El futbolista brasileño Daniel Correa Freitas fue hallado muerto, casi decapitado, y con sus genitales mutilados, informaron las autoridades.
Según la policía civil del estado de Paraná (sur), el cadáver del futbolista de 24 años, que militaba en las filas del modesto Sao Bento (de la serie B) tras ser cedido en junio por el Sao Paulo FC, fue encontrado el sábado en una zona rural cerca de Sao Jose dos Pinhais, suburbio de Curitiba (sur).
Una fuente policial le explicó al diario Folha de S. Paulo que el centrocampista fue “asesinado” y que tenía una herida tan profunda que casi había sido decapitado. También sus genitales fueron mutilados.
Las autoridades indicaron en un comunicado que la investigación está en un estado “avanzado” y que los miembros de la familia de la víctima darían sus testimonios, sin agregar más detalles.
En su cuenta de Twitter, el Sao Paulo FC, club con el que estaba bajo contrato desde 2015, “condenó profundamente” el asesinato del futbolista y le rindió un homenaje durante el entrenamiento de este lunes: los jugadores se reunieron en el centro del campo y le dedicaron un minuto de silencio.
Otros clubes brasileños y antiguos compañeros de equipo manifestaron su solidaridad a la familia.
Brasil es uno de los países más violentos del mundo, con un récord de 63.880 homicidios en 2017, una tasa de 30,8 por cada 100.000 habitantes (tres veces más que los 10 por 100.000 considerados por la ONU como el umbral de la violencia endémica).
Considerado una promesa en el centro de formación de categorías inferiores de Cruzeiro, un potente club de su estado natal de Minas Gerais (sureste), Daniel Correa Freitas hizo su debut profesional en 2013 en el Botafogo, de Rio de Janeiro, jugando junto a su ídolo, el holandés Clarence Seedorf.
Su habilidad para regatear le valió el apodo de “Daniel Messi” entre sus hinchas.
En 2014, el mediocampista sufrió una grave lesión en la rodilla, y desde entonces no pudo recuperar su nivel de juego.
Con información de: © Agence France-Presse