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#GobiernoAExamen: Luces y sombras en el manejo de las finanzas públicas: los analistas critican y el ministro se defiende
En los dos primeros años de este Gobierno, el gasto público superó los Q175 mil millones, cantidad influida por los efectos de la pandemia y las maniobras presupuestarias del Ministerio de Finanzas Públicas (Minfin), a cargo de Álvaro González Ricci, un político y banquero de trayectoria, que hoy administra las finanzas estatales.
El ministro de Finanzas, Álvaro González Ricci, ha sido el único que ha ocupado ese cargo durante los dos años de gobierno de Alejandro Giammattei. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).
Según los registros de esa cartera, durante los primeros dos años de gestión del presidente Alejandro Giammattei, el gasto público supera con creces los montos observados en otros gobiernos a la mitad de su mandato.
Otro indicador que se elevó sustancialmente y es notorio en esta gestión es la contratación de deuda pública. El Gobierno recibió hace 24 meses un saldo de Q157 mil 325 millones, y al 30 de noviembre del 2021, el indicador se sitúo en Q204 mil 733 millones, lo que significa un aumento de Q47 mil 408 millones.
En cuanto a una evaluación por ministerio realizada por varios centros de investigación, el Minfin obtuvo una nota de 73 puntos y es el mejor calificado. De acuerdo con los parámetros considerados, en cuentadancia obtuvo una nota de 76 puntos; la gerencia de la cartera, 79; la gestión de la pandemia, 67; y calidad del gasto, 69. El promedio general es de 73 puntos.
Las cifras
De enero del 2020 al 30 de noviembre del 2021, el gasto total del Gobierno Central asciende a Q171 mil 838 millones; como parte de su mandato y administración financiera, la responsabilidad está a cargo del Minfin. Al finalizar el ejercicio, la cifra aumentó, superando los Q175 mil millones, cifra que está por confirmarse.
González Ricci, es uno de los funcionarios, al que también hay que evaluar como presidente del directorio de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT). O sea que es también directamente responsable de la cobranza de impuestos y la dotación de recursos al aparato estatal para la prestación de bienes y servicios a la población.
En la parte de ingresos totales -que se destinan al presupuesto- las estadísticas de enero del 2020 a noviembre del 2021 dan un total de Q138 mil 97 millones.
Paradójicamente, los ingresos reportados hasta noviembre último por Q74 mil 32 millones, superan los de otros ejercicios fiscales, asociado al efecto “rebote”; es decir que en 2020, la economía se contrajo -1.5%, pero en el 2021 creció en alrededor de 7.5% y la recaudación tributaria está vinculada con esa variable.
Luces y sombras
A juicio de Juan Carlos Zapata, director ejecutivo de Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), la gestión en el Minfin estos dos años ha sido positiva en términos generales, ya que ha impulsado el sistema el gobierno abierto y ha fomentado la transparencia por medio de los portales electrónicos.
Otro aspecto es que Guatemala ha mantenido la calificación de riesgo país en las diferentes calificadoras, a pesar del impacto por la pandemia del coronavirus, a diferencia de muchos países. El Minfin es el conducto oficial por medio del cual las calificadoras hacen su análisis y es el primer contacto logístico, agregó.
Las calificaciones se mantuvieron, aunque en el caso de Moody’s mantuvo la calificación en BA1, pero cambió la perspectiva pasándola de estable a negativa a finales del 2020, principalmente por el aumento del déficit fiscal y en la evaluación del 2021 no la cambió.
Por aparte considera también positivo que la Superintendencia de Administración Tributaria, presidida por González Ricci, ha tenido muchos avances en materia de recaudación y controles, logrando un alto crecimiento de ingresos tributarios, lo cual permite al gobierno tener un flujo importante de caja para iniciar este año.
En tanto, Edgar Ballsells, investigador del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Ipnusac) y exministro de Finanzas Públicas, dijo que han existido dos crisis, la del 2008-2009 relacionada con problemas financieros internacionales y la del 2020-2021 derivada de la pandemia.
A su criterio, estas no son comparables, ya que el Minfin en el 2020 y 2021 ha tenido una gran cantidad de recursos, por lo que la recuperación ha sido más rápida y ha hecho muy fácil el trabajo de asignación de fondos a las entidades.
