Las peleas de Chivarreto atraen a miles de personas. Turistas llegan al lugar solo para presenciar por algunas horas las peleas callejeras.
La aldea San Francisco El Alto en Totonicapán fue el escenario de las famosas peleas de Chivarreto. Una tradición que se remonta al siglo pasado, pero que después de 1900 se convirtió en un evento de diversión para la comunidad.
Este Viernes Santo cerca de cinco mil personas acudieron al parque central de la aldea para presenciar las peleas. Comunitarios y extranjeros participan en la contienda, quienes deben respetar las reglas impuestas.
Por más de tres horas se desarrollaron las peleas, algunas causaron risas entre el público, mientras otras generaron preocupación por los fuertes golpes. Los luchadores que sujetaran a su contrincante eran sancionados, además el primero en caer se le declaraba perdedor.
Según los ancianos del lugar, la tradición empezó como una penitencia desde hace más de un siglo, pero con el tiempo el objetivo ha cambiado. Ahora sirve para divertir a la comunidad.
El evento es organizado por autoridades de la comunidad. Con meses de anticipación definen las reglas del juego y las medidas de seguridad. La Municipalidad apoya con los trofeos para los ganadores.
Desde 2012, los organizadores instalaron un cuadrilátero artesanal para que las peleas se desarrollen de mejor manera. Anteriormente se realizaban en el campo de fútbol de la aldea.
Con información de: María José Longo/ Prensa Libre