La acción fue parte de la obra llamada La casa de papel dorado o el sueño de la casa propia III del argentino Sebastián Andreatta. En ella, el artista propone intervenir inmuebles con materiales dorados que metaforizan el sueño por una vivienda ante las limitantes del acceso de préstamos hipotecarios.
Días después, en la Plaza de la Constitución, la artista maya-kaqchikel Marilyn Boror permaneció sobre un pedestal frente a curiosos, allegados y demás personas que la veían como si se tratase de una escultura. Bajo el nombre Monumento vivo la artista propuso la acción como un recordatorio de la lucha sobre los territorios, el saber y la cultura de los pueblos originarios.
Estas acciones han sido algunas de las realizadas en el marco de la segunda Bienal en Resistencia (BER) que tendrá lugar hasta el 30 de octubre en Guatemala.
La propuesta artística, que surgió en 2019, busca establecer diálogos entre el arte y la complejidad de vivir en Latinoamérica mediante propuestas artísticas multidisciplinarias.
Maya Juracán, curadora de arte y gestora del evento, comparte que las temáticas abordadas en esta segunda bienal se relacionan a consignas respecto a los cuerpos diversos, diferencias socioeconómicas y la reivindicación de las identidades frente a espacios violentos
Debido a la pandemia, esta edición de la Bienal en Resistencia fue propuesta para que las obras presentadas dialogaran desde espacios públicos transitados, así como desde Internet. Juracán subraya que esta decisión permite reconocer a los espectadores como “parte importante en la elaboración de la pieza”.
Desde esa premisa también pudieron verse las intervenciones de la Colectiva ¡Qué Genia!, las cuales consistieron en mantas vinílicas con preguntas “incómodas” que cuestionan la institucionalidad y apreciaciones del hacer artístico. Las piezas fueron extendidas frente a instituciones de arte en Guatemala como el Museo Nacional de Arte Moderno o la Escuela Superior De Arte de la de la Universidad de San Carlos.
Entendido como un espacio público, Internet ha cobrado relevancia en la segunda BER mediante la publicación de obras artísticas en las redes sociales del evento. En una de las piezas, titulada Toritx Encuetada, Elyla -artista nicaragüense- presenta un vídeo performático donde aborda el mestizaje y la colonización desde su historia personal.
Cómo funciona la Bienal en Resistencia
Maya Juracán explica que, de manera tradicional, las bienales presentan obras seleccionadas por un grupo de curadores, pero en el caso de la BER, se hace una convocatoria abierta a la cual pueden postular artistas, realizadores de distintas áreas e incluso personas más allá de las artes que dialoguen desde temáticas “en resistencia” frente a sus contextos.
“Nos interesa conocer qué dicen los realizadores y cómo pueden aportar a la recuperación del tejido social”, comparte la curadora y gestora.
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Para la selección de las piezas en la segunda BER, se reunió a integrantes de colectivos artísticos y sociales de Guatemala como H.I.J.O.S, Deforma Colectiva y Odelca, así como a curadores independientes, quienes desde distintas visiones generaron un diálogo para la comprensión de las obras y perfilaron una narrativa, comenta Juracán.
Para este año, fueron recibidas casi un centenar de aplicaciones de varios países, y fueron seleccionadas 23 obras provenientes de Guatemala, México, Nicaragua, El Salvador, República Dominicana, Brasil y Argentina.
Maya Juracán asegura que muchas veces, cuando se concentran eventos artísticos en la ciudad, se desestiman propuestas que responden a contextos particulares en áreas periféricas y otros departamentos. Por esta razón la BER busca descentralizar la proyección de obras y reivindica el posicionamiento geográfico tanto de las piezas como de sus realizadores.
Una muestra de lo anterior fue la intervención de la artista Camile Juárez quien realizó varios murales en su casa ubicada en San José La Comunidad, Mixco. En las paredes, escribió los relatos y experiencias de personas indígenas quienes se han asentado en los barrios periféricos de la ciudad de Guatemala.
“Es importante que los artistas hablen desde su contexto y para su contexto en la Bienal en Resistencia. Esto nos ayuda a enseñar que el arte no es un ejercicio hegemónico”, comparte Juracán.
La curadora agrega que las activaciones de la bienal pretenden situar al arte fuera de museos y galerías, para que dialoguen con la sociedad en un espacio más amplio. Por ende, se trata de un reto grande ya que muchas personas no están acostumbradas a tomarlo así, infiere.
Entre los desafíos de la BER ha destacado el financiamiento. Aunque tiene apoyo logístico de la Central de Artivismo e Innovación (Carti) y la iniciativa Proyecto 44, la plataforma nació gracias a la autogestión ya que no cuenta con marcas o fundaciones que la patrocinen.
Maya Juracán explica que para el financiamiento de la segunda BER se abrió una campaña de recaudación de fondos en línea en la cual personas “creyentes del proyecto” aportaron dinero que fue utilizado para el pago de materiales, montaje y algunos viajes para documentar las piezas de artistas fuera de la ciudad de Guatemala.
“La autogestión es nuestro campo de batalla. Sin ello no tendríamos las libertades desde las que hablamos. Defendemos nuestra autonomía y eso significa no aceptar presupuestos de entidades o personas que puedan limitar nuestras temáticas”, señala Juracán.
La Bienal en Resistencia, como su nombre lo indica resiste y se activa cada dos años. La presente edición se llevará a cabo hasta el 30 de octubre en el país. Para conocer más de las propuestas, puede visitar sus redes sociales en Facebook e Instagram, donde se recopilan y anuncian las actividades de cada día.