mayor de lo que él recordaba, y por supuesto no tenía idea de a qué escuela iba.

Después de que las chicas lo guiaran a sus respectivas escuelas, Adam le pidió a Lulu que pusiera su dirección particular en el GPS para no perderse.

Adam recuperó muchos recuerdos, pero aún faltan tres años, incluidos algunos hitos importantes, como su boda con Raquel.

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También se olvidó de cuando llevó a la familia a unas vacaciones a Disneyland en 2013.

“Siempre quise ir a Disneyland pero estaba muy ocupado trabajando”, dice.

“Todo eso nunca volvió a mí”.

Futuro

Raquel se está preparando para futuros episodios de amnesia documentando cuidadosamente los momentos de la familia.

Ella dice que felizmente repetiría todo por lo que la pareja ha pasado, pero nadie sabe si eso es posible.

Los doctores le hicieron a Adam todas las pruebas que pudieron: resonancias magnéticas, tomografías computarizadas o ecocardiogramas, pero no pudieron determinar qué causó esta segunda pérdida de memoria.

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La pareja ahora mira hacia el futuro. Dos de sus tres hijos se fueron a la universidad, por lo que planean una segunda luna de miel.

Adam volvió a la iglesia y se convirtió en pastor.

“Realmente aprendí cómo rendirme sinceramente a Dios y tener fe y creer que puedes vencer las luchas más difíciles”, dice.

“Hay un nuevo nivel de dulzura en nuestro matrimonio que no creo que haya existido antes”, dice Raquel.

“Nuestro matrimonio tuvo que soportar la lluvia y la tormenta del cambio y superar todo eso: ¿qué mejor manera de probar una relación cuando todo se derrumba?

“Toda mi vida cambió por completo y fue un desastre hermoso”.

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