En el juego si un jugador queda eliminado, lo paga con la vida. La serie está dirigida a personas mayores de 16 años, según la plataforma, pero padres y maestros en diferentes países han reportado que se está convirtiendo también en un fenómeno entre los más jóvenes a esa edad.
La psicóloga Rebeca Gaitán explica que la serie ha impactado, recientemente se ha informado que la han visto cerca de 111 millones de espectadores. “La idea original del juego como tal es fomentar compañerismo, la solidaridad y otros valores que no marca esta serie y por el contrario está el individualismo de obtener algo a costa de la vida de los demás”, agrega.
En general es importante que durante la infancia los padres fomenten valores de respeto, dignidad e integridad de los demás, así como la solidaridad y la empatía, así como alcanzar objetivos y metas sin tener que pasar sobre alguien más. “Es importante no perder de vista que el buen aprendizaje y el ejemplo en casa fomentan estos valores”, agrega la experta.
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También la psicóloga Mariana Capurro, en el sitio Guía Infantil ha planteado un análisis sobre El juego del calamar. En este comenta que los menores a la edad recomendada no deberían verla e insiste en que padres e instituciones educativas tomen acciones para explicarles sobre la realidad y ficción.
En el caso de los adolescentes, su cerebro sigue en formación y están formando sus propios criterios.
Además están en una edad que buscan aprobación de sus iguales y están influenciados por modas y tendencias. Podrían llegar a sentirse identificados con los personajes. El ideal es acompañarles lo más posible para tener espacios de discusión en el que se analice todo aquello que se ve.
En general distintos estudios han puesto en evidencia que mirar repetidamente escenas de violencia en películas, televisión o videojuegos hace que los jóvenes se comporten de manera más agresiva.
Una investigación de los Institutos Naciones de Salud con 22 jóvenes de entre 14 y 17 años, a quienes se mostraron varios fragmentos violentos, mostró que estas escenas parecen insensibilizar la respuesta del cerebro.
Consecuencias socioemocionales
El departamento de psicología de Los Ángeles School, en Costa Rica preparó un material para compartir con los padres de familia sobre algunas de las consecuencias socioemocionales que ver la sería podría afectar a los menores.
“Compartimos dicha información no con la intención de prohibir sino con el objetivo de informar y apoyar desde nuestra área, nuestro principal objetivo es generar reflexión en cuanto al contenido al que están expuestos las personas menores de edad”, dice la publicación.
Los expertos también comenta que es importante generar espacios de autorreflexión y conciencia del contenido no solo de esta serie sino de todo aquello que rodea a los hijos como redes sociales, películas, música y otros expuestos a los menores.
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1 Violencia explícita
Las imágenes de la serie podría llevar a un incremento de agresión, temor inmediato, así como la desensibilización ante la violencia.
Otros expertos también hablan que es posible que se llegue a normalizar hechos de violencia y tortura.
2. Alteración en los patrones de relaciones interpersonales
Sin un análisis crítico podría conllevar a creer en las manipulaciones que colocan a la persona en una posición frágil, individualista e incapaz de renunciar a nada. De esta manera, la indiferencia, el desprecio, el odio, la discriminación, reemplazando el respeto y las forma de interacción positiva entre pares.
3. Conductas matizadas por antivalores
Se evidencia conductas asociadas a rivalidad, el dominio, las demostraciones de fuerza ante los otros, traición, poca solidaridad y empatía con la necesidad del otro, enemistad y finalmente obtener lo que desea.
4. Distorsión del concepto de juego
Por medio de este tipo de juego, los niños y adolescentes desempeñan roles, caracterizado por personajes donde media la violencia. Esto es especialmente preocupante, distorsionando el verdadero concepto de juego, que es una herramienta socializadora que favorece el aprendizaje y el desarrollo integral.
5. Alteración en las dimensiones de la autoestima
Se alteran las dimensiones: social, afectiva y ética, así como la autoevaluación y autoaceptación. “El tema de valor por lo que tengo y no por lo que soy”, dicen los autores. Esto genera confusión, tristeza, ansiedad, ira y sentimientos de inferioridad.