Ciudad Guatemala

Así fueron paso a paso los ataques contra dos mezquitas que dejaron al menos 49 muertos en Nueva Zelanda


El ataque sobre la primera mezquita, en el que murieron más de 40 personas, apenas duró cinco minutos.

  16 marzo, 2019 - 09:52 AM

Es el ataque más mortífero en la historia de Nueva Zelanda.

Al menos 49 personas fueron asesinadas y 48 heridas en los tiroteos registrados el viernes en dos mezquitas de la ciudad de Christchurch.

La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, lo calificó como “uno de los días más oscuros para nuestro país”.

Este sábado, una corte acusó formalmente de asesinato a Brenton Tarrant, principal sospechoso de llevar a cabo los crímenes y que transmitió en vivo el tiroteo a través de Facebook.

Esto es lo que se sabe de cómo se desarrollaron los ataques, paso a paso.

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El primer tiroteo tuvo lugar en la mezquita de Al Noor, en el centro de Christchurch.

Tarrant, armado con armas semiautomáticas, disparó indiscriminadamente dentro de la mezquita contra hombres, mujeres y niños a muy poca distancia.

La retransmisión del propio atacante comienza en un polígono industrial en Leslie Hills Drive, al oeste de la mezquita de Al Noor.

En el video se observa cómo conduce su auto hacia el sur por las calles Mandeville y Blenheim hacia el centro de la ciudad, antes de girar hacia el norte por la Avenida Deans.

Llega a la mezquita unos minutos más tarde. Lleva su auto hacia un callejón al costado del edificio y lo aparca frente a Deans Avenue.

El sospechoso sale de su vehículo, elige un arma del maletero y camina hacia el edificio, donde comienza su ataque mortal contra los fieles que están dentro.

Esto fue aproximadamente a las 13:40 hora local (00:40 GMT).

Seis minutos más tarde, conduce por la avenida Deans, alrededor de los Jardines Botánicos hasta la avenida Bealey, donde se detiene la grabación de su cámara principal.

El segundo ataque tuvo lugar un poco más tarde en la mezquita Linwood, a cinco kilómetros del primer tiroteo y al este del centro de la ciudad.

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Primer ataque: mezquita de Al Noor, 41 muertos

Mezquita de Al NoorEPA / La mayoría de víctimas mortales se registraron en el primer tiroteo ocurrido en la mezquita de Al Noor.

La policía respondió a reportes de disparos en la mezquita durante las oraciones del viernes a las 13:40.

A las 14:11, la policía confirmó que estaban encargándose de una “situación en desarrollo” y las escuelas de la ciudad se cerraron minutos después.

A las 14:30, la policía confirmó el incidente y la participación de un hombre armado.

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Las imágenes de la cámara muestran al atacante moviéndose de una estancia a otra en la mezquita, asesinando personas a su paso y disparando contra los heridos una corta distancia.

El autor tuvo como objetivo las salas de oración tanto de hombres como de mujeres.

Testigos dijeron a medios locales que escaparon corriendo para salvar sus vidas y que vieron a personas que sangraban tendidas en el suelo fuera del edificio.

“Había cuerpos por todas partes”, dijo un hombre.

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Segundo ataque: mezquita de Linwood, ocho muertos

Se conocen menos detalles sobre el ataque en el barrio de Linwood.

Los sobrevivientes dijeron a medios locales que vieron a un hombre armado con un casco de moto negro abrir fuego contra unas 100 personas que rezaban en el interior.

Un testigo describió cómo uno de los fieles logró desarmar al atacante, quien corrió entonces hacia un automóvil que le esperaba afuera de la mezquita.

Una de las ocho víctimas falleció en el hospital como consecuencia de las heridas sufridas.

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El jefe de policía de Nueva Zelanda, Mike Bush, describió los dos ataques comouna acción “muy bien planeada”.

Se hallaron armas de fuego en ambos escenarios. Además, dos artefactos explosivos caseros fueron encontrados en un automóvil y desactivados por el ejército.

Además de Tarrant, otras tres personas (dos hombres y una mujer) fueron también detenidos poco después de cometerse los crímenes, aunque una de ellas ya fue puesta en libertad.

La policía investiga para esclarecer si tuvieron relación con los ataques.

Por Dominic Bailey, David Brown, Salim Qurashi, Debie Loizou, Lucy Rodgers y Prina Shah.

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Pero resulta interesante y necesario comprender “la misoginia internalizada”, como la llama la psicóloga y psicoanalista chilena Constanza Michelson, esa que, sin que lo queramos, se desliza desde el inconsciente y llega hasta el lenguaje, la mirada, los juicios y las relaciones.

  • ¿La puta, la gorda, la fea, la pacata, la trepa, la tonta o la loca? ¿Por qué siguen operando esas etiquetas burdas?
  • ¿Es verdad que competimos?
  • ¿Por qué rapiñamos con ojo excesivamente crítico nuestro propio cuerpo?
  • ¿Cuáles son las trampas que nos hacen caer en la misoginia?

Desde el psicoanálisis, que considera revolucionario, Constanza Michelson se ha convertido en una lectora lúcida de esos procesos.

Es columnista y autora de “50 sombras de Freud, laberintos del amor y el sexo” y “Neurótic@s. Bestiario de locuras y deseos contemporáneos”, libros en los que encara a los lectores con las neurosis de estos tiempos, y se sirve de las enseñanzas de Freud para derribar mitos y sacar caretas.

El primer libro de Michelson, publicado en 2015.
Editorial Catalonia / El primer libro de Michelson, publicado en 2015.

¿Es importante que las mujeres entendamos nuestra propia misoginia?

La misoginia entre mujeres se puede entender en varios registros.

Desde el punto de vista sociológico acostumbramos a pensar que las mujeres competimos y suele ocurrir que en algún momento, todas nos hemos descubierto diciendo “yo no soy como las otras mujeres”, o queriendo ser premiadas por algún hombre que te diga “tú no eres como las demás”.

¿Cuál es el origen de esta competencia con las otras?

En los tiempos precapitalistas el matrimonio era algo relevante para los hombres, tener una mujer e hijos lo ayudaba económica y socialmente.

Pero para las mujeres, era la única posibilidad de tener un lugar en lo público, ser mujer de alguien era un asunto de vida o muerte.

Para las que no se casaban o querían estudiar, la salida era ser monja, no había otros caminos.

El trabajo de las mujeres fue durante mucho tiempo buscar un marido, y si lo piensas, es brutal.

