De acuerdo con Radio Free Asia, medio que utilizó fuentes anónimas, en Corea del Norte aseguran que un hombre que comercializó la serie de manera ilegal fue condenado a muerte, mientras que un estudiante de secundaria que compró una memoria USB con el contenido fue sentenciado a cadena perpetua.
Según los informes mediáticos, otros seis estudiantes que vieron El juego del calamar también fueron condenados, pero estos a cinco años de trabajos forzados. Además, despidieron a maestros e integrantes del personal del establecimiento educativo y se presume que serán sometidos a trabajar en minas remotas.
“Todo empezó cuando un estudiante de secundaria compró en secreto una memoria USB que contenía los capítulos de El juego del calamar y la vio la serie con uno de sus mejores amigos en una clase. El amigo se lo contó a otros estudiantes, quienes replicaron el material”, indicó una fuente.
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Según los medios asiáticos, indican que los norcoreanos encontraban las luchas financieras de los personajes de El juego del calamar relacionadas a la situación de ese país.
Los reportes revelaron que es la primera vez que el régimen norcoreano castiga a menores de edad debido a una ley que penaliza la distribución o la tenencia de programas de países capitalistas como Corea del Sur y Estados Unidos, según Radio Free Asia.
Otra fuente declaró que a uno de los estudiantes le concedieron libertad debido a que sus padres pagaron US$3 mil.
En octubre pasado, un sitio web estatal con propaganda norcoreana compartió información y se afirmó que El juego del calamar expone cómo Corea del Sur es un lugar donde “la corrupción y los sinvergüenzas inmorales son habituales”. Sin embargo, las copias de la serie continúan llegando de contrabando a Corea del Norte.