El presidente electo de México acordó con Estados Unidos una salida para los migrantes centroamericanos que en caravana esperan ahora respuesta en la frontera.
El futuro gobierno mexicano informó el sábado que ha llegado a un acuerdo con la administración estadounidense para permitir que los solicitantes de asilo permanezcan en México mientras se examina su petición en Estados Unidos, lo que representaría una importante victoria para Donald Trump.
“Por ahora, hemos llegado a un acuerdo sobre esta política”, dijo a The Washington Post Olga Sánchez Cordero, quien será la ministra de Interior del futuro gobierno mexicano que asume sus funciones el 1° de diciembre.
El acuerdo llega luego de que Trump manifestara su indignación por la presencia de miles de migrantes centroamericanos que, huyendo de la pobreza y violencia de sus países, marcharon hacia el lado mexicano de la frontera con la esperanza de ingresar a Estados Unidos.
Trump, que ha congregado a miles de soldados en la frontera con México, ha amenazado con cerrarla por completo si la situación empeoraba.
La ministra, citada en un artículo del periódico, evocó una “solución de corto plazo”, pero “la solución a medio y largo plazo es que las personas dejen de migrar”, agregó.
“México tiene los brazos abiertos y todo lo necesario, pero imagínate, caravana tras caravana tras caravana, sería un problema para nosotros también”, señaló.
De confirmarse el acuerdo con México, significaría una victoria para el presidente de Estados Unidos, que hizo de la firmeza contra los migrantes una de sus prioridades.
Unos 5.000 migrantes, en su mayoría hondureños, esperan hacinados en un albergue en la ciudad mexicana de Tijuana, tras un viaje agotador. Carolina Flores, hondureña de 38 años, lamenta la visión del mandatario estadounidense.
” Él no es como otros presidentes, accesible con los migrantes. Él es cerrado”, se queja.
“Nos ve como un bicho que va a ir a carcomer allá. Nosotros venimos por una oportunidad”, zanja.
Según The Washington Post, no se ha firmado ningún acuerdo formal, pero las autoridades estadounidenses ven el acuerdo como un potencial avance para desalentar la migración.
Los oficiales de asilo de Estados Unidos comenzarán a implementar los nuevos procedimientos en las próximos días y semanas, según funcionarios de Seguridad Nacional citados por el diario.
Los solicitantes de asilo recibirán una evaluación inicial para determinar si enfrentan un peligro inminente al permanecer en México, donde la violencia es generalizada.
Bajo el nuevo sistema, los funcionarios estadounidenses serán capaces de procesar al menos el doble de las solicitudes de asilo porque no estarán limitadas por el espacio de detención en los puertos de entrada a Estados Unidos, aseguró la publicación.
Orlinda Morales, hondureña de 31 años, recibió la noticia con optimismo en Tijuana: “Me parece muy bien porque ya no vamos a tener que estar en la hielera (un limbo). Conseguiremos trabajo aquí en lo que conseguimos el proceso para entrar legal a Estados Unidos”, dice.
Las autoridades mexicanas instalaron recientemente una “feria del empleo” en Tijuana especialmente para los integrantes de la caravana, con el objetivo de integrarlos a la próspera industria manufacturera de la ciudad fronteriza.
Representantes de empresas están reclutando a los migrantes, quienes obtendrán una visa por razones humanitarias que les permitirá trabajar legalmente en México y tener acceso a la seguridad social.
Según el Washington Post, una de las reglas del acuerdo es que los solicitantes a los que se les deniegue la petición no podrán regresar a México, sino que permanecerán bajo la custodia de Estados Unidos hasta que sean deportados a su país de origen.
La publicación indica que el acuerdo se concretó la semana pasada en Houston durante una reunión entre Marcelo Ebrard, el futuro ministro de Relaciones Exteriores de México, y funcionarios estadounidenses, incluida la secretario de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, y el secretario de Estado, Mike Pompeo.