Pero el Instituto Nacional de Estadística (INE), reportó este viernes que a diciembre del 2021, el ritmo inflacionario fue de 3.07%, según el último informe del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Es decir, que el crecimiento generalizado de precios durante el año pasado fue de un 3%, una cifra que en opinión de Érick Coyoy, director del Instituto de Investigación y Proyección sobre Economía y Sociedad Plural (IDIES-URL), está sobreestimada, por algunos ajustes que hizo el INE en el 2020 para la medición de la Canasta Básica Alimentaria (CBA).
Y por esa razón, la inflación actual en Guatemala supuestamente es de solo 3%, cuando en otros países como México, Estados Unidos y Centroamérica ya ronda entre un 6% y 7%. “En su momento, el INE consideró necesario ese ajuste, pero desentonó con las cifras presentadas, por lo tanto, se espera que con la construcción de una nueva CBA se pueda reflejar de mejor manera la realidad de los guatemaltecos a través de los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de Hogares (Enigh)”, expresó Coyoy.
El analista proyectó que la tendencia podría continuar en el presente año debido al aumento de los precios de las materias primas y se empezará a reflejar con más fuerza en el costo de los alimentos y productos finales.
Más objeciones
Paulo de León, director ejecutivo de Central American Business Intelligence (Ca-Bi) comentó que para este año se observa un escenario complejo de inflación y con tasas en alza, y Guatemala no se puede abstraer de esa realidad, que ya se evidencia en países cercanos.
Para el analista, el aumento de insumos no se ha trasladado completamente al consumidor final y existe el riesgo de que no se cumpla la meta de inflación proyectada para el 2022 (de 5 a 5.5%), si la tendencia internacional continúa apremiando por el tema de contenedores y encarecimiento del petróleo, entre otros.
Cuando salga la cifra oficial de enero 2022, ya se podrá comparar la metodología nueva con la antigua y se podrá observar una inflación de entre 4 y 4.5%, equiparándose a otros países de la región, enfatizó.
Clynton Roberto López, director de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas, de la Universidad Francisco Marroquín (UFM), señaló que el INE ha tenido en los últimos años sombras de sospecha sobre las cifras que publica.
Eso es algo muy peligroso para el país porque se pierde la confianza no solo en el INE sino en la propia moneda. “Recordemos que venimos de una enorme generación de liquidez por parte del banco central. De hecho, las sospechas vienen porque inclusive la liquidez creada generó la expectativa de mayor inflación de la reportada y la canasta básica no es la excepción a este fenómeno”.
Añadió que ciertos productos tienen efectos estacionales y por temporada pueden subir o bajar. En el caso de las frutas, vegetales y legumbres, el clima también juega un papel importante porque puede producir shocks temporales de oferta.
Y consideró que con el crecimiento de la emisión monetaria y el exceso de liquidez en el sistema financiero (lo atestiguan las tasas de interés para ahorro en sus niveles más bajos en décadas) es dudoso que la inflación este en 3%.
“En el mundo hay también exceso de liquidez por lo que es poco probable que el exceso de demanda causado por dicha liquidez, no esté generando inflaciones mayores”.
El aumento generalizado de precios no es por choques de la cadena de suministros (que tiene un efecto que refuerza); el incremento de precios se debe a un exceso de liquidez generado por las políticas expansivas en los últimos dos años. Mientras los bancos centrales no restrinjan la política monetaria, por ejemplo, subiendo las tasas de interés, esperaríamos que los precios sigan aumentando en general.
Canastas en alza
Abel Cruz, jefe del INE, compartió que cada mes se consultan cerca de seis mil fuentes de información y se analizan 32 mil 500 precios de 279 gastos básicos; y de ahí se derivan los 34 productos, principalmente alimentos, que es de donde sale el costo de la CBA.
Esta se define como un conjunto de alimentos que constituyen el mínimo necesario para satisfacer por lo menos las necesidades energéticas y proteínicas de una familia; y que se ajustan en la medida de lo posible al patrón cultural, capacidad adquisitiva, así como a la disponibilidad y precios de los alimentos a nivel local.
A diciembre del 2021, el costo de la CBA alcanzó los Q3 mil 97.23, respecto a diciembre del 2020 cuando se ubicó en Q2 mil 989.38. Es decir, un aumento de Q107.85.
En el caso de la Canasta Básica Ampliada (CA), es el conjunto de bienes y servicios que satisfacen las necesidades ampliadas de los miembros de un hogar e incluye alimentación, vestuario, vivienda, mobiliario, salud, comunicaciones, transporte, recreación y cultura, educación, restaurantes y hoteles, así como bienes y servicios diversos.
La CA llegó a diciembre del 2021 a Q7 mil 151.30, contra Q6 mil 902.29 en el mismo mes del 2020, para un incremento de Q249.01.
Cruz confirmó el alza en ambas canastas durante un año y hubo 20 productos que subieron de precio, 10 disminuyeron y cuatro quedaron igual. Entre los seis alimentos que más variaron se encuentran el tomate, huevos de gallina y bananos, mientras que bajaron la cebolla, sandías y aguacates. Pero tomando en cuenta los 279 productos del IPC, 183 tuvieron un alza; 62 productos una baja; y 34 se mantuvieron igual.
Análisis de cinco años
De León también explicó que los productos de la CBA han tenido fuertes alzas durante la pandemia, pero también durante los últimos cinco años.
En ese período, el promedio de crecimiento anual es de 10% y el güisquil crece aproximadamente 60% anual; y el tomate se repite en todos los escenarios. Solo productos como la leche y azúcar han subido poco (1% anual, en promedio).
“Son las producciones pequeñas las que están sufriendo y es cuando se evidencia la necesidad de mejorar la eficiencia porque a nivel urbano se consumen más productos; por lo tanto, hay que ser eficiente en la cadena para ser autosostenibles”, recomendó.
También dijo que el país debería tener más centros de abastecimiento (al menos tres más), pues hay un problema de productividad, logística y abastecimiento, pero entre los pequeños productores.
Parte de la metodología del INE y del Maga recogen precios de producción nacional y el aumento en el precio de la leche en el supermercado importado no explica todo el comportamiento de ese producto en el país, aclaró.