Novia
iStock / Durante mucho tiempo, las posibilidades sociales de una mujer estaban vinculadas a sus perspectivas matrimoniales, recuerda Michelson.

¿El mandato era competir por el amor de un hombre?

Este punto, que ha dividido a las mujeres, es uno de los grandes temas que hoy está en cuestión y es uno de los contenidos del paro internacional del 8 de marzo: el amor romántico.

Y por supuesto que competir por un hombre y ser la elegida es lo que estaba en el imaginario. Ser la única, ser la más bonita, no ser cualquiera. Esto sigue presente incluso en sociedades ya liberales.

¿Y hoy, en pleno capitalismo caníbal, dónde nos situamos?

Los hombres rápidamente encuentran otros destinos, pero las mujeres nos demoramos más, seguimos siendo esposas hasta hace no tantas décadas, por eso se da una asimetría.

Para ellos dejó de ser tan relevante el tener mujer e hijos, porque hoy el estatus de la masculinidad podría estar en el éxito en el trabajo o en ser muy sexual.

Las mujeres también observan ese camino, pero se ha abierto hace mucho menos tiempo.

El personaje de Samantha (interpretado por la actriz Kim Cattrall) en "Sex & The City"
Getty Images / El personaje de Samantha (interpretado por la actriz Kim Cattrall) en “Sex & The City” es un ejemplo de una mujer exitosa en su trabajo y muy sexual, que se aleja del estereotipo femenino que busca marido.

¿Es por eso que en esta nueva ola feminista se ha buscado un término que nos hermana?

Hubo que acentuar una palabra, sororidad, para decir ¡hey! tenemos que estar juntas, dejar de estar divididas, incentivar algo que no se nos ha dado de manera tan orgánica y resistirnos a ese argumento que dice que por naturaleza somos envidiosas, porque hay razones sociológicas que lo ameritan.

Hemos sido lanzadas a competir, en la medida en que no hemos tenido otras posibilidades.

¿Por qué seguimos descalificándonos con las categorías más burdas: la puta, la tonta, la trepa?

Las posiciones femeninas están escritas desde la cultura, son formas de administrar el cuerpo de la mujer y tienen que ver con la reproducción. La mala mujer es la puta, con esa manera de ejercer la sexualidad, que se castiga. Hasta hace poco el día de la mujer tenía el imaginario del día de la madre, regalar una florcita, en esta idea casi religiosa en torno a la buena mujer. Nosotras no estamos ajenas a eso y reproducimos lo que está escrito, hasta que llega una oleada revolucionaria donde se cuestiona y en la que decimos: ¡vamos a escribir esto de otra manera!

Mujer con la mano alzada en señal de rechazo.
iStock / “Todos hemos rechazado a las mujeres: los hombres, los homosexuales y las propias mujeres”, asegura Michelson.

Y la etiqueta de la mujer tonta o de la trepa, ¿de dónde viene?

Son metáforas de lo mismo. La trepa es la puta, siempre. Tiene que ver con la relación de la mujer con el dinero, que es tan poco fluida. En los suplementos femeninos se habla de todo menos de la jubilación. A muchas mujeres les resulta difícil pedir un aumento, porque hay una asociación atávica. La mujer buena es la madre, y la madre hace las cosas por amor, no por ganar algo. La tonta viene de la denigración de decir que servimos para lo doméstico, para lo sexual, no para lo público, no para los grandes asuntos de la ciudadanía. La trampa es seguir atrapadas en el cuerpo.

¿Cómo vivimos la relación con el cuerpo?

Hemos internalizado el ojo masculino. El lugar del amor es ser miradas por otros, más que ser dueñas de la mirada. No tenemos el poder, tenemos que seducirlo. La antropóloga feminista, Rita Segato, dice que este ojo pone al cuerpo en primer plano y es rapiña: tengo un rollo, la pechuga caída, la arruga. Ese ojo nos traiciona. Nos miramos por presa, de manera fetichista. La industria de la belleza y la cosmética te ofrece cuidados desde la punta del pie hasta el pelo, cada partecita. Es el drama de las mujeres, por eso invertimos tanto tiempo y dinero en el cuerpo.

Joven se mira en el espejo.
iStock / Las mujeres seguimos criticando nuestros cuerpos, en especial durante la adolescencia.

¿Qué pasaría si nos “dejáramos estar”?

Eso ya te está diciendo que uno debiera trabajar sobre su cuerpo siempre, imagínate qué agotador y qué culpa si uno no lo hace. Así de fuerte es la trampa. Empezar a ser consciente permite que te relaciones con el cuerpo de otra manera, ni trabajarlo, ni dejarse estar, que se llame de otra forma. Resignificar la arruga, la piel.

¿Amarla?

Ni amarla ni odiarla, trivializarla tal vez. Mujer quiérete, quiere tu cuerpo, es otra vuelta de la moneda. Suena bien, pero seguimos atadas. Es el discurso del wellness pasado por el cedazo feminista, revuelto con un poco de discurso de la salud. No podemos echarle la culpa al patriarcado. Ya no está el ojo masculino, sino el de la ciencia. Es un nuevo vigilante. Te liberas de un amo, pero las nuevas esclavitudes son sin amo. Son auto-esclavitudes.

Y desde el punto de vista psicoanalítico, ¿cómo aparece la misoginia?

El gran descubrimiento freudiano es que el primer amor para todo niño y niña es la madre o quien cumple ese rol. Representa el mundo de los afectos, pero también una gran invasión, es un ser gigantesco de mucha potencia: las palabras de la madre, la mirada o la no mirada de la madre. Nuestra primera posición es la pasividad en sus manos. El segundo paso es salir de ahí y es un gran duelo, siempre salgo como un cachorro desamparado. Pero, también implica cierta autonomía frente a lo invasivo, a la excesiva seguridad. Dejar ese primer amor es una mezcolanza de libertad y miedo.

Una niña abrazada con su madre.
iStock / La misoginia se origina con el proceso de independizarnos de nuestras madres.

¿Y cómo salimos las mujeres, con libertad o con miedo?

A nosotras nos permite conectar con el desamparo, expresar el miedo, la insatisfacción, quejarnos por amor, y generalmente decimos que no nos quisieron tanto, una busca el amor que no tuvo. El masculino tiene que salir bajo un semblante de fuerza, de potencia, no alcanza a expresar que también sale con miedo. Lo hace sin queja, no hay una narrativa que describa el dolor para el hombre, cuando está privado del amor.

¿Es ese el origen de la misoginia masculina?

