La oposición de Nicaragua puso en duda la continuidad de las negociaciones con el Gobierno para buscar una salida pacífica a la crisis en el país tras una jornada donde la policía arremetió con violencia para impedir una protesta.
“Creemos que acciones como esa no contribuyen al proceso de negociación y ponen bajo riesgo cualquier intento de encontrar una salida negociada a la crisis del país”, dijo a la AFP el delegado de la opositora Alianza Cívica por la Justicia y Democracia (ACJD), Max Jérez.
La acción de la policía, que el sábado impidió violentamente una marcha opositora y arrestó a unas 164 personas, que luego liberó, fue rechazada por distintos sectores dentro y fuera del país.
Periodistas nacionales e internacionales, entre ellos el camarógrafo de AFP Luis Sequeira, fueron agredidos mientras daban cobertura a los incidentes.
El gobierno no se pronunció sobre los incidentes, excepto a través de un comunicado de la policía en el que dijo que “pese a las advertencias” sobre una actividad no autorizada salieron grupos de personas que violentaron el orden público.
El bloque opositor analizaba este domingo la posición que asumirá para la continuidad de las negociaciones. Aunque con algunos matices, sus miembros creen que el diálogo es la única salida a la grave crisis que afecta a Nicaragua, uno de los países más pobres de América Latina.
El presidente Daniel Ortega, 73 años, gobierna desde el 2007 y enfrenta desde hace 11 meses la peor crisis detonada por protestas, que dejaron 325 muertos, más de 700 presos y miles de exiliados.
Las negociaciones que comenzaron el 27 de febrero entran el lunes a la cuarta semana de trabajo, marcadas por un proceso lento y un impasse por el tema de la liberación de presos políticos, una demanda de la oposición.
El gobierno excarceló el viernes a 50 detenidos, tras una promesa de liberar a un “núcleo apreciable” de reos. Otros 100 presos fueron puestos bajo arresto domiciliar antes del inicio del diálogo.
Ortega “esta poniendo una lápida a la negociación que él mismo había convocado“, declaró a la prensa el jefe de la delegación opositora Carlos Tunnerman, aunque aclaró que es una opinión personal.
La forma en que se impidió la protesta es una muestra que “no existe voluntad” de Ortega para resolver los problemas del país por medios cívicos y pacíficos, añadió Tunnerman.
“Vamos a reflexionar y tomar una decisión; personalmente estoy de acuerdo de continuar el dialogo, no sé si hay que tomarse una pausa, pero es la única salida para una crisis como la de Nicaragua“, afirmó a la AFP Mario Arana, también delegado de la alianza.
El gobierno hace “muchos esfuerzos que no contribuyen al proceso de negociación“, afirmó Jérez, aunque consideró que éste es “necesario y urgente” porque la crisis en el país es “insostenible” por más tiempo.
La representación de los estudiantes en el diálogo se retiró la semana pasada de la mesa, hasta que el gobierno cumpla las demandas de la ACJD de dar “muestras contundentes” de querer resolver los problemas.
La arquidiócesis de Managua, que preside el cardenal Leopoldo Brenes, “lamentó y deploró” los hechos del sábado en un comunicado divulgado este domingo.
Lo sucedido “evidencia la necesidad de resolver con franca y efectiva responsabilidad la crisis nacional”, subrayó el texto.
La Conferencia Episcopal declinó una invitación de las partes para ser “testigo y acompañante” de las conversaciones y dejó en manos de los laicos atender los asuntos temporales del país.
Ortega afronta presiones de la comunidad internacional con sanciones a su gobierno y allegados a fin de que impulse cambios democráticos en el país.
El gobierno de España dijo en un comunicado que lo sucedido pone “en peligro la búsqueda de una solución sostenible” y llamó a las partes a perseverar en el esfuerzo de una salida a través del diálogo.
La cancillería de Costa Rica lamentó el sábado la “escalada” de represión en contra manifestantes y llamó a las autoridades a detenerla.
Con información de: © Agence France-Presse