El 'Tigre' ganó el Masters en 1997, 2001, 2002 y 2005 pero la última vez que acabó entre los 10 primeros fue en 2013, cuando finalizó en cuarto lugar.
Las posibilidades de que Tiger Woods gane el próximo Masters de Augusta crecieron exponencialmente con cada birdie que logró desde su regreso en 2018, pero la realidad indica que el astro de 42 años se enfrenta a una dura tarea en su intento de lograr su decimoquinto ‘major’.
Desde su victoria en el Abierto de Estados Unidos en Torrey Pines en 2008, numerosas lesiones y asuntos personales lo han apartado de su objetivo: superar a Jack Nicklaus como el golfista con más títulos de Gran Slam, con 18.
El ‘Tigre’ ganó el Masters en 1997, 2001, 2002 y 2005 pero la última vez que acabó entre los 10 primeros fue en 2013, cuando finalizó en cuarto lugar.
Woods dijo que perdió la “necesidad” de competir por la Chaqueta Verde en 2016 y 2017.
Ahora, después de jugar sin dolor tras su última cirugía, una fusión espinal en abril pasado, el estadounidense está listo para volver a hacer historia en el campo de Georgia.
“Simplemente con estar ahí, golpeando la bola y siendo creativo… no hay otro campo de golf ni otro torneo así en el mundo”, aseguró. “Es un paraíso para los jugadores”.
Woods ganó su primer Masters en 1997. Y lo hizo con estilo. Con una tarjeta de 18 bajo par, el norteamericano se impuso con 12 golpes de ventaja sobre su escolta, Tom Kite, y con 21 años se convirtió en el jugador más joven y en el primer afroamericano de la historia en adjudicarse el trofeo.
En 2001, su dominio también fue total, hasta el punto de que se hizo con el “Tiger Slam” al ostentar los títulos de los cuatro Gran Slams de forma simultánea.
Defendió con éxito su victoria en 2002 y en 2005 volvió a hacerse con el triunfo.
En 2010, Woods decidió volver a los links en el Masters, cinco meses de sufrir humillantes revelaciones de infidelidad que acabaron con su matrimonio.
Luego de este escándalo y de sufrir varias lesiones, el estadounidense regresó al número uno de la PGA en 2013, pero no logró tener éxito en ninguno de los ‘majors’.
Solo cuatro jugadores han ganado un título de Gran Slam 11 años después de su última victoria: el caso más reciente es el de Ben Crenshaw, quien se hizo con el Masters en 1995 después de su triunfo en ese mismo torneo en 1984.
Otros dos jugadores lo hicieron 10 años después, con Ernie Els ganando el Abierto Británico en 2012 tras haberlo logrado en 2002.
Woods intentará formar parte de esta lista apenas unos meses después de tener problemas incluso para salir de la cama por su propio pie. Cuando finalmente optó por someterse a una cirugía de fusión espinal, lo hizo no para retomar su carrera en el mundo del golf sino como un intento desesperado de “deshacerse de ese dolor”.
Ahora, tras un segundo puesto en el Valspar Championship y un quinto lugar en el Arnold Palmer Invitational, Woods es uno de los favoritos a hacerse con su quinta Chaqueta Verde.
La imagen de Woods luchando por el título el domingo ha copado las portadas y lanzado las audiencias televisivas.
Las apuestas también están de su lado: se pagan nueve dólares por cada uno apostado por su triunfo, un riesgo menor que hacerlo por el número uno del mundo, Dustin Johnson, por Rory McIlroy o Bubba Watson.
El ‘Tigre’, en cambio, insiste en que su regreso es un trabajo en marcha.
“Aún siento que estoy regresando, aún me estoy acostumbrando a lo que mi cuerpo puede hacer, a los golpes que puedo realizar y a jugar, a competir de nuevo”.
“Se siente bien volver a estar ahí afuera”.
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