Todo lo que le recuerde su propia vulnerabilidad es rechazado, lo femenino es defectuoso, se queja, tiene alguna falla, algo hizo. Y este discurso del “algo hizo” también se repite en las mujeres, como si la verdad del ser humano tuviera que ser lo masculino para todos. El discurso del tú puedes, es el de la potencia. Lo brillante, lo fálico, lo interesante, va a estar puesto en ese ser a quien no le falta nada, que no se queja. Y todos miramos para allá. La vulnerabilidad se reprime, se patologiza. ¡Ah!, ¿está sufriendo?, ¡algo habrá hecho!

"Desde el punto de vista consciente, ni tu ni yo odiamos a las mujeres, pero lo inconsciente aparece detrás de los ojos, en frases pequeñas". ", Source: Constanza Michelson, Source description: , Image: Constanza Michelson

Le pegaron, la engañaron, abusaron, ¿algo habrá hecho?

Y ahí entra el #metoo, el yo te creo que es tan importante, porque es remar en contra de esta idea de que a las mujeres no hay que creerles, porque algo habrán hecho, siempre tienen una culpa respecto de la cual se quejan. Todos las hemos rechazado: los hombres, los homosexuales y las propias mujeres, porque la cultura está en contra de esta verdad humana que es la vulnerabilidad. Aún se ejerce mucha violencia hacia ellas y la violencia es un atributo de lo masculino. Una chica trans no binaria decía que ellas tienen más herramientas para defenderse en una violación, porque a las mujeres biológicas se nos enseñó que no tenemos derecho a la violencia y una mujer trans, si ha tenido otra crianza, saca el cuchillo y se defiende, las mujeres no. Por eso las batallas, necesitamos otros referentes, nuevos discursos.

Mujeres con carteles que dicen "yo te creo", en apoyo a una víctima de abuso sexual en EE.UU.
Getty Images / El movimiento #metoo y el apoyo a las víctimas de abusos sexuales está combatiendo la misoginia.

¿Cómo nos afecta vivir con este rechazo?

Desde el punto de vista consciente, ni tu ni yo odiamos a las mujeres, pero lo inconsciente aparece detrás de los ojos, en frases pequeñas. Cuando digo, igual fue culpa de ella o cuando uno a sí misma se trata con el ojo rapiña del ¡estoy demasiado gorda! todo eso es ir en contra del aspecto femenino, de lo femenino como verdad para todos los seres humanos.

¿Por qué cuesta liberarse?

Que la liberación se convierta en una estética y un mandato, también es misoginia. Es la trampa permanente: no seas débil, deja al marido. Cuando uno supone que esa libertad va en contra de la idea de que somos seres dependientes, de que somos vulnerables, ahí, otra vez, opera lo inconsciente.

Constanza Michelson
Mónica Molina / Michelson plantea que nuestro rechazo a lo femenino y a ser vulnerable es en el fondo un temor a nuestra finitud.

¿Cuánto hay que escarbar entonces para sacar estos patrones inconscientes?

Uno puede hacerse más consciente y buscar herramientas políticas para pelear y eso está ocurriendo. Como lo que pasó en las tomas feministas del año pasado en Chile, en las que no hubo una dirigente, no existió la Che Guevara de la toma. Eso es femenino, no porque fueran mujeres, sino porque iba en contra de los emblemas de lo masculino: el líder, eh héroe que salva a la masa. Por otra parte, la consigna de este 8 de marzo es contra la precarización de la vida y demuestra que estamos pensando en algo mucho más grande que el cuerpo. En un mundo en que las cosas no calzan y nuestra reivindicación no es solo para nosotras, es para todos.

Si eres mujer y te gusta realizar diversas actividades, únete al recorrido nocturno en bicicleta este  viernes 8 de marzo. El Observatorio contra el Acoso callejero, hace un llamado a todas las mujeres a que se unan a este recorrido. La invitación es para conmemorar el Día de la Mujer y al mismo tiempo decir ¨No¨ al Acoso Callejero que viven las mujeres diariamente en el país. La convocatoria es este vienes 8 de marzo a partir de las 7:00PM en la Plaza de la Constitución.

 

Mujeres Ciclistas invitan a la actividad, los detalles en el Video:

Acoso Callejero

Observatorio en contra del acoso callejero -OCAC-

Un colectivo que evidencia el acoso callejero como un tipo de violencia, para transformar la realidad y recuperar los espacios públicos, con el propósito de recuperar los territorios que han dejado de ser seguros y propone formas de transformar la cultura violenta que ha normalizado el acoso como parte de la interacción en los espacios públicos.

El Acoso Callejero es Real

Una de cada tres mujeres sufre algún tipo de acoso varias veces al día

  • El Observatorio Contra el Acoso Callejero en Guatemala presentó el jueves 6 de septiembre una plataforma web de mapeo que han desarrollado con el apoyo de ONU Mujeres y AECID, para visibilizar de forma cualitativa y cuantitativa los hallazgos más relevantes sobre el acoso callejero en la ciudad de Guatemala.
  • Según los datos recolectados por el Observatorio Contra el Acoso Callejero, el 90% de las víctimas de acoso sexual son mujeres.
  • El mapeo muestra que el 74.8% de las víctimas de acoso callejero han recibido comentarios obscenos u ofensivos de carácter sexual.

 

Los fenómenos de violencia en los espacios públicos son vividos de forma diferente según el sexo, la edad, la clase social, la orientación sexual, la identidad y expresión de género, el origen e identidad étnica y la condición de discapacidad, entre otras situaciones y condiciones.

La información recopilada muestra que el acoso callejero, como una manifestación de violencia sexual en los espacios públicos, es un problema con un fuerte componente de desigualdad de género. El 90% de las víctimas son mujeres y el 63.9% declara haber sido acosada sexualmente muchas veces durante toda su vida.

Según los datos, al menos una de cada tres personas el 36.4% sufre alguna forma de acoso varias veces al día.

Además, casi tres de cada cuatro personas —74.8%— ha sido víctima de comentarios obscenos u ofensivos de carácter sexual. La misma cantidad ha declarado que les han sobrecargado el cuerpo con intenciones sexuales no consentidas en el transporte público.

Las miradas lascivas es otra expresión de acoso sexual que la población declara haber sufrido. Un 66.8% de las personas las reciben a menudo en el transporte público.

Datos proporcionados por el OCAC Guatemala.

