Incluso cuando se quiera ahorrar energía, es importante poner a funcionar la lavadora por lo menos una vez al mes a elevadas temperaturas.
Porque, si no lo hace, los microorganismos procedentes de la ropa sucia pueden colonizar en el ambiente húmedo de la máquina y multiplicarse.
Las bacterias y los hongos proceden, por ejemplo, de los alimentos, de la piel de las personas o de otras suciedades naturales como la tierra, las plantas y el pelo de los animales, que entran en la máquina con la ropa usada.
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Esta capa de bacterias y hongos -también denominada biopelícula o biofilm- puede desarrollar un olor desagradable, que asimismo puede traspasarse a la ropa recién lavada.
De acuerdo con la iniciativa germana Forum Waschen, normalmente no se desarrolla ninguna contaminación por gérmenes que suponga un riesgo para la salud.
Según explican los expertos en limpieza, para evitar el problema es suficiente lavar la ropa al menos una vez al mes a 60 grados, utilizando para ello un detergente para ropa que contenga lejía o un detergente universal. Suelen ser polvos, granulados o perlas, pero no productos líquidos.