Stendel, un joven argentino de 26 años y que ahora vive en Texas, EE. UU., es ejemplo de lo que la constancia y dedicación pueden lograr.
Nacido en Buenos Aires, Argentina, dejó su país a los 17 años para intentar entrar a una unidad secreta militar, lo que lo llevó hasta Israel.
Fue toda una odisea, de acuerdo con una publicación de El Comercio, de Perú, ya que una de la barrera era ser elegido entre miles que se presentaron a la convocatoria, sumado a que el joven no sabía nada de otro idioma.
Fue en Oriente Medio donde trabajó a cambio de comida y vivienda mientras aprendía hebreo y se levantaba a las 5 horas paras entrenar y capacitarse militarmente.
Sus esfuerzos dieron frutos, ya que fue elegido entre 25 soldados para formar parte de una fuerza élite de la Defensa israelí.
Hoy habla español, hebreo, árabe e inglés a la perfección, y entre sus méritos está haber cumplido con éxito unas 50 misiones.
Nueva meta
Sin embargo, el agotamiento mental y físico, así como su pésima situación económica lo hicieron renunciar a la Defensa y se trazó viajar a Nueva York, hacia donde partió con unos US$500 en la bolsa.
Llegado a Brooklin en 2018, se compró una cama inflable de US$60 y le prestaron una vivienda abandonada para vivir.
“Entrenaba y al amanecer iba al gimnasio para bañarme -que salía 10 dólares al mes- porque no tenía casa. A la noche dormía en un auto, sin que nadie lo supiera”, dijo Stendel, citado por El Comercio.
Por su experiencia en el ejército israelí, constantemente era invitado a dar charlas, donde conoció a un francés que también había entrenado en ese país.
Con el apoyo de su amigo, entró a un negocio inmobiliario que consistía en comprar casa viejas o abandonadas para remodelarlas y revenderlas. En su primer negocio obtuvo una ganancia de más de US$52 mil
Sin embargo, con las ganancias que obtenía en un lento proceso, abrió una tienda virtual en Amazon en la que compraba cosas y luego las revendía: desde juguetes hasta muebles.
Con la llegada de la pandemia, el comercio por la red creció y eso catapultó sus emprendimientos. Llegó a administrar unas 124 tiendas en línea y a tener empleados en todo el mundo.
Se convirtió en millonario y hoy tiene dos mansiones en Houston y Miami. Colecciona autos de lujo como Ferrari y Lamborgini, viaja por todo el mundo, tiene más de 70 mil seguidores en las redes sociales y ofrece charlas gratuitas de superación.
Cuando le preguntan cual fue la clave de su éxito, no duda en revelarlo: “Con esfuerzo y dedicación los sueños se cumplen, se puede”.