 

 

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Memoria aún candente de la esclavitud, críticas a la intolerancia religiosa y recuperación de expresiones de la cultura popular fueron las asumidas respuestas de los “enredos” (temas) a la ola neoconservadora que hace tres años puso a un exobispo evangélico al frente de la alcaldía de Río y este año al ultraderechista Jair Bolsonaro en la presidencia de Brasil.

Las procesiones de carrozas alegóricas, sofisticados disfraces, abundancia de purpurina y mucha sensualidad fueron, como siempre, las armas con las que cada escuela, con 2.500 a 4.000 participantes, despertó el entusiasmo de los 72.000 espectadores que colmaron durante dos noches el Sambódromo, de la Avenida Marqués de Sapucaí.

Otra historia

Mangueira, una de las escuelas más populares, propuso en sus carrozas una revisión de A a Z de las lecciones de historia escolar. Los imponentes patriarcas enmarcados en un muro, al ser arrancados de su lugar para ser reemplazados por indígenas, resultan ser enanos.

El cuestionamiento a las páginas de la historia abarcó desde la colonización europea, presentada como un cementerio de pueblos indígenas, hasta un grafitti delante de una biblioteca que reza: “Dictadura asesina”, un ataque frontal al régimen militar (1964-85) reivindicado por Bolsonaro, un exmilitar.

Un diputado de Rio, Rodrigo Amorim, del PSL (el partido de Bolsonaro), denunció en declaraciones al diario carioca Extra una tentativa de la izquierda de “imponer una dictadura cultural” en estas tradicionales expresiones populares.

A lo cual el ‘carnavalesco’ (director y coreógrafo) de Mangueira, Leandro Vieira, respondió: “Dictadura cultural es la que trata de imponer la supremacía de las versiones históricas en las cuales indígenas, negros y pobres ocupan lugares subalternos, sin alcanzar la importancia que tendrían si entendiéramos el país que somos”.

Marielle, presente

Presentación de la escuela de samba “Rosas de Ouro”. Foto: AFP

Esta “historia que la historia no cuenta” rindió homenaje a Marielle Franco, la concejal negra y homosexual que denunciaba la violencia policial en las favelas y fue acribillada a balazos hace un año, sin que hasta ahora se haya descubierto a los culpables.

Su viuda, Mónica Benício, desfiló en la última ala de Mangueira.

“La única concejal negra que cargaba en su cuerpo las causas que defendía -era mujer, negra, nacida en la favela, lesbiana-, fue ejecutada. [Estar aquí] es una forma de resistencia y de reclamar justicia”, dijo Benício a la AFP poco antes del desfile.

Otra escuela, Vila Isabel, también recordó a Franco al celebrar el fin de la esclavitud en uno de sus carros, en el que desfilaron familiares de la concejal que exhibieron una bandera con la inscripción “Marielle presente”.

Regreso a las raíces

Los desfiles de la segunda noche fueron abiertos por Sao Clemente, con un enredo que lamenta la mercantilización del carnaval, en detrimento de sus orígenes populares.

En su desfile, las mujeres de la tradicional ala de las ‘bahianas’, llevaban en sus faldas de ruedo un aviso de alquiler.

El último carro alegórico de Sao Clemente criticó frontalmente a la alcaldía, que en los últimos tres años recortó hasta en 50% los recursos públicos destinados al carnaval. “Aló Alcaldía, el carnaval es nuestra cultura”, ironizaba una de las pancartas colgadas en la carroza.

Una fiesta vibrante

Carroza de la escuela de samba “Mocidade Alegre”. Foto: AFP

En carnaval “todos se mezclan, sin prejuicios de raza, género… es muy bueno”, afirma Maria Luiza Moura, de 19 años, sin esconder su emoción por desfilar por primera vez, junto a su madre, con la procesión de Sao Clemente, disfrazadas de cronómetro, como crítica a las estrictas normas que rigen los desfiles.

Cada “escola” tiene hasta 75 minutos para recorrer los 700 metros del Sambódromo y deslumbrar a un jurado que puntúa categorías como percusión, vestuario y tema del desfile, entre otros.

Portela, que este año cumple 96 años, salió a buscar su 23er título con un majestuoso desfile dedicado a la cantante Clara Nunes, ícono musical de los años 70 y primera artista en defender públicamente las religiones afrobrasileñas.

La noche anterior, Salgueiro consagró su “enredo” (tema) al dios del candomblé Xangó -patrón de la justicia- y cerró la procesión ondeando banderas con mensajes contra la corrupción, a favor del feminismo, de la igualdad, la libertad y la diversidad sexual.

 El ‘chivo Ioiô’

Vila Isabel también apeló a la nostalgia al recordar el esplendor del Brasil imperial, ambientado en la ciudad de la región serrana de Rio Petrópolis.

Paraíso do Tuiutí, vicecampeona en 2018, presentó un irónico enredo titulado “El salvador de la patria”, encarnado en un chivo Ioiô, “nordestino, barbudo, bajo, de origen pobre, amado por los humildes, los intelectuales, incomodó a la élite y fue condenado a convertirse en símbolo de identidad de un pueblo”.

Una descripción que para muchos remite al encarcelado expresidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva. A lo cual el carnavalesco de grupo respondió, citado por O Globo: “Puede ser. Puede no ser”.

Rawan (nombre ficticio) tiene una palabra para describir su vida los últimos seis meses: “miedo”.

Ella y su hermana Reem han cambiado de paradero por lo menos trece veces, viviendo en un limbo legal y bajo el constante temor de que las envíen de vuelta a un país que las podría condenar a morir.

Las hermanas sauditas se encuentran varadas en Hong Kong, después de escapar durante unas vacaciones familiares.

Le contaron a la BBC sobre el abuso violento que han sufrido en su país, donde eran tratadas “como sirvientas” por sus parientes hombres.

Violencia en el hogar

Las hermanas, que tienen 18 y 20 años, se criaron dentro de una “familia musulmana estricta” en Arabia Saudita, donde las mujeres deben estar acompañadas por un hombre y frecuentemente son vigiladas muy de cerca.

Allí no veían más que un “futuro muerto” para ellas.

“Vigilan cada paso que tomamos: controlan cada detalle de nuestras vidas“, explica Rawan.

Las hermanas sauditas miran a través de la ventana de su hotel en Hong Kong
GETTY IMAGES / Las hermanas sueñan con la “libertad”.

Reem y Rawan han adoptado pseudónimos para proteger sus identidades y renunciado al islam, alegando que es una religión que “permite que los hombres controlen a las mujeres”.

En Arabia Saudita, rechazar esa religión es considerado un crimen que conlleva pena de muerte.