Sin embargo, considera que hay falta de transparencia en general y un claro manejo de la gran cantidad de recursos por las ampliaciones presupuestarias. “Eso sucede porque legalmente y teóricamente son el Minfin y Segeplan los encargados de dar seguimiento al gasto público, pero aunque hay una modernización cibernética para transparentar más los gastos y se han creado portales y sistemas de información, Finanzas si tiene un eje de calidad del gasto.
“Los gabinetes, como el de Economía (donde está Minfin y otras carteras) debe tener en su agenda evaluar la calidad del gasto, pero no la incluyen, aparte de que al vicepresidente de la República, quien coordina dichos gabinetes, lo tienen marginado de las acciones del gobierno”.
Para el exministro de Finanzas, Alfredo del Cid Pinillos, en el caso del actual ministro no ha logrado que las finanzas públicas se ejecuten en forma ordenada.
Recalcó que en los dos últimos años, ha habido mucho desorden debido a programas y proyectos desfinanciados o con asignaciones de fuentes no ejecutables que han incidido negativamente en alcanzar las metas y objetivos.
Ello, además del confuso esquema de poner en práctica un presupuesto operativo y mantener como base de análisis un monto superior a lo que se ejecuta. “Más pareciera que no le ha interesado contar con la aprobación adecuada de un presupuesto y ello se evidencia al analizar la cantidad de transferencias presupuestarias para readecuar el gasto, muchas de ellas internas entre las dependencias, a efecto de poder cumplir con sus Planes Operativas, sin que se evalúe si en efecto el resultado de la ejecución es positivo o si es gastar por gastar”, expresó.
Por otro lado, no muestra un buen desempeño sobre todo en el año de la pandemia, en el que el gasto creció enormemente y no hubo capacidad de ejecución, mientras tampoco fue posible establecer si lo gastado incidió en la reactivación económica del país.
Ante esto, Zapata comentó que en una gestión se enfrentan desafíos importantes, pero se debe recordar que la pandemia y los impactos derivados empezaron en marzo del 2020, a dos meses de la toma de posesión de este gobierno, y aunque traían un presupuesto de años anteriores, nadie tenía previstas tantas erogaciones.
¿Qué falta por hacer?
En una crítica constructiva, y si González Ricci es confirmado como ministro, los consultados también definieron una hoja de ruta para los siguientes dos años.
Del Cid Pinillos dice que se deben ordenar las finanzas, y ahora tiene la oportunidad de lograrlo luego de que fuera aprobado el Presupuesto de Ingresos y Egresos del Estado para el ejercicio Fiscal 2022; mejorar la carga tributaria del país y presentar propuestas de cambios de fondo en la forma de tributar.
También modernizar de fondo los sistemas de infraestructura, control y recaudación aduanera, lo que pudo haber avanzado, si se hubiera firmado el convenio de administración con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que ya fue autorizado por el directorio de la SAT desde finales del 2018, esperando a que el superintendente suscriba el convenio respectivo para iniciar el proceso.
Autoevaluación
“Sería difícil decir 10, pero por no decir esa cifra, sería 9”, comentó González Ricci al autoevaluarse. Enfatizó que se autoevaluaría al equipo, “pero uno, como ministro de Finanzas, solo es la sumatoria de lo que hace su equipo de trabajo”, y resaltó que el hecho de haber estado en otras instituciones permitió identificar a viceministros de carrera institucional, que garantizan que las cosas se saben hacer y se ha demostrado con la calidad del trabajo.
Por otro lado, respondió una buena relación con el mandatario permitió enfrentar los efectos del covid-19 de una manera ejemplar y Guatemala fue uno de los países que menor impacto tuvo por la pandemia con una caída de solo -1.5% del Producto Interno Bruto (PIB), y a la vez fue el de mayor recuperación.
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“Se ha cumplido con los compromisos del Estado: pago de la nómina, el del servicio de la deuda y en 2020 se presentó el pago de una demanda internacional con una empresa. Esos recursos estaban fuera del presupuesto, pero se logró liquidar, así como el pago de las vacunas y todo el proceso de readecuaciones internas. Repito, los números van para arriba y este año será extraordinario”, precisó.
Sobre la SAT, remarcó que hubo cambio de Directorio y de superintendente, aparte de que se están rompiendo cifras en la recaudación. “Creo en los números y si estos van bien, la evaluación es muy buena”.