El Departamento de Estado de EE. UU. presentó su Reporte anual sobre Derechos Humanos en el cual da pormenores de una serie de acontecimiento que ocurrieron durante el 2018, en donde destaca el uso de jeeps J8, el 31 de agosto pasado, cuando el Gobierno anunció que no renovaría el mandato de Cicig, así como aspectos que tienen que ver con homicidios, condiciones precarias del sistema de justicia y una enraizada corrupción.
El Departamento de Estado no pasó desapercibido el uso de los vehículos militares que el propio gobierno de EE. UU. donó a Guatemala para ser utilizados en operaciones antinarcóticas.
Al respecto de estos, precisa el informe, oenegés locales señalaron que el despliegue de los jeeps, que coincidió con el anuncio del presidente Morales de no extender el mandato de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), pretendía ser una demostración de fuerza, intimidación y un intento de reprimir a la sociedad civil.
En ese sentido, el reporte señala que “las autoridades civiles en algunos casos no mantuvieron el control efectivo sobre la PNC, y el gobierno careció de mecanismos efectivos para investigar y castigar el abuso y la corrupción”.
También el hecho de que hubo denuncias de impunidad en las fuerzas de seguridad.
El reporte precisa que tras la conferencia de prensa del presidente Morales del 31 de agosto, destacados defensores y activistas de los derechos humanos informaron que la Policía los visitó, aparentemente para preguntar sobre sus medidas de protección. Además, periodistas también informaron sospechas de vigilancia de sus hogares y oficinas en los días posteriores a la a esa conferencia de prensa.
Los activistas y periodistas, según el informe del Departamento de Estado, interpretaron estas acciones como un esfuerzo para intimidarlos por las críticas que en contra del gobierno a raíz de sus decisiones respecto a la Cicig.
El reporte indica que aumentaron los ataques contra periodistas independientes y medios de comunicación. Según el Ministerio Público (MP), se presentaron 54 quejas por estos ataques o amenazas, y dos periodistas fueron asesinados desde enero hasta fines de agosto, en comparación de tres asesinatos en todo 2017.
Respecto a la corrupción, el informe señala que, pese a que la ley establece sanciones por estas acciones, “los funcionarios con frecuencia participan en prácticas corruptas con impunidad”. Hubo numerosos informes de corrupción gubernamental durante el año, muchos de los cuales el Ministerio Público, con el apoyo de la Cicig, investigó y procesó por cargos que incluyen lavado de dinero, financiamiento ilegal de partidos políticos y sobornos.
Se destaca la acusación que el MP y la Cicig presentaron en contra del expresidente Álvaro Colom y miembros de su gabinete por el caso Transurbano, y los operativos que se llevaron a cabo por el caso Odebrecht, en los cuales resultó salpicado el excandidato presidencial Manuel Baldizón.
Al mismo tiempo que el Departamento de Estado divulgaba su informe sobre derechos humanos, el senador demócrata Patrick Leahy emitían un pronunciamiento en contra de las acciones del Gobierno de Guatemala por no renovar el mandato de la Cicig.
“Esa asociación —Cicig— ha permitido a valientes fiscales guatemaltecos investigar y llevar a juicio los casos que nunca podrían haber seguido sin el ‘escudo’ internacional y la asistencia proporcionada por la CICIG”, señala Leahy en el comunicado.
Agrega que la misión antmafias de la ONU “también ha permitido a valientes magistrados de la Corte Constitucional defender a las débiles instituciones judiciales de Guatemala. En un país donde a lo largo de su historia, funcionarios públicos de alto rango, incluidos oficiales militares han disfrutado de una impunidad casi total por actos corruptos”.
Leahy criticó que la decisión gubernamental de no ampliar el mandato y posteriormente darlo por terminado de forma unilateral se hizo sin previo aviso y “después de meses de negociaciones entre funcionarios guatemaltecos, de la ONU y de Estados Unidos sobre las reformas solicitadas por el gobierno guatemalteco”.
El senador aseguró que la semana pasada, junto con otro grupo de senadores, introdujeron una iniciativa de ley en el Senado y la Cámara de Representantes con el propósito de responder a las acciones flagrantes del gobierno de Morales para subvertir el estado de derecho, incluida su campaña contra la Cicig, y afirma que el mandatario no tiene la autoridad para restringir unilateralmente un acuerdo con la ONU.
“Me preocupa que hay algunos, incluso en la ONU, que creen que la Cicig debería reducir significativamente sus actividades y, para todos los efectos, desaparecer”, agregó Leahy, lo cual consideró “extremadamente preocupante”.