Varios casos recientes de mujeres intentando escapar de la violencia de sus familias han recibido atención internacional.

Plan preparado de antemano

Ambas iban camino de Australia para pedir asilo hace seis meses, cuando funcionarios del consulado saudita las interceptaron durante una escala en Hong Kong.

Las mujeres le contaron a la BBC que habían estado ahorrando dinero y planeando su escape desde 2016.

Esperaron durante un viaje de familia a Sri Lanka, que coincidía con el 18º cumpleaños de Rawan, porque era la mejor oportunidad de hacerse a sus pasaportes que el padre guardaba en una caja fuerte en casa.

Los brazos de las hermanas sauditas durante una entrevistaGETTY IMAGES / Las hermanas sauditas tienen 18 y 20 años.

Bajo el “sistema de custodia masculina” de Arabia Saudita, las mujeres necesitan el permiso de un pariente hombre para solicitar un pasaporte, viajar fuera del país a estudiar en el exterior con una beca gubernamental, casarse, salir de prisión o hasta abandonar un refugio de víctimas de abuso.

El pasado septiembre, lograron llegar secretamente hasta el aeropuerto internacional de Colombo, cambiarse de ropa y emprender su viaje hasta Australia.

Pero, cuando estaban preparadas para tomar el vuelo de conexión en Hong Kong, fueron apartadas por unos hombres que tomaron sus pasaportes y les informaron que la reserva de su siguiente vuelo había sido cancelada.

“Conocemos nuestros derechos”

Reem y Rawan dicen que recordaban a Dina Ali Lasloom, que fue interceptada camino a Australia en abril de 2017 y forzada a regresar a Arabia Saudita desde el aeropuerto de Manila.

Es poco lo que se sabe del paradero de Lasloom, aunque la organización en defensa de los derechos humanos Human Rights Watch informó que pasó un tiempo detenida en un albergue en Riad.

Las hermanas explican que se negaron a ser intimidadas por los funcionarios sauditas en Hong Kong.

Rahaf Mohammed al-Qunun frente a una bandera de CanadáGETTY IMAGES / La adolescente saudita Rahaf Mohammed al-Qunun, que escapó de casa en enero pasado y recibió asilo en Canadá.

“No éramos un objetivo fácil. Conocemos nuestros derechos”, afirma Reem. “Ellos son los que lo hicieron mal, no nosotras. Sólo queríamos sobrevivir”.

Discutieron sus planes en voz baja entre ellas y, finalmente, rehusaron abordar el avión que iba a Dubái.

Las hermanas tomaron sus documentos de viaje de las manos de los hombres, pero en ese momento se encontraban dentro de la zona de tránsito del aeropuerto de Hong Kong sin un vuelo para seguir su camino.

Escándalos internacionales

El caso de Reem y Rawan es el segundo de gran notoriedad de mujeres que han huido de Arabia Saudita este año.

En enero, Canadá le otorgó asilo a Rahaf Mohammed al-Qunun, de 18 años, que estuvo varada en el aeropuerto principal de Bangkok intentando llegar hasta Australia.

Había rehusado a volar a Kuwait, donde su familia la estaba esperando, y se refugió en la habitación de su hotel en el aeropuerto, atrayendo la atención del mundo.

Una mujer saudita practica conducir un auto en Riad.GETTY IMAGES / La prohibición de que las mujeres pudieran conducir se levantó en junio de 2018.

Human Rights Watch ha documentado muchos casos de mujeres sauditas intentando escaparse de sus familias en años recientes.

No se sabe exactamente cuántas mujeres han intentado huir, pues muchas familias no reportan las fugas debido al estigma social. Sin embargo, algunas estimaciones las sitúan en cientos al año.

“Sin dignidad”

“Cuando empezamos a ver otras sobrevivientes que habían escapado a otros países en busca de asilo, pensamos que también sería posible para nosotras”, expresa Rawan.

“Hay personas que nos inspiran”.

En Arabia Saudita, no tenían “dignidad”, dice.

“Me forzaron a cocinarles desde que tenía 12 años. Cuando mi hermana menor nació, fui yo quien la crió”.

Una manifestante en Roma, Italia, sostiene un cartel exigiendo la liberación de una activista encarceladaGETTY IMAGES / Una manifestante en Roma, Italia, sostiene un cartel exigiendo la liberación de Loujain al-Hathloul, una activista por los derechos de las mujeres sauditas que fue encarcelada el pasado diciembre.

Las hermanas afirman que eran constantemente humilladas por su padre y sus hermanos, que las castigaban con golpizas.

“Mi vida era sólo para servirles. Estaba muy deprimida, no veía ningún futuro. A ellos no les importa ninguna de mis necesidades ni mi educación: su único objetivo es criarme para ser una buena esposa”.

Futuro incierto

Desde que entraron en territorio chino, las hermanas aseguran que han sido perseguidas por su familia y por el consulado saudita.

Como sus pasaportes están anulados, han solicitado una visa de emergencia “en un tercer país” y se pasan la mayoría del tiempo dependiendo de la ayuda de la gente, comiendo sopas de fideos instantáneos y preocupándose por un futuro incierto.

Nuestra vida en Hong Kong es básicamente escondernos, escondernos todo el tiempo. Nos hemos cambiado de sitio trece veces: a hoteles, hostales, refugios, apartamentos de individuos”, dice Rawan.

“Nos da miedo salir a cualquier parte solas. Es cuestión de miedo”.

Entre las sombras”

A pesar de ello, las hermanas dicen sentir que están saliendo “de entre las sombras”.

Reem, que estaba estudiando literatura inglesa en la universidad, dice que sueña con escribir sobre sus vidas en Arabia Saudita o sobre poesía y descubrir el mundo.

Plano cerrado de una mujer sauditaGETTY IMAGES / Las mujeres sauditas necesitan permisos de sus custodio para trabajar, viajar, casarse, divorciarse o abrir una cuenta bancaria.

Añade que también sueña con “vivir en un país donde respeten a las mujeres y los derechos humanos” y pueda expresarse con libertad.

Rawan también dice que lo único que quiere es “vivir segura” y llevar una “vida feliz” en un país donde pueda escoger por sí sola.

“Sueño con completar mis estudios. Soy una apasionada de mis estudios”, manifiesta Rawan.

“Quiero estudiar biología y recibir un doctorado en genética”.

Es un ejemplo de los peligros a los que están expuestas las mujeres que son particularmente vulnerables a los abusos sexuales: aquellas que están físicamente impedidas.

