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COVID-19: rebrote de casos también preocupa en América Latina

La pandemia repunta en Europa, pero también en América Latina se registran aumentos de casos, como en Chile, a pesar de tener a la mayoría de la población vacunada. ¿Cuáles son las razones? El Dr. Drexler nos explica.

Chile registra un fuerte aumento de contagios y las autoridades no descartan nuevas restricciones.	(Matias Basualdo/ZUMA Wire/picture alliance)

Chile registra un fuerte aumento de contagios y las autoridades no descartan nuevas restricciones. (Matias Basualdo/ZUMA Wire/picture alliance)

DW: Dr. Drexler, Chile, que ya ha vacunado al 85 por ciento de su población contra el COVID-19, está registrando un alza sostenida de casos en las últimas semanas. ¿Se puede hablar de una tercera ola? ¿A qué cree usted que se debe?

Felix Drexler: tal vez sea un poco temprano, pero todo indica hacia una tercera ola. Si bien hay que tener mucho cuidado para evitar grandes picos, creo que el gran debate no es si se trata de una nueva ola o no, sino más bien ver en qué grupos se está dando una alta incidencia. Como en Alemania, parece que hay una incidencia muy alta entre los no vacunados y niños.

La otra razón podría ser que la inmunidad de los inoculados con las vacunas chinas, que son la mayoría, ha bajado lo suficiente y permite que las personas se infecten. Hay que recordar que Chile empezó muy temprano con la vacunación, y con gran razón. Si bien las vacunas chinas pueden tener una eficacia un poco menor frente a otras, ofrecen protección contra el COVID-19 severo. Por último, el aumento de contagios también se debe a que la variante Delta empieza a ser mayoritaria en Chile.

Si la protección con las vacunas chinas, que muchos países latinoamericanos han aplicado, se hubiera reducido después de seis meses, ¿sería mejor aplicarse una dosis de refuerzo, aún sin pertenecer a un grupo de riesgo?

Si una persona joven se quiere aplicar una dosis de refuerzo no veo ningún problema. Pero aún hay que tener cuidado con lo que estamos viendo. En Chile, hay que identificar bien a los grupos etarios afectados y hay que ver cómo está la situación en los hospitales. Ese indicio podría ser una buena oportunidad para discutir esquemas de vacunas de refuerzo. Eso sería lo lógico. Pero si estamos viendo que los infectados son solo niños y adultos no vacunados, yo diría que no hay que establecer una dosis de refuerzo para todos.

La principal razón del rebrote en Europa desde comienzos de octubre, sobre todo en el Reino Unido, sería la variante Delta plus. ¿Qué detalles se tiene sobre esta mutación de la variante Delta?

Todavía se está vigilando detalladamente la variante AY.4.2 o Delta plus, que se confirmó por primera vez en el Reino Unido en julio de 2021. Al inicio, se creyó que la Delta plus, que tiene tres mutaciones que la diferencian de la Delta normal, tendría más capacidad de escapar del sistema inmunológico. Es decir, de la respuesta inmune ya generada. Pero todavía es muy temprano para saberlo. También es posible que la variante Delta adquiera mutaciones en la llamada posición 484 del virus y varíe sin llegar a convertirse en Delta plus.

¿El caso del Reino Unido es una señal de que a Europa le espera un invierno duro?

No lo sabemos, aunque las bajas temperaturas contribuyen a que la gente se quede más en casa o se mantenga en lugares cerrados, transmitiendo mucho más fácil el virus. Si todas las medidas de seguridad son levantadas, esa es la consecuencia inevitable. La gran diferencia es que, cuando se tiene una amplia tasa de vacunación, ya no hay tantas muertes asociadas con las cifras altas de contagio. No quiero minimizar el problema, perder una vida humana ya es mucho, pero es inevitable que muera gente. Puede morir gente más jóven, vamos a ver más problemas en niños no vacunados. Eso va a ocurrir en cualquier país con amplia transmisión.

¿Se ha descartado por completo la estacionalidad del SARS-CoV-2?

No hay nuevos estudios en ese sentido, pero nunca se descartó la estacionalidad del virus. Los coronavirus en sí, como varios virus respiratorios, tienden a tener esta estacionalidad. Porque simplemente hay más transmisión cuando hay temperaturas más bajas y más gente se confina en lugares cerrados.

Por otro lado, ante el aumento de casos de coronavirus, ¿qué tan importante sería inocularse contra la gripe?

La gran cuestión es que no sabemos si va a haber una ola de gripe este invierno. Lo que estamos viendo ahora, después de la retirada de las medidas de confinamiento, como en Alemania, son brotes enormes de virus respiratorios más variados. Estamos teniendo un gran problema con el virus VRS (Virus Respiratorio Sincicial), que afecta sobre todo a niños menores de dos años. Comúnmente causa bronquiolitis y neumonía en niños y bebés. Incluso en algunas regiones de Alemania hay lugares donde se están llenando las camas de UCI pediátricas por los brotes locales de VRS.

El año pasado, no se registró una ola de influenza. ¿Qué probabilidades hay de que en este invierno europeo sí ocurra?

El miedo existe, pero no sabemos si va a haber una ola de influenza muy grave, porque la gente, por ejemplo, todavía usa mascarilla. Pero, si viene y aparece junto al COVID-19, sería un gran problema. Después de haber tenido en invierno medidas para contener la pandemia, y después de no haberse registrado la circulación de los virus como normalmente ocurre, falta esa inmunidad en los niños y en los adultos. La inmunidad de la vacuna contra la influenza se evapora relativamente rápido y si al menos los adultos toman una vacuna contra la gripe anualmente reforzarán esa inmunidad.

El Dr. Jan Felix Drexler, virólogo y profesor de la prestigiosa Clínica Universitaria Charité de Berlín, es consejero científico de la Corporación Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ) y dirige delegaciones que ayudan a los Gobiernos latinoamericanos en su lucha contra el nuevo coronavirus. Drexler tiene amplia experiencia profesional en América Latina, donde también llevó a cabo proyectos para combatir el zika.