Al principio los señalados eran procesados por asesinato, pero ahora Bonilla Archila será por homicidio cometido en estado de emoción violenta, mientras que Marroquín Ovalle por encubrimiento propio.
En las afueras del juzgado, familiares y amigos de Melissa estaban atentos a la audiencia y al conocer la decisión del juez de reformar el delito por el que son procesados los sospechosos hubo rechazo y se armó una trifulca en la que intervinieron agentes de la PNC.
Francisco Chacón, tío de la víctima, asegura que el cambio de decisión del juez fue “muy radical” y considera que no tuvo imparcialidad en la resolución, pues no le dio valor a las pruebas que recabó el MP.
“El sistema de justicia es un cajero automático para jueces corruptos”, dijo Chacón, al hacer referencia a que llevan más de cinco meses esperando que se haga justicia.
“No vamos a descasar hasta que estas personas paguen por lo que le hicieron a Melissa, y acudiremos a todas las instancias legales que tengamos disponibles”, señaló.
“No esperaba lo que pasó ayer -7 de diciembre-”, dijo por su parte la madre de Melissa, Anabella Chacón, al recordar que en la primera audiencia el juez ligó a proceso a los señalados.
Añadió que en la segunda audiencia “desde el principio se empezó a sospechar que todo iba a ser al contrario”, porque él – el juez- empezó a buscar pretextos al expediente a pesar de que ya lo había leído”.
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Agregó que no se quedarán con los brazos cruzados y que buscarán que se haga justicia en el caso de la muerte de su hija.
El 9 de septiembre pasado, Bonilla y Marroquín fueron ligados a proceso penal por asesinato, un delito que se les imputó porque el crimen contra Melissa tiene esas características, según la Fiscalía de Femicidio.
A la joven le destrozaron el rostro y fue hallada muerta el 5 de julio pasado en un terreno baldío de la aldea La Palma, en Río Hondo, Zacapa.
La Fiscalía agrega que la muerte de Melissa tiene patrones como la alevosía, premeditación, ensañamiento y perversidad brutal.
El juez, al cambiar de asesinato a homicidio cometido en estado de emoción violenta, deja expuesto que no ve las características anteriormente citadas.
El nuevo delito dictado por el juzgador supone que quien cometió el crimen lo hizo durante un cambio emocional.
Otra diferencia es que asesinato tiene pena de prisión de 15 a 50 años, y homicidio en estado de emoción violenta, de 4 a 8 años. El juez ha sido recusado y será una sala la que resuelva ese recurso, mientras que los procesados continúan en prisión preventiva.