La víctima de Arizona, cuyo nombre no se ha dado a conocer, dio a luz el pasado 29 de diciembre.

Es paciente en una residencia administrada por la empresa Hacienda Healthcare en la ciudad de Phoenix que ha estado en estado vegetativo durante más de una década.

Los medios de comunicación locales informaron de que el personal de la residencia no sabía que la mujer estaba embarazada hasta el momento del parto. La policía de Phoenix ha abierto una investigación y ha recopilado muestras de ADN de todos los trabajadores masculinos.

Sin embargo, este no es el primer caso de violencia sexual contra pacientes en residencias que ha acabado en embarazo. Solo en Estados Unidos, ha habido al menos tres.

La clínica en Phoenix estuvo involucrada en casos de acoso sexual en 2013.
La clínica en Phoenix estuvo involucrada en casos de acoso sexual en 2013.

Otros casos

Uno de ellos ocurrió en Nueva York en 1995, cuando un auxiliar violó a Kathy Cobb, de 29 años, dejándola embarazada.

El embarazo fue detectado a los cuatro meses. La familia de la mujer, que llevaba muchos años en coma, era muy católica así que se negó a que se le practicara un aborto.

Cobb murió en 1997, poco antes de que su bebé cumpliera un año.

Su agresor, John Horace, aseguró en la corte que creía que el embarazo podía “despertarla”. Fue condenado a 13 años de cárcel.

A raíz de este caso surgió una nueva ley en el estado de Nueva York que obligaba a las residencias a revisar los antecedentes de sus empleados: la “Ley Kathy”.

Pero las mujeres vulnerables todavía tienen muchas más posibilidades que otras de ser víctimas de violencia sexual en Estados Unidos.

Vulnerabilidad

 

Las personas con discapacidad tienen cuatro veces más posibilidades de sufrir una violación o agresión sexual, según datos del gobierno.

Datos del Departamento de Justicia publicados en enero del año pasado por el medio de comunicación público NPR mostraban que quienes padecían una discapacidad tenían hasta cuatro veces más probabilidades de sufrir una violación o abuso sexual.

“Más del 80% de mujeres con discapacidad serán agredidas sexualmente en sus vidas”, dice una portavoz de la ONG estadounidense Disability Justice (Justicia para la Discapacidad).

Otro caso de embarazo en coma se registró en Argentina en 2015, en la provincia de Córdoba, pero los medios de comunicación locales recogieron que la familia de la víctima se negó a presentar cargos.

Dos años antes, un enfermero en la ciudad de Bahía Blanca había sido sentenciado a ocho años de prisión por haber violado a una paciente de 60 años en coma.

En Reino Unido, Andrew Hutchinson, un enfermero del Hospital John Radcliffe de la localidad inglesa de Oxford, agredió a dos pacientes que estaban inconscientes y hasta grabó los ataques, que sucedieron entre 2011 y 2013.

Fue sentenciado a 15 años de prisión en marzo de 2015.

En el Hospital Rashid también hubo un caso de ataque sexual a una paciente en coma en mayo de 2010.

Casos de pacientes en coma o sedadas también se dieron en Brasil, como el del médico Roger Abdelmassih, acusado de 56 cargos de abuso sexual a sus pacientes, entre las cuales hubo muchas mujeres sedadas.

 

 

Una investigación de 2016 reveló más de 2.000 casos de abuso sexual en Estados Unidos que involucraban a médicos.

Médicos agresores

En 2016, una investigación realizada por el periódico Atlanta-Journal Constitutiondestapó 2.400 casos de abuso sexual contra pacientes anestesiadas o sedadas cometidos por médicos en Estados Unidos.

Los había en todos los estados desde 1999.

“La mitad de estos médicos todavía tenían su licencia médica en 2016”, le dice a la BBC Danny Robbins, el periodista autor de la noticia.

La industria de las residencias y asilos mueve miles de millones al año en Estados Unidos.

“En lo que respecta a los médicos, el sistema protege a los perpetradores“.

Las residencias y asilos son una gran industria en los Estados Unidos: según un informe de la firma IBIS World, movieron US$132.000 millones en 2018.

Hospitales y residencias gastaron más de US$73 millones en intentar ejercer presión política el año pasado, según OpenSecrets.org, un grupo que rastrea lo que se invierte en política.

“Estas instituciones son inmensamente influyentes, pero el caso de Phoenix abrió la caja de Pandora. A pesar de que aún no sabemos quién cometió el ataque, la manera en que las cosas se manejaron (en las instalaciones) parece espantosa”, añade Robbins.

Según organizaciones como El Centro Nacional de Recursos para la Violencia Sexual (NSVRC por sus siglas en inglés), los casos de violencia contra pacientes que no son capaces de expresarse todavía son escasos.

Pero resaltan la vulnerabilidad de estas personas.

“Los agresores oportunistas son comunes y vemos que aparecen en todo tipo de ambientes donde hay vulnerabilidades inherentes”, dijo NSVRC en un comunicado.

Según organizaciones como el NSVRC, los casos de violencia contra pacientes impedidas de dar su consentimiento todavía son escasos.

El acoso es mucho más común: Hacienda Healthcare, por ejemplo, estuvo involucrada en una investigación en 2013 después de que surgieran informes de que un empleado había hecho comentarios sexualmente explícitos a sus pacientes.

El trabajador, según el Departamento de Salud de Arizona, fue despedido y la empresa prometió esforzarse más por resguardar a sus pacientes.

Renuncia

La BBC contactó a Hacienda Healthcare, que respondió con un comunicado en el que Gary Orman, el vice presidente ejecutivo de la junta directiva, decía que la compañía “no aceptará nada menos que un recuento completo de esta situación absolutamente espeluznante, un caso sin precedentes que ha dejado devastados a todos los involucrados, desde la víctima y su familia hasta el personal de la empresa en todos los niveles de nuestra organización”.

“Quiero asegurarles a nuestros pacientes, a sus seres queridos, a nuestros socios locales, a las agencias con las que trabajamos y a los residentes de Arizona que seguiremos cooperando con la Policía de Phoenix y las agencias de investigación en todos los niveles y de cualquier forma posible”, aseguraba.

HACIENDA HEALTHCARE
Bill Timmons, el director de Hacienda Healthcare, renunció después de que el caso se hiciera público.

 

“Haremos todo lo que esté en nuestro poder para asegurar la seguridad de cada uno de nuestros pacientes y de nuestros empleados”.

A raíz del escándalo, el director general de Hacienda Healthcare, Bill Timmons, renunció este mes.

