Guatemaltecos fueron beneficiados con el programa DACA, pero ahora son deportados dejando sus sueños en Estados Unidos.
Aproximadamente 800 mil jóvenes que llegaron a Estados Unidos ilegalmente cuando eran niños, eran beneficiados con el programa DACA.
Este programa llamado acción diferida para los llegados en la infancia fue implementado hace cinco años por el gobierno del expresidente Barack Obama, recibiendo permisos de trabajo temporales, licencias de conducir y hasta un número de seguridad social.
El 76 por ciento de los adscritos al programa son de nacionalidad mexicana, los demás son centroamericanos, muchos guatemaltecos.
El 2 de abril pasado, Donald Trump, declaró muerto el programa DACA, algo que ya había anunciado en septiembre sin proponer un plan para reemplazarlo y desde el año pasado ha rechazado varias propuestas bipartidistas para dar una solución legislativa a la situación de los dreamers.
Según el mandatario, las personas buscan entrar a estados unidos precisamente para aprovecharse del DACA.
Según el Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos, en el 2017 las detenciones en la frontera sur llegaron al nivel más bajo desde 1971. En enero del 2017, los agentes de aduanas y protección fronteriza capturaron a aproximadamente 42.400 personas en la frontera entre México y Estados Unidos. para abril del 2018, esta cifra había bajado a alrededor de 15.700 personas.
Debido a esas capturas, muchos guatemaltecos han tenido que retornar, incluso hay quienes tienen más de 20 años de vivir en Estados Unidos y al ser detenidos han tenido que regresar al país.
Mauro Octavio Martínez es un joven de 22 años, originario de La Libertad Huehuetenango, que decidió buscar el sueño americano hace tres años y medio pues acá, como maestro, no encontraba una buena oportunidad laboral.
Justo el 30 de marzo pasado, viernes santo, regresó a Guatemala dejando sus sueños y planes en Estados Unidos. Su familia lo esperó en el aeropuerto internacional La Aurora para reencontrarse con el y llevarlo de vuelta a su hogar.
Mauro viajó a Atlanta con una visa de turismo de un mes y decidió quedarse y encontró trabajo pintando casas, una labor que hacía con otros migrantes que fueron detenidos con el.
El padre de Mauro, que trabajó en la Municipalidad de La Libertad, dice que apoyó a su hijo para que emprendiera el viaje debido a las necesidades económicas que tenía la familia y mencionó que, para evitar la migración, el gobierno de Guatemala debería de dar plazas de trabajo.
Mauro no será el último deportado, y es que Donald Trump continúa uniendo esfuerzos para que todos los migrantes salgan de Estados Unidos y que ningún indocumentado entre al país.
Una caravana de centroamericanos y mexicanos llamada viacrucis migrante salió el mes pasado hacía la frontera estadounidense, despertando la irá del mandatario.
El miércoles pasado, Trump firmó una orden para desplegar a un grupo de militares de la guardia nacional de la frontera con México, incluso amenazó a ese país con cancelar el tratado de libre comercio de América del Norte y a Honduras con retirarle la ayuda si no detenían la caravana.
Los más de mil 500 integrantes del viacrucis migrante decidieron desistir y llegar solo a la capital mexicana, separándose en grupos por si algunos todavía tienen el interés de llegar a Estados Unidos.