El ataúd con el cuerpo de Mauricio Canahuí, de 34 años, fue velado en la Dirección General de la Policía Nacional Civil (PNC). El agente es la única víctima mortal de la emboscada ocurrida en el municipio de Nahualá, según el gobierno que este sábado publicó cinco esquelas, pero después se retractó.
“Basta ya de que sigan habiendo pérdidas humanas y sobre todo que causen familias enlutadas” por un conflicto territorial en ese poblado, dijo en el acto Héctor Hernández, director general de la Policía.
Agregó que trabajarán para “lograr que este hecho no quede en la impunidad”.
El 7 de enero de 2022, más de 6,500 policías, soldados y fiscales fueron atacados a tiros cuando se disponían a ejecutar 65 allanamientos a viviendas y cuatro capturas por la investigación del asesinato en diciembre de 13 personas en el marco del histórico conflicto de tierras entre Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán, Sololá.
Además de la muerte de Canahuí, ocho policías resultaron heridos de bala y otros 11 fueron atendidos por golpes.
El pasado 20 de diciembre, el presidente, Alejandro Giammattei, decretó por un mes un estado de sitio en Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán después de la masacre en la que murieron tres niños y otro policía.
Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán, del departamento de Sololá, mantienen un conflicto de más de 100 años por los límites entre ambos pueblos de la misma etnia maya, una disputa que ha generado varios episodios de violencia.
Las víctimas de la masacre pertenecían a Santa Catarina Ixtahuacán y fueron emboscadas en una comunidad de Nahualá cuando se dirigían a recolectar maíz.
Tras el ataque a los policías, autoridades indígenas del país pidieron al gobierno en un comunicado finalizar el estado de sitio al considerar que “ha complicado” la situación en la zona y llamaron a los líderes de los dos municipios a “privilegiar” el diálogo para resolver el conflicto.