El lunes 14 de enero, la compañía anunció que había comenzado una revisión interna “exhaustiva” para determinar cómo la paciente quedó embarazada.

La familia de la mujer, a través de un abogado, dijo que dio a luz a un “niño saludable” que será cuidado por sus familiares.

“En vista de que poco se nos ha escuchado, hemos decidido, el movimiento de mujeres (…) que vamos a la huelga de hambre”, dijo la hondureña Claudia Miranda, durante una conferencia de prensa improvisada en plena calle en Tijuana, una ciudad del noroeste de México fronteriza con Estados Unidos a la que han llegado más de 6 mil migrantes centroamericanos.

Representando a una decena de mujeres que portaban banderas blancas, Miranda explicó que buscarán que otras centroamericanas se unan a la huelga, que pretendían comenzar con un plantón frente a oficinas migratorias. Sin embargo, un fuerte bloqueo policial les impidió el paso.

Las mujeres piden al Instituto Nacional de Migración de México “agilizar las visas humanitarias para que nosotros podamos ver cómo nos instalamos y poder trabajar”, dijo Miranda.

Los miles de migrantes, la mayoría familias hondureñas con niños, viven desde hace más de una semana a la intemperie en un albergue improvisado por las autoridades en un deportivo ubicado en un barrio marginal de Tijuana.

Este jueves amanecieron particularmente afectados por la fuerte lluvia que cae sobre la ciudad. Sus colchonetas y cobijas al ras del suelo terroso estaban encharcadas.

Muchos de estos migrantes están tramitando una visa humanitaria que les permita permanecer y trabajar en México legalmente, un proceso que puede llevar varias semanas.

“A Estados Unidos le pedimos con todo el corazón, de parte del movimiento de las mujeres de diferentes partes de Centroamérica, que por favor agilice el asilo político, (que los turnos sean) de 50 en 50 para que podamos entrar, trabajar y demostrarles que en realidad no somos delincuentes”, dijo Miranda.

La caravana recorrió más de 4 mil kilómetros con la esperanza de vivir en Estados Unidos, lejos de la pobreza y violencia en sus países.

Pero el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, los acusa de querer perpetrar una “invasión” a su país y les obliga a permanecer en México mientras solicitan el asilo en oficinas fronterizas.

Para este trámite existe una lista de espera de más de 5 mil personas.

Las mujeres centroamericanas también solicitaron a Andrés Manuel López Obrador, que asume la presidencia de México este sábado, que siga garantizando su seguridad.

“Le recordamos que está firmado ese convenio” con el gobierno saliente, subrayó Miranda.

El domingo pasado, las fuerzas estadounidenses dispararon balas de goma y gases lacrimógenos contra unos 500 migrantes que intentaron cruzar a la fuerza el muro fronterizo.

Según el estudio efectuado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la prevalencia de la violencia física y/o sexual varía entre los países y en algunas naciones esta violencia afecta en algún momento a un 14% de las mujeres, y en otras puede afectar a casi el 60% de esa población femenina, como es el caso de Bolivia.

“En nuestra región, la violencia por parte de la pareja es la forma más extendida de violencia contra la mujer y afecta a una de cada tres mujeres en América”, dijo Isabella Danel, directora adjunta de la OPS en una conferencia en Washington.

Para Alessandra Guedes, consejera regional sobre violencia intrafamiliar en la OPS, este es un fenómeno extremadamente extendido que afecta a un gran número de mujeres, pero todavía no hay un apoyo que responda a la magnitud de este problema.

“Aunque ya sabemos que el problema tiene una magnitud increíble y que hay intervenciones que podemos implementar para prevenirlo, seguimos sin políticas o con políticas que no son financiadas para poder ver cambios concretos”, explicó Guedes.

La investigación efectuada a partir de encuestas nacionales hechas en 24 países muestra que algunos tipos de violencia han descendido en los últimos 20 años en Canadá, Colombia, Guatemala, Haití, México, Nicaragua y Perú.

Sin embargo, la organización advirtió que “algunas variaciones en los datos de esos países fueron muy pequeñas y algunos indicadores no han cambiado de manera lineal”.

La organización advirtió que la violencia contra las mujeres implica muchas consecuencias para la salud, entre ellas la muerte, ya sea por asesinato, suicidio o por enfermedades asociadas a infecciones y casos de mortalidad materna.

“No podemos medir la tendencia”

Los expertos advirtieron sobre la dificultad para conseguir los datos y señalaron que las estadísticas se basaron en encuestas realizadas a grupos de mujeres entre 15 y 49 años, ya que se tomaron cuestionarios hechos para medir la salud reproductiva.

“En la mayoría de los países no podemos medir la tendencia porque apenas se ha hecho uno o dos estudios y estamos estudiando esto hace apenas 20 años”, explicó a la AFP Mary C. Ellsberg, directora del Instituto Global de la Mujer de la Universidad George Washington, que participó en la conferencia.

Ellsberg ha estudiado a lo largo de los años el caso de Nicaragua, donde constató que se vio un descenso muy grande de la violencia y principalmente porque confluyeron un cambio cultural, una voluntad política del gobierno y una fortaleza de la sociedad civil.

En el caso de Nicaragua, la violencia física por parte de la pareja se redujo a casi la mitad, pasando de ser un fenómeno que afectaba a un 11.9% de las mujeres en 1998 a tener una incidencia en el 6.1% de la población femenina en 2012.

Sin embargo, la experta advirtió que “cuando esa voluntad política se pierde, como ha sido el caso de Nicaragua, donde ha habido una fuerte represión contra las defensoras de los derechos humanos, esos logros están en peligro de perderse”.

“Jamás podemos decir sólo porque se ha visto un descenso o se ve que las cosas están mejorando en algún aspecto, no podemos quedarnos satisfechas con eso, siempre tenemos que seguir abogando”, concluyó Ellsberg.


Loli, una mujer transexual de 26 años de El Salvador, enseña su muñeca: tiene una cicatriz que le hizo un hombre con un machete en un restaurante.

En su pierna tiene otra marca del ataque de un desconocido perpetrado “simplemente por homofobia”, dice.

Tiene suerte de estar viva. “En Centroamérica ser gay o transexual es casi como tener una sentencia a muerte”, cuenta.

Ella sabe que es algo muy serio: hace apenas 5 meses mataron a su amiga, una mujer transexual de 22 años. Le amarraron una soga al cuello y la tiraron del puente.

Enseña fotos de la joven y de su funeral.

