Este elemento ha estado presente en la cultura popular al ser utilizado como inspiración en novelas, libros, películas y cómics.
Su creación data de 1947, cuando los científicos que construyeron la bomba atómica pensaron en su diseño e idearon un elemento para alertar sobre la posible destrucción del mundo ante una guerra nuclear.
En un principio, el objetivo de su creación se basaba en alertar a la población estadounidense sobre una posible confrontación con la Unión Soviética y para expresar su finalidad, su diseñadora Martyl Langsdorf experimentó con varias formas.
“El más significativo de todos fue un boceto de un reloj, que hice en el reverso de una copia encuadernada de las Sonatas para piano de Beethoven. Un reloj con pintura blanca sobre la encuadernación negra de las Sonatas”, recordó la diseñadora.
El nombre del Reloj del Juicio Final toma como referencia a la profecía bíblica sobre el día en el que el mundo terminará y utiliza la analogía que la humanidad se encuentra constantemente “a minutos de la medianoche”.
Dentro de este término, la medianoche representa la destrucción total de la raza humana y los minutos miden el grado de amenaza a la que se enfrenta el mundo constantemente.
Entre más cerca se encuentre el reloj de la medianoche, mayor es la amenaza que intenta destruir la existencia de los seres humanos.
La primera modificación hecha al Reloj del Juicio final fue en 1949, cuando el biofísico Eugene Rabinowitch adelantó la manecilla del reloj hasta ubicarla a “tres minutos antes de la medianoche”.
Rabinowitch hizo este cambio debido a que el gobierno estadounidense no le estaba prestando importancia a una explosión nuclear detectada en la Unión Soviética, situación que podría poner en riesgo la vida de millones de personas.
“El estruendo distante de la primera bomba atómica soviética muestra al mundo el avance hacia el abismo de una guerra atómica”, informó el biofísico.
A partir de ese instante, se ha realizado una actualización anual sobre los cambios realizados al Reloj del Juicio Final, y si este se ha acercado o alejado a la medianoche.
La actualización anual fue realizada por Rabinowitch, quien a partir de una serie de discusiones con científicos y expertos decidió dónde colocar la manecilla del reloj.
Luego de la muerte de Rabinowitch en 1973, la Junta de Ciencia y Seguridad asumió la responsabilidad y desde entonces se han reunido dos veces al año para modificar el reloj de acuerdo a los eventos mundiales.
Esta junta está compuesta por científicos y expertos en los ámbitos de tecnología nuclear, cambio climático y salud. Dentro de sus miembros se destacan 13 ganadores del premio Nobel.
En enero de 2018, el Reloj del Juicio Final se adelantó a “dos minutos y medio para la medianoche” y meses más tarde se modificó nuevamente hasta llegar a “dos minutos para la medianoche”.
El reloj pasó dos años sin ser modificado, pero en 2021 se adelantó 20 segundos para quedar posicionado en “100 minutos para la medianoche”, momento en el que sus manecillas se han situado más cerca de la medianoche en toda su historia.
El pasado jueves 20 de enero de 2022 se informó que las manecillas del Reloj del Juicio Final no han avanzado y aún se encuentran situadas a “100 minutos de la medianoche”.
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Sin embargo, esto no significa que la situación mundial haya mejorado, ya que el reloj continúa en su punto más cercano al “fin del mundo”.
“La decisión no demuestra que la situación de seguridad internacional se ha estabilizado. El reloj sigue estando cerca del fin de la civilización ya que el mundo sigue atrapado en un peligro extremo”, informó la Junta de Ciencia y Seguridad.
Actualmente, las situaciones que amenazan a la humanidad son varias, entre las que resaltan las tensiones entre Estados Unidos, Rusia y China, la crisis climática, la creación de armas antisatélites, la amenaza nuclear y la pandemia de covid-19.