El partido de ida de la final, jugado en la Bombonera el 11 de noviembre, terminó con un empate 2-2 y sin que se produjeran incidentes.
River Plate fue despedido este miércoles por un pequeño grupo de hinchas en el estadio Monumental, en Buenos Aires, antes de emprender su viaje a Madrid, donde el domingo disputará con su archirrival Boca Juniors la postergada final de la Copa Libertadores de 2018.
Los aficionados se acercaron con banderas y camisetas de River a animar a su equipo en las afueras del Monumental, desde donde partió el plantel en dos autobuses hacia el aeropuerto de Ezeiza.
El vuelo charter partirá a Madrid a las 14H00 locales (17H00 GMT).
Antes del viaje, River realizó un entrenamiento, con entrada en calor y ejercicios físico técnicos en cancha reducida. El jueves harán otro a las 18H00 locales en las instalaciones del Real Madrid, en Valdebebas, informó el club.
La salida de River sigue a la de los jugadores de Boca, quienes partieron en la madrugada de este miércoles después de recibir una entusiasta y masiva despedida de sus hinchas en los alrededores del estadio La Bombonera.
River y Boca disputan una inédita final de la Copa Libertadores que se ha visto llena de tropiezos, con los partidos reprogramados varias veces, tanto por medidas de seguridad previo a la celebración de la cumbre del G20 en Buenos Aires el pasado fin de semana, como por lluvia.
Pero el inconveniente más grave se presentó el pasado 24 de noviembre, cuando debía disputarse el partido de vuelta en el Monumental y un grupo de ‘barras bravas’ de River atacó a pedradas al autobús que trasladaba a los jugadores de Boca.
Varios futbolistas resultaron lesionados y el partido fue suspendido en tres ocasiones hasta que la Conmebol decidió que se juegue el próximo domingo en el estadio Santiago Bernabeu, de Madrid, pese al rechazo de ambos clubes.
El partido de ida de la final, jugado en la Bombonera el 11 de noviembre, terminó con un empate 2-2 y sin que se produjeran incidentes.
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© Agence France-Presse