“No he dejado de llorar por ella. La extraño mucho. Sé que no se lo merecía, ella no hacía nada malo a nadie. Era mesera y muy trabajadora. Solo que a algunas personas no les pareció que fuera transexual y la mataron”, dice, todavía consternada.

Este asesinato hizo que Loli se decidiera a dejar El Salvador cuando oyó que una caravana de migrantes saldría de San Pedro Sula, en Honduras, en búsqueda de una mejor vida en Estados Unidos.

Caravana de migrantes en Tijuana: "Salí de Honduras porque mataron a mi pareja por homofobia”, la violencia que persigue a las transexuales de Centroamérica
Este es el velorio de la amiga de Loli, una chica transexual de 22 años a la que le ataron una soga al cuello y la lanzaron a un puente.

Ahora Loli está en un lugar secreto del norte de México, esperando a pedir asilo a Estados Unidos. Ella es una de los 45 personas del colectivo LGBT (Lesbianas, Gays, Bixesuales y Transexuales), principalmente gays y transexuales, que caminaron con otros miles de la caravana.

El camino tampoco fue fácil.

Cuenta que durante el trayecto, el acoso de algunos migrantes fue constante: les gritaban cosas e incluso les aventaban basura.

“Escaparon”

Varias mujeres trans entrevistadas por BBC Mundo dicen que al principio de la caravana en México una de ellas fue violada.

Pero aseguran que no pudieron denunciar: los agresores escaparon y ellas estaban en un país que no conocían.

Caravana de migrantes en Tijuana: "Salí de Honduras porque mataron a mi pareja por homofobia”, la violencia que persigue a las transexuales de Centroamérica
Ladi le cuenta a BBC Mundo que mataron a su pareja por sus preferencias sexuales, “por estar conmigo”.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que “muchos casos de violencia contra personas LGBTI no se denuncian ya que muchas personas, al temer represalias, no quieren identificarse como tales o no confían en la policía o en el sistema judicial”.

Después de estas malas experiencias, el grupo LGTB se desmarcó de la caravana.

Caravana de migrantes en Tijuana: "Salí de Honduras porque mataron a mi pareja por homofobia”, la violencia que persigue a las transexuales de Centroamérica

Ellos fueron de los primeros en llegar a Tijuana, la ciudad fronteriza entre México y Estados Unidos.

Llegaron a rentar una casa en Playas de Tijuana. Pero al poco tiempo los vecinos se quejaron de que su presencia les molestaba, y tuvieron que marcharse. “Nos sacaron de ahí, nos acusaron de venir a prostituirnos y molestar a la gente, pero no es verdad.”

Por unos días fueron hospedados en un café anarquista, pero después decidieron irse a un lugar secreto a otro estado del norte de México desde donde tramitarán su asilo.

Loli, que es cosmetóloga, dice que quiere llegar a Estados Unidos para poder trabajar y no ser discriminada por su orientación sexual.

Caravana de migrantes en Tijuana: "Salí de Honduras porque mataron a mi pareja por homofobia”, la violencia que persigue a las transexuales de Centroamérica
“Muchos casos de violencia contra personas LGBTI no se denuncian ya que muchas personas, temiendo represalias, no quieren identificarse como tales o no confían en la policía o en sistema judicial”, dijo la CIDH. Spencer Platt.

Dentro de la caravana, el grupo LGTB es especialmente vulnerable, dicen los expertos.

“La persecución, hostigamiento y malos tratos, que frecuentemente llegan al asesinato, se convierten en un viacrucis de aquellos y aquellas que descubren que su identidad de género es diferente a la mayoría de quienes les rodean”, explican los investigadores Silvia Soriano y Víctor Hugo Gutiérrez en el artículo “Entre la muerte y la fuga. Diversidad sexual acosada”.

Loli dice que iba a comenzar un tratamiento hormonal en El Salvador, pero que fue amenazada: “Me dijeron que si me salían pechos, me los iba a cortar”.

Aunque sabe que la violencia es real, prefiere alzar su voz. “Quiero que en El Salvador y otros países de Centroamérica más gente declare sus preferencias sexuales y así cada vez haya más aceptación”.

“Mi pareja fue asesinada”

Ladi, mujer trans de 23 años de Honduras, cuenta que salió de su país antes de la caravana y que se unió después.

Caravana de migrantes en Tijuana: "Salí de Honduras porque mataron a mi pareja por homofobia”, la violencia que persigue a las transexuales de Centroamérica
Muchas de las mujeres transexuales quieren llegar a EE.UU. para no ser discriminados por su orientación sexual. Getty Images

“Ser migrante nunca estuvo en mi mente. Siempre me imaginé una vida en mi país, trabajar, salir adelante, ayudar a mi familia, porque es de bajos recursos”, cuenta.

Sin embargo, a su pareja lo mataron hace 6 meses.

“Lo asesinaron porque estaba conmigo, por su preferencia sexual. Fue un día que me acompañó a tomar un taxi. Unos tipos llegaron a la parada y allí le pegaron de tiros. También mataron a dos personas que también estaban ahí. Yo sobreviví de milagro”, cuenta con la mirada en el piso y lágrimas.

Ladi dice que toda su vida ha sido muy difícil. Que a la edad de 13 años fue violada por cinco hombres. “No denuncié porque era un niño y mi familia no me apoyaba”.

Honduras tiene en Centroamérica el mayor número relativo de asesinatos de personas trans: 9,56 por millón de habitantes.

Caravana de migrantes en Tijuana: "Salí de Honduras porque mataron a mi pareja por homofobia”, la violencia que persigue a las transexuales de Centroamérica
“Ser trans en Centroamérica es una sentencia de muerte”, dijo Loli.

“La comunidad trans es uno de los colectivos sociales más vulnerables en Honduras. Sus miembros han sido históricamente víctimas de crímenes de odio, hostigamiento, estigmatizazión, acoso y exclusión en los distintos espacios sociales, entre ellos la familia, las escuelas, los trabajos y las iglesias”, dice el artículo académico sobre el acoso a las trans.

Ladi asegura que temía por su vida y por eso salió de Honduras. “Sé de muchas que terminaron muertas. Las trans somos el blanco en mi país”.

A ella su familia no le negó techo ni comida. “Pero nunca me dieron cariño ni aceptación y lo necesité toda mi vida”.

Dice que su objetivo de ir a Estados Unidos es llegar a un país donde cree que tendrá libertad y que eso la hará feliz. Como para todos en la caravana, falta ver si Estados Unidos les da asilo.

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